CLARK COOLIDGE – FRAGMENTOS / TRADUCCIÓN DE RICARDO VIVALLO

 


richard tushman




De Notebooks (1976-1982)

 

Crear es hacer un pacto con la nada.
El vacío exige su tributo. ¿Qué precio pago
diariamente por mantener la ignorancia
suficiente para aceptar las formas cuando emergen?
Al escribir, a veces siento que trabajo con
nada. ¿Dónde están las palabras? Claramente no
aquí en la página. Su única firmeza parece
una suerte de movimiento. ¡Estoy constantemente vaciado
por su infernal obstinación! Condenado por siempre
a escuchar las voces internas del las que no podemos
arrepentirnos. Donde el silencio
es un bendito infierno.

 

*

 

Estoy celoso de mi propia duda.
Decir no a todo, ¡qué maravilla!

 

*

 

Lo que quiero del mundo es la libertad de
necesitar lo que no puede ser dado y debe ser conseguido.
Quiero mantenerme en movimiento. Quiero que la primera cosa sea la última, todo el tiempo.

 

*

 

El mundo no basta. Quiero
que algo más aparezca. Sólo yo puedo provocarlo,
sólo yo puedo odiar tanto lo que he hecho
para destruirlo. Solo yo puedo mantenerme en pie
en el vórtice de mis propias explosiones.

 

*

 

Hay una serie de imágenes en la película
“La inmortal” de Robbe-Grillet. El héroe busca
entre los matorrales un pedazo de papel donde su amada
escribió su dirección (en realidad
ella no escribió nada, arrugó el papel y lo tiró
lejos). Él encuentra la bola de papel, la abre,
mira la página en blanco, la arruga otra vez y
la tira lejos. Y nosotros lo vemos hacer esto una y otra vez,
en cada ocasión con un vestuario diferente y bajo una luz diferente, encontrando la bola de papel en un lugar levemente diferente, pero siempre tirándola lejos
con el mismo gesto.

 

*

 

No solo estar conscientes de nosotros pensando,
sino vernos también creando…
Me siento como la persona que se cuenta a sí mismo
la historia de haberse visto a sí mismo encontrándose
consigo mismo.
¿Hemos dado toda la vuelta a través de todos los miles
de espejeantes cubículos de nuestra sabiduría
hasta esta lata ordinaria
en el campo?

 

*

 

A veces temo que al ponerme de pie y caminar
por la habitación cada paso que doy equivale
a una palabra perdida en el trabajo que debería
estar haciendo si no me hubiese puesto de pie y caminado
por la habitación.

 

*

 

Quizás el universo no es infinito.
Mientras más te alejas más cosas
se conectan contigo.

 

*

 

Los poemas emergiendo siempre del potencial
de una inquietud interminable. Que hay formas
en las palabras para lo desconocido: las bases de una
poética. Siempre me ha intrigado cuando un poeta, después
de gastar tanta energía transformando
la lengua común a una variación irreducible,
inmediatamente quiere devolver
lo hecho a la lengua común otra vez.
Como si el miedo a lo desconocido fuera
la madre del discurso.

 

*

 

Vivir en una cultura en la que incluso algunas de
las mejores personas que uno conoce no leen con
suficiente gozo y atención para encontrar útil
mi clase de escritura…
La poesía está siempre usando
palabras que no conoces.

 

*

 

Toda esta maldita casa, con sus mecanismos y olores,
se ha vuelto parte de mi piel. Desarrollo
hipocondría de la morada.

 

*

 

Williams es nuestro Cézanne. Con él
el modo de trabajar empieza a abrirse.

 

*

 

Quisiera recuperar la excitación, la sorpresa
de la totalidad en la escritura, que ahora parecemos
alcanzar solo en la fragmentación, los espacios en blanco
y los giros inesperados.

 

*

 

No es intuición realmente. Sólo se te presentan
algunas cosas, y ojalá un buen número de aquellas
sean las correctas.

