QUÉ DICE DE TODO ESTO
¿y los que miran desde la ventana?
¿tienen historia? ¿les picará algo en sí?
¿nacieron con fórceps o no? ¿saben rezar?
¿miran? ¿saben qué miran?
¿tiene sentido para ellos la palabra “mirar”?
¿cuánto hace que pasaron
por sobre su estatura el peine?
¿de atrás para adelante o
de adelante hacia atrás?
¿o no era un peine? ¿no tienen
urgencia en hacer pis? ¿se ataron
con cuántas vueltas los cordones? ¿sabrán volar?
¿faltaron alguna vez a clase? ¿estornudan? ¿eructan?
¿se angustian cuando se les corta la luz?
¿vieron alguna vez amanecer? ¿adeudan?
¿temen que el mundo se deshaga o no?
¿saldrán de la ventana alguna vez?
¿seguro que es ventana ahí donde están?
¿en el planeta Tierra,
hecho con átomos, como es que
según tengo entendido, me hicieron?
¿átomos soy, al fin y al cabo, como ellos?
y Dios, ¿qué dice de todo esto?
EN SU SER DE ESO QUE ES
Es de homo sapiens
eso que, concreto,
depositó ahí el mundo:
materias reunidas,
a su manera elaboradas,
siglos, milenios, de evolución detrás,
por un plausible sistema digestivo.
Eso que yace con su
forma exacta,
ya sin olor casi,
entre el umbral y la
botella de plástico,
traído fue, dejado puntualmente fue,
por las mareas del tiempo
y los procesos de la materia carnal,
Exacto,
en su ser de eso que es:
átomos, fuerzas de gravedad, conjugados,
a unos centímetros nomás del umbral,
como si el mundo hubiera estado esperando
eso que tiene su forma de ser,
ya sin olor casi, ya sin nada
más que lo que es,
ahora, ahí a la vista, en su espacio,
situado como cualquier otro en el cosmos.
EL PUM, EL CRASH
Chocó, se
fue, de
cara, era
su gran destino,
entró,
como si
fuera su in
tención
a la farmacia:
el crash, el
pum, la
correspondiente alarma
sacu
diendo el mundo
a través de las almas.
Su crash, su pum y en
cama de vidrios rotos, yace:
su gran
reposo entre
lo roto,
cierto, como
si hubiera sido el plan.
No hay buitres en
este paisaje,
no hay diablos
prendiéndose a
cobrar la presa,
ni el orden
se corrió
ni un poco,
ni los cielos temblaron.
Orden de lo chocado y lo
que choca, ¿no?,
sin diálogo.
O será eso el diálogo, quién sabe
CON TIZA
Dibujado con tiza el corazón,
                                   casi
borrado,
no es corazón, pero lo fue.
¿Para qué cosa? ¿Por qué en esa pared?
¿Por obra y gracia de qué fuerzas?
¿Y el gordo que apila cajones? ¿Y el ruido del motor que
arranca?
¿Y el jarro verde para poner las monedas?
¿Y el sol del borde de las hojas del plátano?
¿Y las historias que acá, donde
alguien con tiza dibujó un corazón,
hicieron de alguna manera sombra
antes aun del dibujo y después?
Desdibujadas también las historias.
¿Y las historias que van a venir?
¿Desdibujárase todo en la pasta
inocua, rancia, del aquienleimporta?
¿Los corazones en dibujo? ¿Los dedos en Ve?
¿Los finales de clase? ¿Las citas furtivas?
¿Las manchas de tinta? ¿Las velas que no arden?
¿El estallido tras el cuarto gol?
Trozos celestes de algo de loza, dispersos,
que ya no hay modo de volver a juntar.
¿desdibujáranse de su condición de trozos?
¿Las altas noches previas a resaca?
¿Y la nostalgia del paraíso perdido?
¿se perdió también?
¿La sangre derramada, los juramentos de amor?
¿Las correcciones puestas a último momento?
¿Las ocasiones que falta resolver? ¿Y las resueltas?

No hay comentarios:
Publicar un comentario