miércoles, 12 de noviembre de 2025

PROEMIO / KENJI MIYAZAWA

 




El fenómeno del yo

es la iluminación azul

de una presupuesta lámpara orgánica de corriente alterna

(un cuerpo compuesto de espectros transparentes)

Una iluminación azul

de la lámpara de corriente alterna del karma

que alumbra sin falla, que titila sin descanso

junto a los paisajes, junto a cada una de las cosas

(con certeza su luz persiste aunque la lámpara se pierda)

 

Y desde hace veintidós meses

entre cadenas de luz y sombra,

estos poemas son los bosquejos mentales

de la direcciones sentidas del pasado,

que preservé hasta este preciso momento

en que fueron reunidos en papel y tinta

(entonces ellos destellan conmigo

y todos sienten lo que siento simultáneamente)

 

Humanos, galaxias, asuras y erizos de mar

respirando el aire o en el agua salada,

todos pensarán en sus nuevas ontologías, en sus pruebas,

todos consumirán su polvo cósmico,

todos serán las escenas de una mente

como estos paisajes que recuerdo en mí

como escenas guardadas en su solitaria naturaleza

que quizá no significan nada,

y quizá sea una manera en que la nada significa;

porque quizá

esta verdad es común a todos

(en la misma medida que cada una de las cosas da forma a la totalidad del yo

yo soy cada cosa en la totalidad)

 

Mientras tanto mis palabras, copiadas cabalmente

en esta brillante y monstruosa acumulación de tiempo,

en ésta época aluvial del Cenozoico,

cambiaron ya sus estructuras, y también sus contenidos,

en lo que ahora se parece a un punto de luz y sombra

(o los billones de años del Asura)

aunque es posible que mi impresor y yo

las percibamos ahora como inmutables.

Porque así como nosotros percibimos

nuestros sentidos, paisajes y personalidades,

y creamos conciencia de nuestros recuerdos

y de la historia geológica de la Tierra,

junto a mil datos diversos

(en la retícula espacio temporal del karma)

tan sólo basados en nuestra percepción común

así mismo, quizá en dos mil años

una diferente geología sea aplicada,

y las evidencias reveladas una tras otra desde el pasado,

y cada hombre pensará entonces que dos mil años atrás

pavo reales transparentes poblaban el azul del cielo

y los nuevos estudiantes excavarán fósiles espléndidos

provenientes del brillante nitrógeno congelado

en los estratos superiores de la atmósfera

o descubrirán en algún estrato de arenisca del Cretácico

las huellas gigantes de una humanidad transparente.

 

 

Todas estas proposiciones están afirmadas

por el continuo de las cuatro dimensiones

naturaleza que es del tiempo y la imaginación.

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