 

*

 

¡Al contrario, hay demasiado significado!
Como si cada vez que escribes o pronuncias el nombre de algo apareciera forzosamente en otra habitación, o
en algún otro lugar desconocido.

 

*

 

Un poema entero compuesto del
espacio vacío del primer pensamiento
al borrar el segundo.

 

*

 

Habiendo trabajado tanto en mis poemas
tiendo a pensar que nunca más podré entrar
en la poesía pero entonces una vez más soy arrastrado,
sin pistas y cayendo.

SU XIAOXIAO / WENDY ENVEJECE EN EL JARDÍN DEL (AISLAMIENTO)

 



Heidi Lender 





es esta lengua mi ortiga fluorescente mi plaga

mi llaga abierta

carcomiendo todo



me dijo sobrevaloras el lenguaje y / no creas que tiene la culpa de/ todo

qué falta de perspectiva

pero la lengua crece levanta la gran muralla china dentro

pensamientos pesadísimos que nunca logras

terminar nada más que basura al amanecer

y frente a todo eso lo que no se detiene



el esplendor de la hierba la decrepitud

germinando la capacidad de humillación

un crecimiento constante pero condenado

de colores inútiles plantas

toneladas de miedo abonando ese deseo

incontenible de cuerpos jóvenes




la niña albina



1

hay una habitación cerrada al entrar se nota el exceso de humedad una ráfaga de frío

dentro una niña albina anda de un lado para otro

sin parar sin parar

de vez en cuando posa sus manos sucias sobre las paredes blancas

parece no entender lo que sucede a su alrededor

hace muecas raras con la boca como si la tuviera fracturada

el médico comenta no puede ver nada hace años que cree que camina por la taiga y sólo se alimenta de raíces y azúcar de diminutas canciones en una lengua extraña se lleva la mano a la boca continuamente para asegurarse de que los dientes aún siguen ahí



2

quise llamar pero mi voz no sonaba

aquí entre los pulmones algo

se rompió

crujió apenas se quedó colgando dentro



el hielo se fundía el suelo estaba llenándose de

charcos

tuve miedo pensé es demasiado tarde se habrán borrado las palabras

escritas en el vidrio

el último mensaje



supongo que caí

ya no más bolsas de oxígeno del aire cortante

la pluma dentro se habría desprendido



cuando el muchacho se abalanzó sobre la niña albina

todavía aquel gusto a azúcar en los labios

blancos











UNA INTRODUCCIÓN. MARIE-LOUISE CHAPELLE/ TRAD. DE LOLA NIETO

 

                                                                                                                                    foto de Irene Cruz



Humana ella
de él este singular
en un género de ellas
suya:
estar colmada de ellas que ella
no sabría
evitar no sabría;
pues ellas son de ella
por ella misma creadas,
a quienes ella no puede
no más no
responder no puede;
porque ellas
desbordan desbordan
el poder de ella.
Dentro de él
ella cae ella
no por su culpa.
Ella se arranca de ellos,
el uso de ellos se encuentra en ella
es inevitable
y al mismo tiempo
por ella
ofrece suficientes garantías
suficientes ofrece.
Con ellos ella sube
ella
(como ella misma, por lo demás, incluso lo quiere) siempre
más alto, hacia ellas
más alejadas.
Pero aquí ella
pero advierte que, así
ella debe quedar para siempre
inacabada
quedar debe
quedar,
ya que nunca ellas
terminan, entonces
ella se ve
ella obligada, en un agujero
en ellos
buscar refugio,
ellos que desbordan todo
todo uso posible
en ella
desbordan todo
y aun así parecen
tan dignos de confianza
tan dignos parecen
que incluso él
él con ellos
concuerda.
Por ello no obstante
ella se precipita ella
en noche y luchas
tales que ella cierto
puede acabar puede
ella ha debido
en algún lugar
sobre ellas
escondidas ellas
en la raíz
ella ha debido apoyarse
ha debido
sobre ellas y ahora
no puede
sin embargo descubrir
no puede
descubrir
porque ellos van
y ella se sirve
entonces van más allá de ellos
de toda ella
ellos más allá van,
porque no reconocen
ninguna ella
de ella
no reconocen ya.
Él
sin fin
se nombra así Ella.

