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Primicia: LEÓN FÉLIX BATISTA. REBOTE DEL GATO MUERTO (Tres textos de un bestiario en construcción)

 



                                                                                                                                                                                  dave krugman




LOS GATOS DE ALDABURU

            A María Inés, en Buenos Aires

 

Los gatos son constantes vertebradas en el tedio. Los gatos,

en instinto, son preguntas.

 

¿Cómo ensanchan ambas córneas en lo oscuro cuando inquieren por el iris de un espejo?

 

Su mutismo sibilino es lo que intriga, pero en toda la egipcíaca estructura: ¿cómo pudo no escurrirse por las grietas la misiva tan felina de una mole?, ¿cómo pasa por los tantos estados de materia (va de pez a pedestre al aerostato)?

 

¿Eran cartas de amor las que escribía? La respuesta se desliza en los tejados.

 

 


RECICLANDO UN TOKONOMA

Ese gato que yo soy por todos los rincones

                                               Martín Adán

 

 

Aurora boreal brotando por un roble: simple ley de afinidades y dialéctica podrida. Bajo la acción del cielo amanece lo polar cercado en el origen del caos y de lo amorfo. El sol parece nulo, factor de un culto exógeno (como si fuera el orbe que describe Anaximandro). Pero sólo es el efecto momentáneo de la luz: un maullido de inmediato lo echa a andar.

 

 

 

 

GATO POR FIEBRE

                                    ...el bosque maúlla

                                                           Aimé Césaire

 

Nada logra serenarse –y esta noche es de tormentas. El viento (que, con varas, corrompe las ortigas) parece que se estanca, condensa en las cortinas con índole viciosa.

 

Un macizo, en la etapa etérea y árida, recibe luz en sesgo y se suma a la silueta estival de una pared.

 

Su fantasma es transitorio: hallo un nuevo morbo, frío, cuando (con repliegue oscuro) se proyecta sobre mí.

 

 


 

Rebote del gato muerto: Cuando los precios de las acciones se recuperan brevemente en un momento de caída libre o incertidumbre, se conoce como un “rebote del gato muerto”. Esto proviene de la noción de que incluso un gato muerto rebotará si cae desde una altura suficiente. La recuperación del mercado tiende a ser breve y temporal, y la caída tiende a reanudarse. (Artículo de Cora Lewis para APNews, abril 9 de 2025)

teaser: ABAPORU. CARO GARCÍA VAUTIER

 


          foto de Ludy Villanueva




daga a la voz que nada amuleta in o se ampara en la máscara oír, tras muletillas del arrastre cadencia la cara tiembla la cruz simula el ascenso, zumo de cuál dios trama la orbe de esta impaciencia, obrerías del azar por don destila el acaso desnudar la pregunta sin persigno, víveres acá, almidones de la diversión todo presente el aba y el ará, al alba surcas en el habla por sores dónde llegan los tributos.

 

 

 


impera el trino de su parte río, por un tercio de sus aguas fronterizas busca 𝑛n aliada de palabra a umbral, es que habrá lianza sin lugarteniente al: ¡algo habrás hecho! iguanas somos del azuzo en el claro azul sucumbí ante el contemple tamborileo de la orilla triple oración de divisendas, aguardaban avalanchas guaraná para navíos imprecisos, misiones enmascara púlpitos, trinidades a la pesca del amor entre partitos.



 

polonias incrustadas, colombinas de esta carne aval de tu disfraz, en retazos bordabas: motes praias palcos hilos desvelo, oh Bispo, ojo niño librado en procura del azar, cuál zar visual de los azores intromete ¡supo contar! naderías para la danza y lo vi, allende calado, acá: aba por ú, hebras en tu nombre libreríos de corrido.

 

 

 

qué silba este surfilo qué persigna, hundí en el canto el linde de ese mantra, vibrisas corcoveantes antenas, en busca de los antes contactados, equivocaba la fuente por el origen o en el envés circulaban aceites, bráciles engarces de unas cuentas que la suerte del nacer no contrae.

