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MÓNICA BELEVAN + HAVE A NICE LIFE

 







C’est im-possible, dice Mauberley,

[Splitting syllables for emphasis]

No ser ya el epígono de somebody;

Dadas como están las cosas, dadas,

Es decir, las cosas como están –historically—;

Las cosas como son, things being what they are, et al;

Las cosas como no pudieron ser, quizás,

Poniéndonos nosotros antes que a los genios,

Para que su genio nos supere (por detrás);

Y nada quede ya que lamentar

Sobre botellas que se me hace

Ca-da dí-a más di-fí-cil aplicar

Al ejercicio de la profesión telar

Que implica el urdir complots y tramas reales,

Por no poder ya, impotence! oh tragöedie!

Tramar ficciones.

Things being what they are, and where they are

Ma cher, no queda más que asesorarle:

Darling, I would recommend

You choose your masters most precisely

No sea que estos vayan a fallarle, como buena parte de

Las malas influencias de las que, en buena parte,

Uno sigue dependiendo para la supervivencia de la trascendencia

De nuestras versiones ínfimas de los enormes temas,

Las resoluciones píticas e insignificantes que otorgamos

A los materiales muertos e inmortales que en nada

Ya preocupan de verdad a gentes que no buscan la verdad

(Entre las que me incluyo, por saber que la verdad

N’existe pas).

Ocúpese, como nosotros, de encontrar la mejor forma

De vender lo poco que no tiene por vender

Por recobrar, del modo más altisonante –y hasta elevado, si pudiera—

La orfebrería del sofisma

Ocúpese, rapsoda, de hacer economías donde duelan

El éxito implica siempre un alto sacrificio

(El de los de/más).

Créame cuando le digo que ninguna detracción a su integridad será

Realmente terminal. El alma es como el rabo de la lagartija,

Que se regenera, por lo menos la primera vez, en trauma

Para su edification literaria; y a la segunda vejación,

En un scandale espirituelle como para aplacar sus

Ínfulas más periodísticas; a la tercera,

En una rara sensación de insensibilidad

Que le permitirá acceder a —don de dones—

 

JOSÉ CARLOS YRIGOYEN. EL LIBRO DE ZOE

 



1




                             Bienvenida a mi mundo conceptual

              donde he desmontado el sencillo santuario de tu perfil

                                          cuyo fuego iluminaba el noroeste

 La vida es un libro fácil de leer, pero lo que nos dice resulta insoportable:

                                    confundimos eso con la complejidad

confundimos eso con el honor

 y después salimos a sacrificarnos por causas que no nos incumben

                        Mi padre siempre me advirtió sobre eso

 pero debo decir que formaba parte de una época distinta

donde la Constitución que imperaba era una encadenada

                                        serie de retractaciones póstumas:

problemas inevitables de mantener una gerontocracia

que aun después de la muerte

                                             insiste en seguir sesionando

 Si solo piensas en la poesía no llegarás a ninguna parte

 me dijo hace años mi padre desde la puerta de mi cuarto

 y aunque tenía razón, aquí prosigo

            en este país adverso a las canciones que de jóvenes

                                                                       nos ensimismaron

cuando debíamos instruirnos en la ciencia y la técnica

            que conspiró contra mis contemplaciones solitarias

 contra la imaginación

                                   que ha forjado todas estas cosas

No conoce la belleza de rendirse, la sensualidad de la claudicación

                                No vive duplicada como yo para enfrentar

con refuerzos a la muerte

                 como una profecía que arraiga en dos corazones distintos

                              no vive sabiendo que vivir es una larga despedida

 más bien reúne con sus sentidos a la noche heterogénea:

 mi hija Zoe suele pedirnos que salgamos en el auto

por la ciudad sin ningún rumbo, solo escuchando música

                                             y mirando las calles en silencio

 ¿Reclama así justicia por nuestros grandes descuidos

                          por las omisiones que pudimos evitar

          pero no lo hicimos?

                                 ¿Estoy a tiempo para resarcirme?