 

 

Fragmento del poema “Une préface” incluido en el libro mettre. (Théatre Typographique, 2006)

Primicia: LEÓN FÉLIX BATISTA. REBOTE DEL GATO MUERTO (Tres textos de un bestiario en construcción)

 



                                                                                                                                                                                  dave krugman




LOS GATOS DE ALDABURU

            A María Inés, en Buenos Aires

 

Los gatos son constantes vertebradas en el tedio. Los gatos,

en instinto, son preguntas.

 

¿Cómo ensanchan ambas córneas en lo oscuro cuando inquieren por el iris de un espejo?

 

Su mutismo sibilino es lo que intriga, pero en toda la egipcíaca estructura: ¿cómo pudo no escurrirse por las grietas la misiva tan felina de una mole?, ¿cómo pasa por los tantos estados de materia (va de pez a pedestre al aerostato)?

 

¿Eran cartas de amor las que escribía? La respuesta se desliza en los tejados.

 

 


RECICLANDO UN TOKONOMA

Ese gato que yo soy por todos los rincones

                                               Martín Adán

 

 

Aurora boreal brotando por un roble: simple ley de afinidades y dialéctica podrida. Bajo la acción del cielo amanece lo polar cercado en el origen del caos y de lo amorfo. El sol parece nulo, factor de un culto exógeno (como si fuera el orbe que describe Anaximandro). Pero sólo es el efecto momentáneo de la luz: un maullido de inmediato lo echa a andar.

 

 

 

 

GATO POR FIEBRE

                                    ...el bosque maúlla

                                                           Aimé Césaire

 

Nada logra serenarse –y esta noche es de tormentas. El viento (que, con varas, corrompe las ortigas) parece que se estanca, condensa en las cortinas con índole viciosa.

 

Un macizo, en la etapa etérea y árida, recibe luz en sesgo y se suma a la silueta estival de una pared.

 

Su fantasma es transitorio: hallo un nuevo morbo, frío, cuando (con repliegue oscuro) se proyecta sobre mí.

 

 


 

Rebote del gato muerto: Cuando los precios de las acciones se recuperan brevemente en un momento de caída libre o incertidumbre, se conoce como un “rebote del gato muerto”. Esto proviene de la noción de que incluso un gato muerto rebotará si cae desde una altura suficiente. La recuperación del mercado tiende a ser breve y temporal, y la caída tiende a reanudarse. (Artículo de Cora Lewis para APNews, abril 9 de 2025)

JUAN JOSÉ RODINÁS. 4 POEMAS DE DAVID MORLEY

 



kasia derwinska



l lugar

Después de Mandelstam

 

 ¿Por qué estoy rastreándote,

ahora a través de un bosque de pinos, ahora

a través de las palabras que escribo,

yendo hacia ninguna parte?

 

Hay un campamento gitano en las estepas,

instalado recientemente – afilados fuegos partieron

por la mañana; la ceniza estampada

no da pista ninguna ni dirección para un reenvío.

 

Estoy en los bosques de pinos, rastreándote.

Allí estabas, como un recuerdo, un grillete.

Aférrate a mí, te dije.

 

Voronezh, Enero de 1937

 

 

 Matemáticas de la luz

 Las longitudes de onda de la luz del día

se registran en un equipo brillante:

 

aleteos en un espectro que va

de infrarrojos hasta ultravioletas.

 

Me descubro en una edad de hielo,

en la medianoche del color,

 

en un lugar donde los arco iris

se desvinculan de sí mismos por completo.

 

Pero tú permaneces en el mediodía.