 

 

 


hacer pie en el oro, Irupé, echar raíz en el caudal por ese oriente, sacaba las garras in aún sin amarre en el torbellino real, por un lapso menor de tiempo nunca acotado al horizonte mirilla, qué proveía la orilla antes de ver en vez del freno ficción: refucilos del óleo liminal rebabas del saliente.

 

 

 

 

del intenso fulgor del estallido queda una voz insumisa y otro ora en tu lugar corrida de animales estampita de ensueño no logra el despabilo otro ora en tu lugar qué zumbido trae esta hora entre neblinas pulsa la bosqueja otro ora en tu lugar la partida tal alucinada tan deslucida que distrae otro ora en tu lugar ni cuenta de las luces qué derramas los días la extrañeza la sorpresa de tu cuerpo entero otro oro en tu lugar ahora un temporal de fantasmas en estampida lucidez, batallas.

 

 

 












Caro García Vautier. 
Nace en Buenos Aires en 1975. Fotógrafa y continua pendiente de la luz. Indaga en textiles poéticos. Experimenta en materiales y ediciones audiovisuales en torno a diversas poéticas latinoamericanas. Coeditora en Juana Ramírez Editora. Su primer libro es La Discrepancia. Desde 2015 procura el textil a b a p o r u, pronto a publicarse. Actualmente reside en El Bolsón, sur de la cordillera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

teaser: PAYANA. LUCAS MARÍN

  



                                                                                                                                              foto de Yael Eban




amanuense
logra una máscara
membrana entre luz
canta olvida época
cara cuento y hace
un baile dentro
del infinito

en la templada fiel forma

 

 




Oh volantín
con esfera dibujada
vuela cada vez más alto
y anudo el hilo de repuesto
sobre el hilo madre que sostengo
jalo hacia la tierra ya que el huracán
tironea hacia el espiral ilimitado
aúno ambos hilos y no pierdo
nudo de relato y reverencia
ato sierpes dimensiones
sumo hilo mientras
sople viento

 




veneno
dorso ver
curvando en oro
sonido punzar de cicuta
venera caracol que discurre
venérea sierpe suerte ciclópea
film en grave ojo ola en la ida ondulada
ya ven heno de a poco a la mente alimenta
menta con gracia divierte este cuenco espacioso
badajo cráneo abollado bollando brillante cerúleo
dormido en el ojo centenio se pierde en el hielo la pista
acaba conmigo en signos colmillo de ofidio veneno silencio

 



 

en bandada entro en la circunstancial
puerta que abres de particularísimo polvo
cuando gastas la llave en su bronce tu fruncido ceño
entro ya múltiple y siento el silencio campana
la sal ya caída del pecho arcoíris se abre
los hilados del aire hecho de antes
los silencios reunidos
como pájaros idos apreciamos tu cielo
nos creamos en tus claros esteros
son los nidos pulidos con el brillo del oro
en bandada los siete colores
por el prisma presente
en tu cuenco ya sales
breves diamantes
pequeñas raciones de aves
convidadas por dioses que aposentan en sangre
hogares flotantes      idonido
mineral en la carne
numeral redimido
son las notas
que oyes

 

                       

 


 

cetro mántrico
cero donde calzar
descalzo mientras tanto cerdo
tránsito en el descenso inmundo 
atrapados aquí alzo mi cetro mágico
en el subtiempo argollado caigo
empuñado mástil con aros
frotan frutan columna y asta
el cetro mítico del tempo salto
por la corona tu vientre hálito
anillos rematados en pétalos
flexible escama lagar lagarto
rapto en utensilio de cedro vasto
cetro álgido vibra cada vértebra ad-vierte
aliento serpiente des-hábito en el silencio
tacto en lo yerto y bajo en cero grado en cerdo 
tierra negra  y el colmillo luz en materia espesa 
renueva su nutriente centro cetro hasta abajo
del viejo árbol y savia brilla y llega hasta el graznido
y la tinta magra que descargas en fluido con secuencia  
en seres ovarios reinos eléctrico río en aire envuelto a sonar
antiguo eco elemento en notas sostenidas bemoles y rotas
trance de estrella viejo destello ocupando número y sitio
donde universo devora quieto en los sentidos su pensamiento
pesando en plumas unos latidos guadaña guarda con su misterio
noche de notas surgentes como luceros que paren juntos
campanarios ruidos demiurgos péndulo y plumas de la serpiente
dados o dioses en sus carretas que ya sin eje narran sonajas
nuevas rodajas reales tonadas carnes abriendo la misma llama
para posibles mundos en siempre o en los altísimos horizontes