Tras el vidrio un mundo borroso en que la lluvia todo lo empaña

                y todo lo perdona

                                               No conoce la fealdad de ser adulto

 solo acepta la protección paterna bajo ciertas condiciones

            como quien esconde su bondad detrás de un crimen

 
No conoce a Dios Padre ni sus anchos tentáculos

que alcanzan las estancias más bajas de mi esencia moral

        yo le niego mi aliento confesional, que siempre exige

a sus fieles

                                     deidad de la culpa y del victimismo


Señor, soy consciente de que he llegado a la edad

              en que puedes matarme de un momento a otro
sin levantar sospechas y que por ello debo

                  guardarte temor, como efectivamente sucede

 Pienso en todas esas ocasiones cuando decidiste perderme

solo para probar tu punto:

                              he besado chicos que me querían y que no

me querían, y con esos mismos labios he besado a mi hija

                                       No hallo contradicción ni vergüenza

en nada de esto, aunque hay demasiadas cosas

                                                         que no logro entender

y por ello viajo fuera de la ciudad

para distraerme y no angustiarme

                pero es inevitable encontrarte luego transfigurado en olmo

 protector

                                de un restaurante campestre

 No te comprendo, pues me acosas durante una temporada

                 y después me abandonas varios años:

                    ¿cuál crees que sería la opinión de mi hija si yo

                                                                    le hiciera lo mismo?

Engranado a tu obra como los búhos y los puentes

                             me entrego manso a tus métodos

                            a la policía secreta de tus elegidos

         a la confusión que sojuzga todos los seres sin asombro

 Bienvenida entonces a mi mundo conceptual donde eres

un encuentro secreto que el diente de león ha trabajado con paciencia

            Donde las cosas pueden cambiar, pero no sus sombras:

recuerda que la oscuridad no tiene autoridad para darte lecciones

             que puedes hacer lo que quieras con la proyección

que ofrendas a todas las cosas externas

                   Quise hacer de ti un ser aristotélico, hacer de tu visión

algo tan explicable como un eclipse

                               Pero tú no aceptaste estas imposiciones

 al final solo concediste que te enseñara las palabras

que nombran lo sencillo y lo imposible al mismo tiempo


 




3


[conductor kamikaze]

 

He tomado el volante porque de los dos soy el más viejo

                                                        se supone el más sabio: después de todo

 puse el nombre a mi descendencia y desoí cualquier influencia religiosa

                     porque sabemos que todo nombre bíblico es conspiración

                                                                 de la sombra

                                      Las patrullas de carretera no pueden detenernos

 El sol es una rueda lenta

                             deambulante península, pájaro numerado

  en el que es mejor no confiar

                    Eres nacida de aquella mitología

que fundé un sábado por la tarde, a los quince años

                                                    cuando fui consciente

de la primera experiencia de sentirme solo

                 porque la adolescencia, hija mía,

            es un edificio al que nos resistimos

a entrar y yo me resistí hasta que me fue imposible hacerlo

                   Mi rostro era una ventana rota

 muy diferente al tuyo, iluminado entre las urbanizaciones

                                                                        de la medicación

 sorprendente como un enorme símbolo en el cielo

                           Solo tienes que estar segura

                           de que estás haciendo lo correcto

 quiero decir: el tiempo aquí es una rareza que debemos disfrutar

 quédate con eso

 quédate también con la razonable figura del hotel de paso

               He tratado de dormir entre sus baratas vértebras

pero te estoy mirando y pensando

                      hija mía, en el incierto destino que nos espera


 ¿Qué es aquello que ocasiona, embalado, horrendos accidentes

entre los hombres libres?

                                 Verás que el identikit del conductor kamikaze

 aparece sin frente sin ojos y sin labios:

                                                  su oficio es perder el camino a casa

 extender la destrucción incansable como el corazón de un ciervo

 En el núcleo del silencio

                                            luego de toda colisión

                                     encontrarás un paisaje dudoso y trastornado:

 aquel sitio es donde se nos ha encomendado llegar

 oponiéndonos a la dirección establecida por las leyes del pasado

                                                              y en las señales de la autopista

              aquí es donde las nubes huyen, aquí es donde se celebra

la medianoche del diálogo

                                         aquí donde crecen los mirtos del tétanos

también donde se aparean el daño y el azar

Un día de estos deberás elegir, mi pequeño árbol enramado

Mírame:

                  no podrás huir hacia la última habitación tendida

en el fondo del espejo

 

                                                        No lo intentes ni negocies

                                No hay manera de escapar a esta visión

 