Las sombras se inventan a ellas mismas

 

sobre su acelerada retina;

el día  se mueve sobre la sombra

 

cuando agujas son como trazos de lápiz

en la niebla de calor … Es

 

igual que los trances dorados de Newton

mientras limpiaba pizarras en el mar,

 

igual que la charla de Einstein a la hora del té,

Boreales, cigarrillos tenues . Está

 

de baja para el humano vivirla, tomarla.

Mantén mi luz del sol caliente para mí.

 

Albert Einstein en América

 

i

 

La luz es arrojada fuera del Estado.

 

……………………………..Ella nos entiende: cómo se forma nuestro sitio.

 

………………………………………Escapa atravesándolo.

 

 

 

ii

 

Corazón de cristal, pluma de hueso encadenado,

 

………………………………la luz figura un espejismo de nuestra parte dulce.

 

…………………………………………Escapa a través de su entorno.

 

 

 

iii

 

 

 

¿Cómo las aves de la tristeza

 

……………………………..han comido el corazón de esta luz supurante?

 

…………………………………………Escapa hasta mañana.

 

 

 

iv

 

Una nube rema por encima de los bosques;

 

……………………………..ella gira en una brisa más allá de los cipreses.

 

…………………………………………Escapa en sus ropajes.

 

 

 

v

 

Escapa a través de sus muertos,

 

……………………………..a través de sus dientes, huesos, de sus vívidos brazos encogidos.

 

…………………………………………Ha llegado el momento.

 


El Chico y la Canción

después de Celan

 Los meses son cabellos peinados unos sobre otros, o papeles

estrujados en una bodega. Diciembre está creciendo, un pelo sobre mi labio.

 

Diciembre es el cabello en el dedo de mamá, un libro abierto,

un niño arrojando nieve en los primeros cultivos de invierno. Su cabello retorcido;

 

es oscuro y me hace imaginar conchas o caparazones de nubes, un bote

abriéndose paso en un lago bajo la lluvia. Un barco, un libro abierto o extendido,

 

pocos, una musaraña retorciéndose en mis dedos… El gancho negro de diciembre.

El agua del lago de diciembre. ¿Puedo cantar? ¿Puedo vivir a través de este invierno?

 

La letra de una pequeña canción sobre mi palma. Me quedo a la orilla de un lago.

Hasta donde un bote puede alcanzar, el color de los álamos incoloros

 

por la noche mientras yo crezco en lo oscuro y mi edad se ahonda.

Yo hablo de amarte como hablo de manos,

 

conchas o nubes. Empujo los botes con mis dedos y ellos se inclinan

en nuestra sangre, amantes juntos estrujados, o nubes

 

en un aguacero, amontonadas. Al caminar desde el bosque me encuentro

con el cuello atado y las manos desnudas. Diciembre está ganando dentro de mí.

 

 



David Morley (Blackpool, 1962) es un poeta inglés, reconocido por sus instalaciones de ecopoesía en medio de paisajes naturales, y por la creación de esculturas de ‘poesía lenta’ y de películas-poema. Actualmente es profesor de la Universidad de Warwick donde dicta clases de escritura creativa. Su libro más reciente es The Invisible Gift: Selected Poems (2015). En su obra, se conjugan su formación inicial como naturalista, un particular interés por las pequeñas historias y cierto sentido de la herranza en comunidad (en particular del pueblo gitano).

 

 

TANIA FAVELA. DE ESCRIBIR LEYENDO / O DE LA EMERGENCIA DE LA POSIBILIDAD

 

                                                                                                                                                                                                                                         foto, Dave Krugma



Escribir poesía es tratar de abrir nuevos horizontes y romper el círculo del lenguaje existente.