 

 




 

el discípulo abierto
en manchas de tigre
el maestro pensante en la rienda de sí
el extranjero permanente nómade hasta el fondo
el que obtiene una forma de equilibrio
el éxtasis de ser elemental
la voluntad de cuerpo
el hijo rebelde
saturno
el oro

 

 

 

 

dado sin rol
la recurrencia de seis
caras lo mantiene junto
veintiún ojos y una
incógnita en su centro
persigue el sol
con sus disfraces
su azar es sal
mutación
al cero 
espejo
lago
posible
en el plexo

cuadrado
parece cruz
los santos son animales
la geometria humana
el corazón de los astros
la furia eterna
la muerte amiga
 



 

 

estoy ya fuera
la síncopa el vino
de la copa el ánfora vela
por no se derrame
la danza del soma la críptica
nota te nombra azulada
en el edén erosionado
aroma siento
silencio
reposo
en la natura
despierto
en el sueño de la rosa








Lucas Marín (Mendoza, Argentina, 1974) es un artista multidisciplinario cuya obra se despliega en diversos formatos: pintura, dibujos, fotografías, micro-escenas y poemas en un continuo de investigación que actualmente incorpora la danza. Ha realizado diez exposiciones individuales y ha participado en más de treinta muestras colectivas. También ha generado proyectos de intervención en la escena artística de Buenos Aires como Mapa Líquido, un espacio donde pasaron cerca de cien artistas. Entre 2010 y 2017 dirigió la Fundación Pan y Arte, vinculando diversas ramas artísticas, movilizando grandes cantidades de público y con reconocimientos como el premio teatral Ace a la sala. Fue parte del equipo de creación de la beca ABC de Artes Visuales, única beca gratuita que dio lugar a tres grupos de artistas (41 becarios) luego reunidos en un libro. Realizó curadurías y textos para más de 35 muestras de artistas de varias generaciones en diferentes espacios. Desde el 2018 coordina el área artística de Umbral Cultura. Es docente desde hace treinta años en su taller y en diversos formatos y grupos, construyendo un método de enseñanza que denomina Caja de Herramientas. Hasta ahora ha publicado los libros Pizarras (2014) y Flor inaudita (2021). 

 



teaser. DANIEL FREIDEMBERG. MATERIALES




                                                                                                                                                         fotografía de Joel Sternfeld
                                                                                                                           



 QUÉ DICE DE TODO ESTO

 ¿y los que miran desde la ventana?

¿tienen historia? ¿les picará algo en sí?

¿nacieron con fórceps o no? ¿saben rezar?

¿miran? ¿saben qué miran?

¿tiene sentido para ellos la palabra “mirar”?

¿cuánto hace que pasaron

por sobre su estatura el peine?

¿de atrás para adelante o

de adelante hacia atrás?

¿o no era un peine? ¿no tienen

urgencia en hacer pis? ¿se ataron

con cuántas vueltas los cordones? ¿sabrán volar?

¿faltaron alguna vez a clase? ¿estornudan? ¿eructan?

¿se angustian cuando se les corta la luz?

¿vieron alguna vez amanecer? ¿adeudan?

¿temen que el mundo se deshaga o no?

¿saldrán de la ventana alguna vez?

¿seguro que es ventana ahí donde están?

¿en el planeta Tierra,

hecho con átomos, como es que

según tengo entendido, me hicieron?