                             Ser la única chica en un grupo de chicos

también es ser un conductor kamikaze

                            Entonces la iniciativa es tuya

 la agilidad de trepar los muros más altos de las relaciones humanas

              y la inteligencia para darle utilidad a ese privilegio

te han sido concedidas

                                                                       Nuestra vida bella y extraña

 Somos helechos que se alzan hasta donde nadie creía que era posible

                                             somos un secreto pueblo vasco:

la sabiduría sin memoria a nadie le sirve

               pero solo los malvados se definen por su origen

                                                                y no es nuestro caso

 Nosotros conducimos contra la norma porque no hemos tenido elección

             y aquí te lego mi único consejo: deberás interrogar

al pospuesto fuego de la sexualidad y con sus respuestas

                                   componer un himno abreviado

 por la pulsión de besar y seducir a quien queremos:

              somos la hierba que crece por todos lados

—las invadidas persianas, la cocina anclada

          en el lenguaje coloquial de los años setenta—
de una casa en abandono hace ya mucho tiempo

                                                  Imagínate ascender

hasta el tejado de la mano del muchacho que amas

y tenderse como un par de revistas abiertas

                              desafiando la rabia del sol

 el calor que acerca la latitud de los cuerpos

 en una mañana sin daño, medida por falanges y sextantes

                                                                                      inevitable

 que te enseñará a amar la vida

                                   porque la muerte no demuestra nada

BACKSTAGE: VICTORIA GUERRERO: HAY QUE PENSAR LA POESÍA MÁS ALLÁ DE TÉRMINOS ESTÉTICOS. MAURIZIO MEDO

  


Leía el subtítulo en
Cuadernos de Quimioterapia titulado contra la poesía y esta “advertencia” me hizo retroceder por las páginas de tu obra poética hasta llegar a El mar, ese oscuro porvenir. ¿Cuánto de Victoria Guerrero se pone en juego?

En todo ese recorrido textual, mucho de mi yo está presente, de una tal “victoria guerrero”, que se ha ido haciendo, entretejiendo, a la medida de lo que se quiere decir, o, mejor dicho, lo que no se puede decir debido a las limitaciones del lenguaje. He hecho del cuerpo y de lo biográfico una textualidad que me es imprescindible para poder decir y construir una poética que vaya más allá de lo ya enunciado hasta ese momento dentro de la tradición, que no sé si lo he logrado, pero lo he intentado de corazón y con una cierta insatisfacción, que es casi con la que una nace en estas latitudes si se tiene un mínimo de conciencia de sí y de su entorno.

Como escribió Bernardo Soares –heterónimo del bien querido Pessoa y a quien cito en El mar…: “Para crear, me he destruido”.

De alguna manera, he diseccionado mi ser, porque entendí que solo incendiando la única posesión que tengo –mi cuerpo– podía construir un discurso poético, parapoético, metapoético –como quieras llamarlo– que podía ser usado como un arma de cuestionamiento, que, si bien en un principio fue meramente intuitivo, es obvio que ya en Ya nadie incendia el mundo no lo es.

Allí lo que hay es una gran alegoría de lo nacional, que L. F. Chueca ha leído bastante bien y que, por supuesto, he intentado reelaborarla desde una voz y un cuerpo femenino, desde aquellos cuerpos que han sido opacados constantemente.

Al mismo tiempo, la migración es una experiencia límite en muchos casos, más aún cuando, en este país, no existía para los miembros de nuestras generaciones ninguna expectativa de vida vivida sino era rozando con la muerte o la miseria de la sobrevivencia.

Todo eso también te lleva a extremar el lenguaje al punto que la vida misma entra, porque sientes que todo debe estar para poder darle un sentido a la reconstrucción de ese yo.

Es un mecanismo de doble vía: me expongo en el texto para poder reconstruirme en la vida.

El arte lo entiendo no en su función meramente estética, sino también política y de una mínima restitución simbólica de todo aquello que se nos demanda día a día. La poesía no sirve para nada, entendido esto, pasas al momento en que la poesía te da todo: caminos para enfrentarte, para aliviar, para hermanarte.

En la voz de aquella “vgp”, hay otros sujetos que están operando detrás de ella y quiero creer que, a su vez, cuando tengo el privilegio de que me lean, en ellos se está operando la misma disidencia y la misma hermandad, el mismo horror frente al poder y la lucha por una vida bien vivida.

¿La voluntad por construir la ficción desde la entraña (mientras se afirma y disuelve la biografía) podría ser el argumento del subtítulo contra la poesía?

