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FRAGMENTOS DE MIGRACIONES DE GLORIA GERVITZ (SELECCIÓN DE TANIA FAVELA)

 



jesse marlowe







siempre fuiste la más hermosa


nadie más tuvo importancia 

                                              oh maligna

destiérrame

déjame ir

ten piedad de mí

tú que me has consolado

ayúdame a olvidarte

¿me oyes?

¿estás todavía conmigo? 

                                 ¿eres acaso mi propio eco?

estoy en el mismo lugar 

el mismo lugar donde todo comenzó

donde se comienza

donde todo comienza

ya casi en el olvido

abro las persianas y cierro las persianas 

se pone la mesa y se limpia la mesa

enciendo las luces y las apago 

y doblo la ropa y desdoblo y doblo

y el mismo polvo y la misma estación seca y larga

y los frascos vacíos y vueltos a llenar por si tú vienes

y cae el viento 

y caen las hojas

y caigo

 

 

 

 

 

                                     ¿y a quién le importan estos recuerdos?

ella muchacha con flores

y los vestidos plisados y la boca muy roja sonriendo 

ahora sólo un retrato guardado en una caja de habanos

 

ella con el sol de mediodía

flores blancas

y los dos niños agarrados a su falda

caminando por el Parque México

 

ella que no sabía decir Kadish

despidiéndose en una estación de tren

despidiéndose de padres y hermanos

a quienes nunca más volvería a ver

 

ella

oh tantos sueños que no alcanzaron el mar

 

ella gorda

vieja antes de tiempo

                       ¿cómo pudo ocurrirme a mí?

el pelo recogido hacia atrás

y la mirada de un animal herido

y estuviste distante de los otros

y estuviste distante de ti

y te quedó para siempre el sabor del té

                                     de aquel samovar de tu casa

 

 

 

 

 

 

                sin oponer resistencia

en la espera

                 en la anunciación

en la quietud que antecede a la visita

                                                que antecede al nombre

en la belleza absoluta del regreso

                                            en la fiebre

en la percepción anulada

                                  en la fragilidad

nadie a quién decir esto

                        ¿quién puede decir su propia vida?

 

y no hubo tiempo porque esperé otra cosa otra palabra 

la impronunciada la inoída

                                             y nos dispersamos en la rutina

y las palabras que no dijimos las verdaderas las que sí decían 

quedaron en aquel sueño del que no pudimos despertar

                                                                                    escúchalas

                                           ahora que ya no estás déjame decirte



 

 

 

jesse marlowe

 

 


                                  

                                                             ¿me estás oyendo?

abísmame memoria para que pueda perdonar 

¿quién podría decir la compasión?

                                               quédate

febrero

hablo de aquellos tiempos viviéndose

vuelvo a ver aquella cara

                     ¿puedo acaso arrancarme de mí?

 

 

 

 

 

 

 

 

tercos sueños dádivas para nadie apenas para ella misma

la fotografía no nos descubre nada (todavía es una mujer joven) 

                                                                                 yo nunca la conocí

                    ¿en qué momento aquellos sueños comenzaron a perseguirme?

 

 

 

 

 

 

 

 

los sauces se desprenden de la lluvia

ha pasado tanto tiempo desde que estuve aquí

 

                                                madre no me juzgues

tú también estás condenada al olvido

 

 




                                     

como si tuviera nostalgia de lo que estoy siendo 

                                                              nostalgia de mí

como si pudiese comenzar de nuevo

como si me mudara a otra casa

como quien repite palabras que son mantras 

como un monólogo desde ti hacia ti

como si fuese yo la que ha comenzado a morir y no tú 

como si el miedo y el polvo fuesen uno

 

 




 

                     

ven y dime

             ¿me reconoces en ti?

                                                         ¿me reconoces?

ven olvidada

ven y lléname de lágrimas

lléname de lágrimas para que pueda llorarte 

tocaré tu lucidez y la resaca de este día 

te lameré las manos como un animal

mírame

       no te desvanezcas

                  no me dejes

 

 



                                                         

estoy bajo un cielo pálido

por siempre el pálido inmenso silencio

y era dentro de mí como una floración

 

un despertar al otro lado

y yo quería saber

pero sólo me fue dado preguntar

 

el otoño se tensa como un arco

la lluvia también se desplaza hacia el sueño

lentamente recupera su sombra

 

se inclina como un sauce

                                      cae

 

 

 

 

 

tócame adentro de ti

con esa contención que se desborda

 

tócame

en esta oscuridad del pensamiento

 

en lo incomprensible de mí

en esa otra incomprensible yo

                                       ah si pudieras tatuarme

si te quedaras ahí

si tan sólo te quedaras

 

como una perra ciega

amamantando

 

quédate

dame las palabras






Gloria Gervitz. Migraciones. Libros de la resistencia. Madrid, 2020

Gloria Gervitz. Migraciones. Ediciones IBERO /Mangos de Hacha. México, 2024