                                                                                                         Bei Dao


 


Una lectura perspicaz, suspicaz, se hace necesaria al acercarnos a estos Mínimos informes de Julio Prieto: leer a través de ellos (con agudeza), o por debajo de los mismos (con sospecha), pero también leerlos literalmente, pegando ojos y oídos a las letras y a lo que falta entre ellas. Desde la antidefinición de “informe” de Bataille, colocada como epígrafe de apertura: “Comenzaremos un diccionario a partir del momento en que no ofrezcamos el significado sino la tarea de las palabras. Así, lo informe no es sólo un adjetivo que tiene tal o cual significado, sino un término que permite desclasificar, frente a la exigencia general de que cada cosa tenga una forma”, queda claro que en estos Mínimos informes, lo informe funciona como una herramienta crítica que permite poner en marcha las posibilidades performáticas de la lengua, de ahí que lo importante no sea sólo el significado de las palabras sino y sobre todo su tarea, es decir su función. La escritura se asume en este libro como una actividad crítica que transforma y a la vez cuestiona a la lengua. En este sentido es importante recordar que en Julio Prieto la mirada del crítico y la mirada del poeta se encuentran y se alimentan mutuamente. De ahí la riqueza de estas “malas escrituras” que Prieto nos ofrece, en las que el error y la errancia funcionan como gestos productivos y no como fallas. Tal como lo dice Paolo Virno, el error es falaz si se encuentra inmerso en la lógica de la justificación, pero si se encuentra en una lógica del descubrimiento, ese mismo error se vuelve eficaz.

Cada una de las tres secciones: “Parábolas (diario de sueños)”, “Del amor y los verbos performativos” e “Inframínimos (absurdos consentidos)”, supone una escritura distinta: del devenir y los desvíos de las parábolas-sueños, pasamos, entre los pliegues de la especulación metapoética, al cruce del ensayo y el poema, para desembocar, hacia el final, en la potencia de la exactitud de lo inexacto. A pesar de las diferencias entre las partes y de los distintos recorridos o trayectos que Prieto propone, hay un suelo común, un gesto que impacta en los textos y que podríamos llamar, siguiendo en esto a Charles Bernstein, el efecto antiabsorbente de estos Mínimos informes. Prieto incorpora en la estructura de sus textos lo inestable, el cortocircuito, el equívoco, el artificio, el absurdo, el nonsense, la resistencia, la digresión, el desliz, la interrupción, para romper con el hechizo o la ilusión de “realidad” que crean los textos absorbentes, y nos sitúa así frente a los elementos constitutivos de la lengua, frente a su materialidad y sus texturas.

El propio Prieto nos va dando en sus escritos ciertos ejes de lectura. En “Sabor”, por ejemplo, leemos una manera de leer:

Hay que leer, ya es hora. Para ello ha de pasarse la lengua por los renglones formigáceos que desfilan marcialmente por los rincones de la casa. Es difícil encontrar el ángulo bueno, uno casi se desnuca intentando dar con la línea exacta. La cuestión es cómo permanecer en ese intervalo: las hormigas son ácidas, tienen sentido. Lo que no se puede decir de los otros habitantes de la casa, de los que nunca se habla. El sinsentido es lo que ya se sabe cuando alguien se acerca a hablar, lo que es tan dulce que no se puede nombrar cuando con furiosa quietud nos mira y casi sin sentir empieza a soltar la lenta lengua

En Mínimos informes encontramos el roce entre la escritura y el habla, entre el sentido y el sinsentido, entre lo posible y lo imposible. Estos textos, híbridos en su mayoría, como algunos de los personajes que ahí aparecen, el hombre-caballo, el hombre-palo o el virus-flauta, parten de premisas arbitrarias que contravienen el orden objetivo de toda convención y socavan la seguridad semántica de la lengua. En ellos el humor o el extrañamiento funcionan como detonantes que desestabilizan la superficie de los textos y nos permiten permanecer por un momento en esos intervalos o ángulos “buenos” para leer a pesar del desequilibrio o la incomodidad. Pero “Sabor” nos da otro eje importante, que se repite en “Carrera”: “el brioso paso de la lengua por las rotundas palabras”. La lengua que habla y la lengua que lengüetea se confunden en el juego antropofágico que se suscita entre la escritura y la lectura, o como lo dice Prieto en otro de sus textos: “Se trata, precisamente, de escribir leyendo”, como si Prieto escribiera comiéndose a Macedonio, a Borges, a Lorenzo García Vega, a Zurita, a Kafka, a Michaux, a Carson, a Duchamp, (e incluso a la Wikipedia) y a tantas otras y tantos otros (antiguos, modernos o contemporáneos) que de manera frontal o subrepticia se come para transformar y propulsar desde esos nutrientes su propia escritura. No por nada lo culinario es una de las constantes de este libro.