Yo diría, más bien, que hay un hartazgo de poesía, en el sentido de que he llegado a palpar sus límites, debido a que la vida misma se nos presenta con tal violencia que seguir en pie de guerra, seguir hablando desde aquello que tú llamas “la entraña” ya no es posible, porque, en Cuadernos de quimioterapia, la guerra hay que pelearla en la vida misma, y la poesía es un lugar ya poco posible para entablar esa serie de disidencias. ¿La he jaqueado hasta el punto del bostezo?

Pero siempre “desde el piso de lo real” en donde las superficies son “reabsorbidas” a través de diferentes planos y niveles del habla.

He intentado expresar esta habla desde diversos niveles y, para ello, me he apropiado tanto de la técnica surrealista y del expresionismo como de citas y nombres que me ayudaran a construir el sentido de aquello que quería expresar.

Por allí escuché una crítica de que Berlin estaba lleno de citas y dónde estaba “mi poesía”, mi voz. Esto me provoca una media sonrisa, porque se trata de una estética del descubrimiento, pero no es un juego en el que expongo al lector a descubrir las citas –si las sabe, bien, puede ayudar; pero no es imprescindible–; me interesaba más lograr alcanzar el sentido, sin importar que fuera con palabras de otros, con lecturas mías, con prosa, con poesía, con una conversación callejera, etc.

Todo era material reciclable, los poetas los hacía míos en su sentido más personal y más amoroso: por fin, cada verso suyo era mío en mí, tal como siempre añoré.

De allí la construcción de estos niveles a los que aludes y, por supuesto, también estas ensoñaciones, que están emparentadas a cierto nivel de locura: la locura como parte de la vida –o de mi vida– y de la poesía.

En Cuadernos de quimioterapia, en la primera sección, Contra la poesía, escribes:

 

Estamos cansadas de tanta Poesía

Felizmente ya cerraste el pico

Ahora te haces pis

Te haces la valiente frente al público

Alguien tiene que decirlo y es verdad:

La poesía de mujeres es ridícula hasta el hartazgo

Telenovelesca como nuestras vidas

Dura penetrable penetrante

Los Poetas son melindrosos ante la poesía de mujeres

Sobre todo la que habla de penes y vaginas

¿Crees que, en determinado momento la ‘poesía de mujeres’, al menos en nuestro país, se banalizó hasta el punto de la ‘telenovela’, ¿por qué?

Lo que pienso es que lo que llamamos “poesía de mujeres” o el movimiento que dio paso a una voz femenina en la poesía peruana ha sido excesivamente criticado y, yo diría, casi repudiado por una buena parte de la crítica (la crítica en su sentido más amplio, no solo la especializada, sino de lectores en el pasado y aun en el presente: “los Poetas son melindrosos ante la poesía de mujeres”). Incluso, lo que ha logrado, a la larga, es unir a un grupo diferenciado de poetas que ahora casi nadie individualiza.

Obviamente, esto me toca en lo que me tiene que tocar: “he sido ungida como una niña” (CdQuimioterapia). Entonces, me incluyo también en la pregunta que planteas y en la cita misma. Es una pregunta sobre mi genealogía como escritora.

¿Pertenezco al grupo de la poesía escrita por mujeres?

En cierto sentido, sí y, en otro, no.

No puedo opinar sobre la poesía obviando el género del sujeto que escribe.

Me importan ciertas reivindicaciones desde el género y creo que a toda mujer deberían importarle y más en este país.

Esa también es otra lucha constante.

Así que preferí hacerla más explícita en este libro: ¿cuál es mi origen?, ¿con qué tradición conectarme?

Me conecto con Vallejo, con JRR, Apollinaire, y soy feliz, me emociono, verdaderamente, y luego leo a Ollé, a Eleonora Carrington, los diarios de Anaïs Nin, al primer Zurita, a Diego Maquieira, a Diamela, y me siento allí, estoy viva allí, con mis dudas y mi telenovela frente a una estética audaz, que intenta punzar un paradigma, que, en nuestro país, es altamente conservador.

Mi generación y las anteriores han –hemos– sido educadas para actuar como las heroínas de telenovelas, con llantos y cursilerías baratas, etc., y es una demanda que se nos hace y que se nos quita en determinados contextos.