¿átomos soy, al fin y al cabo, como ellos?

y Dios, ¿qué dice de todo esto?

 

 

EN SU SER DE ESO QUE ES

Es de homo sapiens

eso que, concreto,

depositó ahí el mundo:

materias reunidas,

a su manera elaboradas,

siglos, milenios, de evolución detrás,

por un plausible sistema digestivo.

 

Eso que yace con su

forma exacta,

ya sin olor casi,

entre el umbral y la

botella de plástico,

traído fue, dejado puntualmente fue,

por las mareas del tiempo

y los procesos de la materia carnal,

 

Exacto,

en su ser de eso que es:

átomos, fuerzas de gravedad, conjugados,

a unos centímetros nomás del umbral,

como si el mundo hubiera estado esperando

eso que tiene su forma de ser,

ya sin olor casi, ya sin nada

más que lo que es,

ahora, ahí a la vista, en su espacio,

situado como cualquier otro en el cosmos.

 

 

EL PUM, EL CRASH

 Chocó, se

fue, de

cara, era

su gran destino,

entró,

como si

fuera su in

tención

a la farmacia:

el crash, el

pum, la

correspondiente alarma

sacu

diendo el mundo

a través de las almas.

Su crash, su pum y en

cama de vidrios rotos, yace:

su gran

reposo entre

lo roto,

cierto, como

si hubiera sido el plan.

No hay buitres en

este paisaje,

no hay diablos

prendiéndose a

cobrar la presa,

ni el orden

se corrió

ni un poco,

ni los cielos temblaron.

Orden de lo chocado y lo

que choca, ¿no?,

sin diálogo.

O será eso el diálogo, quién sabe

 


CON TIZA

 Dibujado con tiza el corazón,

                                   casi borrado,

no es corazón, pero lo fue.

¿Para qué cosa? ¿Por qué en esa pared?

¿Por obra y gracia de qué fuerzas?

¿Y el gordo que apila cajones? ¿Y el ruido del motor que arranca?

¿Y el jarro verde para poner las monedas?

¿Y el sol del borde de las hojas del plátano?

¿Y las historias que acá, donde

alguien con tiza dibujó un corazón,

hicieron de alguna manera sombra

antes aun del dibujo y después?

 

Desdibujadas también las historias.

¿Y las historias que van a venir?

¿Desdibujárase todo en la pasta

inocua, rancia, del aquienleimporta?

¿Los corazones en dibujo? ¿Los dedos en Ve?

¿Los finales de clase? ¿Las citas furtivas?

¿Las manchas de tinta? ¿Las velas que no arden?

¿El estallido tras el cuarto gol?

 

Trozos celestes de algo de loza, dispersos,

que ya no hay modo de volver a juntar.

¿desdibujáranse de su condición de trozos?

¿Las altas noches previas a resaca?

¿Y la nostalgia del paraíso perdido?

¿se perdió también?

 

¿La sangre derramada, los juramentos de amor?

¿Las correcciones puestas a último momento?

¿Las ocasiones que falta resolver? ¿Y las resueltas?

 

 

 

 

 

Daniel Freidemberg (Resistencia, 1945). Poeta, crítico, ensayista y periodista argentino. Publicó entre otros libros  de poesía  Blues del que vuelve solo a casa (1973), Diario en la crisis (1986), Lo espeso real (1996), La sonatita que haga fondo al caos. Antología (1998), Cantos en la mañana vil (2001), En la resaca (2007), Abril (2016) y En vidrios rotos reflejos de sol: Poesía reunida 1973-2024 (Dilema, Madrid)



RÓGER SANTIVÁÑEZ. INÉDITOS.

