es esta
lengua mi ortiga fluorescente mi plaga
mi llaga
abierta
carcomiendo
todo
me dijo
sobrevaloras el lenguaje y / no creas que tiene la culpa de/ todo
qué falta
de perspectiva
pero la
lengua crece levanta la gran muralla china dentro
pensamientos
pesadísimos que nunca logras
terminar
nada más que basura al amanecer
y frente a
todo eso lo que no se detiene
el
esplendor de la hierba la decrepitud
germinando
la capacidad de humillación
un
crecimiento constante pero condenado
de colores
inútiles plantas
toneladas
de miedo abonando ese deseo
incontenible
de cuerpos jóvenes
la niña
albina
1
hay una
habitación cerrada al entrar se nota el exceso de humedad una ráfaga de frío
dentro una
niña albina anda de un lado para otro
sin parar
sin parar
de vez en
cuando posa sus manos sucias sobre las paredes blancas
parece no
entender lo que sucede a su alrededor
hace muecas
raras con la boca como si la tuviera fracturada
el médico
comenta no puede ver nada hace años que cree que camina por la taiga y sólo se
alimenta de raíces y azúcar de diminutas canciones en una lengua extraña se
lleva la mano a la boca continuamente para asegurarse de que los dientes aún
siguen ahí
2
quise llamar pero mi voz no sonaba
aquí entre
los pulmones algo
se rompió
crujió
apenas se quedó colgando dentro
el hielo se
fundía el suelo estaba llenándose de
charcos
tuve miedo
pensé es demasiado tarde se habrán borrado las palabras
escritas en
el vidrio
el último
mensaje
supongo que
caí
ya no más
bolsas de oxígeno del aire cortante
la pluma
dentro se habría desprendido
cuando el
muchacho se abalanzó sobre la niña albina
todavía
aquel gusto a azúcar en los labios
blancos

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