Ahora, como mi generación llegó al mundo con la liberación de los años setenta, entonces, lo que hay en el mundo intelectual es esta disyuntiva constante entre ser una feminista educada –y que te miren con el rabillo del ojo– o creer en la pretendida igualdad entre el hombre y la mujer, pero cuando llegas a casa es donde las papas queman.

Es una cuestión bien compleja.

La escritura, el arte en general no puede eximirse de ese cuestionamiento.

En otro momento señalas: (Es verdad cada régimen posee su escritura) ¿Cómo sería el régimen poseído por tu escritura?

Esa frase es de Barthes y la cito porque me interesa indagar en el poder, es decir, cómo cada discurso de poder elige una escritura muy particular para transmitir, gobernar y controlar ámbitos políticos, estéticos e incluso muy privados, como los cuerpos mismos, y la manera en que los patologiza o los elimina cuando le son problemáticos.

En una fantasía megalómana de un régimen poseído por mi propia escritura, este sería un espacio liberado, despojado de tanta escritura insana y autoritaria (racismo, segregación, mezquindad, etc.), para dar paso a un régimen de la audacia creativa y la imperfección del cuestionador inteligente, apasionado.

Leí sobre las circunstancias que pudieron originar la idea para referirte a una quimioterapia (y toda la farmacopea que está alrededor de ella) pero no dejo de pensar que, al mismo tiempo cáncer y quimioterapia podrían estar constituyéndose en las metáforas-eje sobra las que giran el libro. Es decir, dos mascaradas dentro de esa poética que ‘testimonia sin metáforas’. ¿Te lo has planteado?

Hasta el momento no lo había pensado tan abiertamente, así como me lo planteas, pero un cierto camino hay, de hecho, en las citas que aluden directamente a esta demanda de “renovar la poesía” cuando sufre el embate de ese léxico farmacológico.

La poesía se muestra como un cuerpo abatido, que debe ser auscultado, irradiado, pero también le llevo su helado de chocolate, se lo come feliz y luego lo vomita. La poesía como una paciente enferma, un cuerpo femenino en crisis.

Esta idea me daba vueltas, pero es, a la vez, una gran y triste ironía, porque todo lo que implica el régimen con que se trata esta enfermedad constituye una real crueldad.

¿La poesía puede ser sometida a esta auscultación sin sufrir daños colaterales?

Creo que no, por eso prefiero el exceso o el silencio.

¿En nuestro país la “literatura” podría ser el cáncer de la poesía? Te lo pregunto en base a una conversación con Jerónimo Pimentel en la que declara: “La sensación que tengo como lector es que la poesía peruana está atrapada en su propia tradición y que no ha podido dar un salto cualitativo en por lo menos 40 años, cuando Hora Zero postula el poema integral”. Esto implica que para algunos creadores la poesía tal cual la entendemos es un espacio si bien libre, visitado y revisitado.

Si pensamos a la literatura en su sentido más tradicional y de inmanencia, sí.

Es un hecho que hay corsés que imposibilitan la ruptura, porque, particularmente en el Perú, hemos sido educados con el peso de la Tradición; por eso, más arriba te decía, que como escritora y como mujer es un papel que me cuestiona doblemente, pero también creo en las posibilidades de ese cuestionamiento, es decir, en la medida que nunca podremos pertenecer abiertamente, sin miramientos ni sospechas (ah, “es una poeta a tomar en cuenta”, “medio feminista”, “gorda, flaca, tonta”, etc.), al canon, es una ventaja de la que me he valido en los últimos diez años.

Me he sacudido del formalismo con que me eduqué en los años noventa, porque allí pesaba la tradición, la palabra exacta, etc. El canon es un referente más en la medida que me apropio de él en un sentido personal, de posesión de los versos y las palabras, es decir, para hacerlas mías, debo traficarlas. Pienso que es allí donde la poesía puede abrir una veta importante, un movimiento arriesgado en diálogo con otras tradiciones.

Hay que explorar otros lenguajes y otras tradiciones más allá de la cultura occidental, más allá de nuestra pequeñísima vida limensi.

Tampoco me gusta la idea de encasillar a un escritor en un “género literario”, eso me parece bastante conservador; a veces la situación te demanda otro tipo de escritura o escapar de un formato.

Por otro lado, creo que debemos dejar de pensar en términos solamente estéticos el por qué, desde mediados de los ochenta, la poesía peruana da vueltas sobre sí misma –si es que esta afirmación es válida, otros podrían decir que se trata de otro momento–.