 

                                                                                                                                                                        fotografía de Nadia Sharova



Alana [ rumbo a Barranquilla ]

 

1

 

Por las frondas reino soleado

Son cabellera o cintura / el cielo

Azucarada estela perfecta

Sobre intocado frescor en

Los fuegos recuperado afán

De sonreírte sin calzón por

La suave & preciosa silva

De tu nombre guarda

 

Resuello de soledad &

Oscura fragancia en la

Limpia embrujada cuyo

Jazmín todavía se recrea

Chiroca / meses de frutas

Cantos recordados & estambre

De tu corazón

 

Dime esa pluma que

Llevabas desnuda en tu

Orejita / si aún refleja

El reverso de tu íntima

Ternura / abriga esos bordes

Con que amarte en minifalda

De blue-jean / códice

De incertidumbre

 

2

 

 

Pórticos secuaces abren las

Fauces recorriendo resplandores

Recientes renovados al son

De la marimba plástica

& la mandolina crinolina

De la infancia feliz

 

Se saltan las puas finales

Soñando pubis angelicales

Vidente en el fondo de la

Noche oscura del alma

Llena de brisas quiméricas

En el mazapán de su

Madrugada

 

Por fín las dunas acrecientan

Sus soleadas soledades

& las estrellas se vengan

Con el brillo del payaso

Azul de los cuentos frac

Asados

 

Secretos perdidos en la

Piscina de tus nalgas

Hubo diosa pero ya no

Quiere

 

3

 

Volátil la suavidad melancó

Lica en sus pajarines desasidos

El mar & oscuras estelas

Son risas para papisas

Desvestidas sin mácula

Sin roche en los huecos ins

Tantáneos imbricados

 

Nada enciende la luz ama

Necida en el rocío de Lima

Es tan solo su soledad

Prístina en lejanos arenales

Apareces como un sueño

Surtido en miríadas de

Flores calatitas intactas

 

Había chiroca o choqueco

En bautizos de floresta chu

Lucanas tránsito de avis

Pas mortecino atardecer

Mariposea en tu memoria

Sin truza roja de sentido

Siente silente su postura



4

Meandros titubeantes deslizan

Panales enmielados son el

Pálpito que late en tu te

Quiero & el petate vuela

Volando en tu jean ajustado

O cuello de cisne sería

En cuatro que voltea

 

¿Quién sabrá si el anillo

Vibrátil se aposenta en

La majada honda de

Ti misma? Dime

Si esta poesía llega

Al claústro & hace

Quorum que mora

 

& enamora morada en

La chicha baiada entre

Las márgenes de píndaros

Dadivosos suculentos si

Nuosos en tu celestial

Vaivén inusitado

Nunca raca

 

 

 

 

 


Róger Santiváñez nació en Piura, ,costa norte del Perú. Estudio Literatura en la Universidad de San Marcos de Lima y obtuvo un Ph.D. en poesía latinoamericana en Temple University. “Comunión de los santos” [Libros de la Resistencia, Madrid 2023] es su mas reciente compilación poética. Fue profesor en Princeton University, Drexell University, Haverford College -entre otras- y actualmente vive a las orillas del río Cooper, sur de New Jersey, dedicado a la escritura y al estudio de los lenguajes de la poesía.


LOLA NIETO. EL MISTERIO RINDE AL PENSAMIENTO














el fruto del gingko
aplastado desprende 

un olor nauseabundo
con los ojos cerrados 

mientras camino no
digo los nombres

para despertar
del otro lado sin 

tortugas en el estanque
algo se deslinda 

desconozco su fórmula
nenúfares que flotan 

marchitos solo es preciso
esperar la realidad 

acontece sin que sea 
contemplada nada 

separa campos de arroz
de cementerios

si las carpas se hunden
un pico une pétalos 

de camelia por
debajo del cuervo 

escribir mientras duermo
me doy por satisfecha 









si me tapo los oídos con los índices
escucho un rumor 

¿cuál es la naturaleza de ese espacio?
el misterio rinde al pensamiento

silencio y sonido
dos veces de dos modos

eso que mora cuando la mente se duerme
por un momento y eclosiona

¿cuál es la naturaleza de la sílaba anudada
que nada en el interior del huevo

y que ni bien quiero tocar
se disuelve?






Ilustración de Ikigai Matsuri