daga a la voz que nada amuleta in o se ampara en la máscara oír, tras muletillas del arrastre cadencia la cara tiembla la cruz simula el ascenso, zumo de cuál dios trama la orbe de esta impaciencia, obrerías del azar por don destila el acaso desnudar la pregunta sin persigno, víveres acá, almidones de la diversión todo presente el aba y el ará, al alba surcas en el habla por sores dónde llegan los tributos.
impera el trino de su
parte río, por un tercio de sus aguas fronterizas busca 𝑛n aliada de palabra a umbral, es que habrá lianza
sin lugarteniente al: ¡algo habrás hecho! iguanas somos del azuzo en el claro azul sucumbí ante el contemple
tamborileo de la orilla triple oración de divisendas, aguardaban avalanchas
guaraná para navíos imprecisos, misiones enmascara púlpitos, trinidades a la
pesca del amor entre partitos.
polonias incrustadas,
colombinas de esta carne aval de tu disfraz, en retazos bordabas: motes praias
palcos hilos desvelo, oh Bispo, ojo niño librado en procura del azar, cuál zar
visual de los azores intromete ¡supo contar! naderías para la danza y lo vi, allende calado, acá: aba por ú, hebras
en tu nombre libreríos de corrido.
qué silba este surfilo
qué persigna, hundí en el canto el linde de
ese mantra, vibrisas
corcoveantes antenas, en busca de los
antes contactados, equivocaba la fuente por el origen o en el envés circulaban
aceites, bráciles engarces de unas cuentas que la suerte del nacer no contrae.
hacer pie en el oro,
Irupé, echar raíz en el caudal por ese oriente, sacaba las garras in aún sin
amarre en el torbellino real, por un lapso menor de tiempo nunca acotado al
horizonte mirilla, qué proveía la orilla antes de ver en vez del freno ficción: refucilos del óleo
liminal rebabas del saliente.
del intenso
fulgor del estallido
queda una voz insumisa y otro
ora en tu lugar corrida de animales estampita de ensueño no logra el despabilo
otro ora en tu lugar qué zumbido trae esta hora entre neblinas pulsa la
bosqueja otro ora en tu lugar la partida
tal alucinada tan deslucida que distrae otro ora en tu lugar ni cuenta de las luces qué derramas
los días la extrañeza
la sorpresa de tu cuerpo entero otro oro en tu lugar ahora un temporal de fantasmas en estampida
lucidez, batallas.
Caro
García Vautier. Nace en
Buenos Aires en 1975. Fotógrafa y continua pendiente de la luz. Indaga en
textiles poéticos. Experimenta en materiales y ediciones audiovisuales en torno
a diversas poéticas latinoamericanas. Coeditora en Juana Ramírez Editora. Su
primer libro es La Discrepancia. Desde 2015 procura el textil a b a p o r u, pronto a publicarse.
Actualmente reside en El Bolsón, sur de la cordillera.

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