Debemos pensar en términos políticos y económicos también, es decir, cómo la violencia y luego la dictadura fustigaron y estigmatizaron todo espacio de cultura hasta arrinconarla.

En ese camino, ¿por qué la crítica no se adaptó a los nuevos tiempos? No creo que sea la única tradición que esté en crisis. La posmodernidad, además, es un discurso que ha puesto en jaque muchas poéticas (y el arte en general), puesto que ya no es posible “matar al padre”.

Entonces, ¿cómo vas a refundar sobre aquello que no puedes matar, pero tampoco te identificas plenamente?

Solamente puedes hacerlo a partir de la exploración y la reconstrucción de cuerpos (textos) incompletos, mutilados, pero siempre deseantes.

Ojo, no digo que la escritura de una mujer sea una respuesta (no creo en purismos a partir del sexo, creo en el posicionamiento de los sujetos), lo que afirmo es que una escritura disidente sí lo puede ser.

 

 

 

RÓGER SANTIVÁÑEZ. INÉDITOS.

 

                                                                                                                                                                        fotografía de Nadia Sharova



Alana [ rumbo a Barranquilla ]

 

1

 

Por las frondas reino soleado

Son cabellera o cintura / el cielo

Azucarada estela perfecta

Sobre intocado frescor en

Los fuegos recuperado afán

De sonreírte sin calzón por

La suave & preciosa silva

De tu nombre guarda

 

Resuello de soledad &

Oscura fragancia en la

Limpia embrujada cuyo

Jazmín todavía se recrea

Chiroca / meses de frutas

Cantos recordados & estambre

De tu corazón

 

Dime esa pluma que

Llevabas desnuda en tu

Orejita / si aún refleja

El reverso de tu íntima

Ternura / abriga esos bordes

Con que amarte en minifalda

De blue-jean / códice

De incertidumbre

 

2

 

 

Pórticos secuaces abren las

Fauces recorriendo resplandores

Recientes renovados al son

De la marimba plástica

& la mandolina crinolina

De la infancia feliz

 

Se saltan las puas finales

Soñando pubis angelicales

Vidente en el fondo de la

Noche oscura del alma

Llena de brisas quiméricas

En el mazapán de su

Madrugada

 

Por fín las dunas acrecientan

Sus soleadas soledades

& las estrellas se vengan

Con el brillo del payaso

Azul de los cuentos frac

Asados

 

Secretos perdidos en la

Piscina de tus nalgas

Hubo diosa pero ya no

Quiere

 

3

 

Volátil la suavidad melancó

Lica en sus pajarines desasidos

El mar & oscuras estelas

Son risas para papisas

Desvestidas sin mácula

Sin roche en los huecos ins

Tantáneos imbricados

 

Nada enciende la luz ama

Necida en el rocío de Lima

Es tan solo su soledad

Prístina en lejanos arenales

Apareces como un sueño

Surtido en miríadas de

Flores calatitas intactas

 

Había chiroca o choqueco

En bautizos de floresta chu

Lucanas tránsito de avis

Pas mortecino atardecer

Mariposea en tu memoria

Sin truza roja de sentido

Siente silente su postura



4

Meandros titubeantes deslizan

Panales enmielados son el

Pálpito que late en tu te

Quiero & el petate vuela

Volando en tu jean ajustado

O cuello de cisne sería

En cuatro que voltea

 

¿Quién sabrá si el anillo

Vibrátil se aposenta en

La majada honda de

Ti misma? Dime

Si esta poesía llega

Al claústro & hace

Quorum que mora

 

& enamora morada en

La chicha baiada entre

Las márgenes de píndaros

Dadivosos suculentos si

Nuosos en tu celestial

Vaivén inusitado

Nunca raca

 

 

 

 

 


Róger Santiváñez nació en Piura, ,costa norte del Perú. Estudio Literatura en la Universidad de San Marcos de Lima y obtuvo un Ph.D. en poesía latinoamericana en Temple University. “Comunión de los santos” [Libros de la Resistencia, Madrid 2023] es su mas reciente compilación poética. Fue profesor en Princeton University, Drexell University, Haverford College -entre otras- y actualmente vive a las orillas del río Cooper, sur de New Jersey, dedicado a la escritura y al estudio de los lenguajes de la poesía.