Otro eje importante, que atañe a la tercera parte, pero que se filtra en todo el libro, son los inframínimos (inframince duchampianos), que podríamos tomar incluso como el sustrato que moviliza a estos mínimos informes: textos fragmentarios, inacabados o discontinuos en los que la distancia sutil y el intervalo toman el lugar central, rompiendo toda posibilidad de fijación o de identidad. El devenir, la metamorfosis, el tránsito entre ser y dejar de ser, el azar, el encuentro, la conjetura, son las puertas de entrada y salida, o mejor, las bisagras que señalan justamente esa juntura, ese rozamiento, entre un algo y otro algo en permanente cambio. O como lo dice Duchamp: “lo infra-mince sería así el punto cualitativo en el que lo mismo se transforma en su contrario, sin que podamos decir exactamente que es todavía lo mismo”. En ese peculiar matiz que borra todo contorno se ponen a funcionar los engranajes del sueño, del erotismo, del deseo y de la imaginación. La pulsión de esas otras realidades toma forma en el juego de los contrasentidos, las homofonías o los desplazamientos semánticos, mecanismos que permiten los enfoques oblicuos, sobrepuestos o polimorfos que los textos de Prieto suscitan y requieren. En suma, el desequilibrio propio de la lógica del descubrimiento marca el ritmo y la densidad de estos textos.

Pereciera que en estos Mínimos informes todo quiere descoincidir, palabra que por lo demás introduce Prieto en su texto “Zapallo” y que puede leerse desde el libro de François Jullien, quién ve en la des-coincidencia la oportunidad de romper con la coincidencia como adaptación y adecuación. La descoincidencia, según el filósofo francés, introduce una distancia con respecto a un orden en el que todo coincide o concuerda, y por lo mismo todo se estanca. Esta descoincidencia pone en jaque la visión normativa que concuerda con cierta tradición conservadora; la familia como centro se desestabiliza, el amor se cuestiona, la realidad se desdibuja entre el sueño, la aventura y lo fantástico. En Mínimos informes se abren posibilidades inauditas, surgen nuevas relaciones entre las palabras o los sucesos que rompen la causalidad conocida para proponer una lógica otra desde dónde pensar: “se explora y se explota la libertad del juego”. Romper la inercia de la coincidencia le permite a Julio Prieto una toma de conciencia y le concede una mirada que sesga lo previsto o sabido, como sucede, por ejemplo, en el caso de las erratas: “Errata telefónica «Ámame cuando puedas»”, en sus Ambidiestros (reversibles):(drama en la feria del libro.) y no sé hacer caca si nadie” o en sus traducciones inexactas:Batir de ala (butterfly effect)”.

En Mínimos informes, ya lo dijimos, el cuestionamiento es constante: “(no sé qué tipo de obra estoy escribiendo)”, leemos entre paréntesis en “Rueda”, y en “Del amor y los verbos performativos”: “¿cómo tener certeza de que ocurrió algo que sólo ocurre en el lenguaje?”. Pero a pesar de la duda, o quizás gracias a ésta, alcanzamos también a vislumbrar el trabajo precario, y a la vez potente del poeta, que como un picapedrero rompe, desgaja o labra su materia prima (lengua o roca bruta) para dar un (in)forme distinto:

lenguaje / visión

la lengua es un penal / se viene a hacer

trabajos forzados / a veces conseguimos

deshacer piedras grandes / en piedras

pequeñas, poco más.