El fenómeno del yo
es la iluminación azul
de una presupuesta lámpara orgánica de
corriente alterna
(un cuerpo compuesto de espectros
transparentes)
Una iluminación azul
de la lámpara de corriente alterna del karma
que alumbra sin falla, que titila sin descanso
junto a los paisajes, junto a cada una de las
cosas
(con certeza su luz persiste aunque la lámpara
se pierda)
Y desde hace veintidós meses
entre cadenas de luz y sombra,
estos poemas son los bosquejos mentales
de la direcciones sentidas del pasado,
que preservé hasta este preciso momento
en que fueron reunidos en papel y tinta
(entonces ellos destellan conmigo
y todos sienten lo que siento simultáneamente)
Humanos, galaxias, asuras y erizos de mar
respirando el aire o en el agua salada,
todos pensarán en sus nuevas ontologías, en
sus pruebas,
todos consumirán su polvo cósmico,
todos serán las escenas de una mente
como estos paisajes que recuerdo en mí
como escenas guardadas en su solitaria
naturaleza
que quizá no significan nada,
y quizá sea una manera en que la nada
significa;
porque quizá
esta verdad es común a todos
(en la misma medida que cada una de las cosas
da forma a la totalidad del yo
yo soy cada cosa en la totalidad)
Mientras tanto mis palabras, copiadas
cabalmente
en esta brillante y monstruosa acumulación de
tiempo,
en ésta época aluvial del Cenozoico,
cambiaron ya sus estructuras, y también sus
contenidos,
en lo que ahora se parece a un punto de luz y
sombra
(o los billones de años del Asura)
aunque es posible que mi impresor y yo
las percibamos ahora como inmutables.
Porque así como nosotros percibimos
nuestros sentidos, paisajes y personalidades,
y creamos conciencia de nuestros recuerdos
y de la historia geológica de la Tierra,
junto a mil datos diversos
(en la retícula espacio temporal del karma)
tan sólo basados en nuestra percepción común
así mismo, quizá en dos mil años
una diferente geología sea aplicada,
y las evidencias reveladas una tras otra desde
el pasado,
y cada hombre pensará entonces que dos mil
años atrás
pavo reales transparentes poblaban el azul del
cielo
y los nuevos estudiantes excavarán fósiles
espléndidos
provenientes del brillante nitrógeno congelado
en los estratos superiores de la atmósfera
o descubrirán en algún estrato de arenisca del
Cretácico
las huellas gigantes de una humanidad
transparente.
Todas estas proposiciones están afirmadas
por el continuo de las cuatro dimensiones
naturaleza que es del tiempo y la imaginación.
