Una mentira oportuna
Prender
la tele y
quedar
absorta.
Mamá no
para.
Cuando
tiene un infarto
me llama
por teléfono.
Mastico
mis vegetales
y tomo
un vuelo directo
a su
habitación.
Di tres
pasos y medio
para
nunca parar.
Nunca
parar.
Estos
son mis hábitos malos:
Sacar la
basura los jueves
y con un
día de tardanza.
Me
retraso 24 horas,
casi
siempre,
como la
cría
que
abandona mi cuerpo
justo
antes de volverse derecho.
Le dije
a mamá
que se
detuvo
que no
vino este mes.
Fui
feliz.
Mamá
dijo
que era
necesario
seguir
comiendo vegetales.
Sabe que
soy un mesero,
que
volveré con ustedes
con una
ronda de martinis
y
aceitunas rellenas.
En
España
le dicen
tapas,
en mi
país
lo
llamamos
un
insulto al tamal.
No
puedes comer
tamal y
vegetales.
Sería
indecente.
Parte de
la rutina
se
encuentra en contarlo todo.
Admitir
que soy un mentiroso
también
es una mentira.
Una
mentira oportuna,
muy
oportuna.
Deudas
I
Nos
debemos baba y sueño
como las
tortugas se deben lechuga y queso.
Los
abrazos a veces muerden
capaz y
los capataces
saben
algo de eso
entre
tantos trapeadores y mopas
entre
limpiadores de vidrios
y paños
opacos
entre
polvo
cera
y
categoría.
Sé que
los abrazos
después
de lavar los trastes
eliminan
incertidumbres
y las
dejan oliendo a limón.
Sé
que
ventilar las dudas húmedas
en
tiernas manos
no
disminuye el impacto
de la
minería ilegal.
Ojalá
pudiéramos
hablar
con
alguna tortuga
ofrecer
un silencioso queso
recibir
un secreto del universo.
‘olvídalo todo, desaparece’.
También
lo dirías tú.
Pero el
queso
y la
cera
y el
polvo
descansarían
sin percibirse.
II
Polvo
cera
categoría.
He
pensado también
en
abrazos geniales
abrazos
geniales geniales.
Observar
cómo se
sumergen,
un
estudiante
y la
medicina,
el
escenario era un taxi
esa
noche nos hundimos todos.
Categoría
cera
polvo.
Me duele
el
trapeador
las
ganas de salir en la mañana
la gente
con vigor
los
cólicos ambulatorios.
¿Ya
olvidamos a la tortuga
y la
militancia oficial del ambiente?,
¿es que
hubo otra gran revelación
en la
naturaleza?
[ ] Sí
[ ] no.
La gente
escuchó abrazo genial
y fue
todo lo que necesitaron,
necesitamos.
III
La
tortuga volvió a depender
de un
dedo que le alcance
queso y
lechuga.
Hay que
visitarla más seguido, es un deber cívico.
Vivir
con un cableado de cobre, una orden.
Quizá
sugerencia imprescindible
quizá
temor irremediable
quizá
propuesta indecorosa
pero
prudente.
Cera
Polvo
categoria.
Soy
persona
ok
Respiro
Ok
voy en
la lista de
no sé
que
para no
sé qué.
Espero
mi turno
desde
mil novecientos noventa y siete.
Espero
mi turno.
Espero
mi turno.
Espero
mi turno.
Abrazo
genial.
Mis
brazos son brasas
y tú
un bollo
de chocolate
ardiendo.
Thank you for staring.
Desistí
de la idea
de
cercenar mi cuerpo
con un
bisturí
para
llenarlo de silicona.
Desistí
cuando
cogiste mis senos
y los
besaste
después
de escucharme.
No
estaría malo un boobjob.
Una
forma de renovar la carne.
Y es que
me da tanto miedo
la
gangrena y el uso constante de un sujetador
para
todo.
Las
cuentas de streaming sobregiraron mi tarjeta.
Ya no
tengo de donde agarrarme.
Me viste
implacablemente
tus
manos siguieron su rumbo
en 45
grados perfectos.
Nunca me
había sentido tan querida.
Pensé de
nuevo.
It’s no biggy, it’s a matter of
confort and taste.
First biggy,
Es un
tema de posesión
dijiste.
Son más
mías que tuyas
y es
probable
que
demande al doctor
por
quitarme la almohada que acomoda mi sien
la manta
que seca mis lágrimas
y el
recurso adecuado
para
liberar la ansiedad
o
frustración.
A veces
no puedo creer
que la
respuesta sea tan obvia.
Quizá no
lo soporto
como los
pobres plomeros
que
agachan la cabeza
cuando
alguien trata de pagarles
con un
billete
y no
con un
protagónico
en un
mal empleado
guión
pornográfico.
Second biggy.
Derramé
té de cedrón sobre mi blusa,.
Lo hice
a propósito.
Usaste
tal determinación
que mis
latidos
sincronizaron
las palpitaciones
sobre
tus yemas.
¡Qué
pulgadas!
Creo que
ya no está en mi cabeza
nunca
más pensaré
en
cirugías,
en
bisturís,
en
siliconas,
o en los
bikinis que irían bien
con esta
situación.
Third biggy,
You’re thinking
of one little buddy
Querido
México
volveremos
a ti
por
carretera.
Izaremos
nuestros brazos en el viento
mientras
aquello que hicimos
en
nombre de los osos de peluche
llora en
la parte de atrás.
No te
preocupes
nosotras
también lloraremos.
Quizá no
de gracia
quizá no
de pena
pero,
¿quién sabe?
You’re thinking of one little girl
Tiene
tus ojos,
me
dirás.
Pero mis
ojos nunca fueron los míos.
Valoraré
el no seguir pensando
en
aquellas aguachentas bolsas
para
conformarme
con las
que puedes tocar.
Podemos,
las
tres.
Nuestras
manos
son tan
escasas.
Recorreremos
miles de kilómetros
para
chocar con una cerca igual de blanca.
Un housejob.
A
medida.
Predije
amplias ventanas
arrullos
que se renuevan
para
mantenernos aquí.
Quién
nos viera.
México
no espera
a que
nos apaleemos con tequila
porque
nuestros días
se
colmaron de
talco y
caca.
Le leche
y los pañales
que
prometiste dejar
en el
camino ejemplar,
del
pompis al tacho,
de la
reserva al pompis.
Te
sedujeron lo suficiente.
Renunciaste
a las camisas limpias
y los
lentes oscuros.
Quien
nos viera.
Sumergidas
en una
órbita divagante
de
mugidos
porque
nadie dijo nunca agú.
Y todas
dijimos: pero tu dijiste mu.
Teníamos
sueño
y
soñamos mucho.
Que
alivio,
pero qué
calor
cuánta
envidia se esconde
en la
vergüenza de admitir
que la
grumosidad
sí nos
gusta
y el
olor a leche
y pañal
fresco.
Aunque
nunca olimos
aunque
no soltamos
aunque there’s no more biggy but my boobs.

