miércoles, 1 de octubre de 2025

FLIP: DIEGO OTERO & ERWIN OLAF

 



BACKSTAGE

Una de las cosas que veo es que cada vez es más difícil escribir poesía que no sea en un punto metapoética o autorreferencial; ahora la poesía lo es de maneras muy variadas, sofisticadas, tácitas o sutiles. ”Quizás el mundo cambia a tal velocidad que a la poesía solo le queda observarse a sí misma para tratar de entender cómo esa velocidad lo afecta todo. En todo caso ese era el tipo de preguntas que me hacía al pensar en escribir sobre el ejercicio de la propia poesía, sobre la tradición o sobre poetas con nombre propio.

La relación entre la poesía y la política es complicada, me parece. En primer lugar, y eso es algo que solemos olvidar, es una relación que se juega en el lenguaje, en cómo te colocas tú como escritor de poemas frente al lenguaje que impone el sistema, digamos. Después está el asunto temático, de cómo lo que dices como escritor de poemas aborda lo político. A mí me da la impresión de que se le da demasiado peso al asunto temático, casi como si la calidad artística de un libro se definiera por cuan nítidamente ilustra determinadas agendas o causas. O por cuan eficazmente se enfrasca en indagaciones sociológicas.  Pero esos no son valores artísticos. Es pura instrumentalización política, instrumentalización que el mercado, por supuesto, detectó primero que nadie y canibaliza como sabe hacer, como siempre.

A veces nos olvidamos de que la literatura no está aquí para resolver nuestros tremendos dilemas identitarios. La literatura es otra cosa: no resuelve nada. Dicho eso, creo que el humor, la sátira y el absurdo son elementos que ayudan a construir un proyecto artístico en el que lo político es un eje. Son elementos que ayudan a salir del lugar del sermón o del chantaje emocional

(Fragmentos de una entrevista con Jota Picón, visible en: https://tiempodeveda.wordpress.com/2022/03/24/diego-otero-mi-unica-bandera-mi-unico-objetivo-a-la-hora-de-escribir-pasa-por-el-deseo/)

 

LO QUE NOS QUITARON LOS NOVENTA Y NADIE SE ATREVIÓ A RECLAMAR 


A veces

imagino que son de nuevo los noventa. Y que

estamos todos bailando felices y livianos en el descanso de una escalera inusualmente amplia.

Y que de pronto cualquiera de nosotros se detiene

por un instante bajo la bola de espejos

y pregunta: ¿y qué había en el piso de arriba?, ¿de dónde es que venimos bajando?


Nadie más desagradecido

con la muerte que los vivos, responde una voz, así, sin contexto, como salida

de un parlante

en una habitación vacía.


Pero la música

era más o menos fea y la tristeza terminaba siempre poniéndose un poco

delincuencial.


1991 y un par de cigarros sueltos a las siete

de la mañana. Un Volkswagen blanco completamente cubierto de humedad.  Una chica de pelo negro

que voltea hacia la calle y entrecierra los ojos como para diferenciar lo que quiere ver de lo que no


y alguien, en el asiento de atrás,

que nos devuelve de golpe al presente:

En las películas malas nunca faltan arenas

movedizas,

dice, con una mezcla de risa

y náusea.

 

–Imagínate si encima tu ciudad fue construida en el desierto.


En fin. Mejor entremos de nuevo

a una discoteca. O mejor vayamos caminando hasta el malecón.


Bizarro, Bauhaus,

la onda expansiva del ruido blanco:::::cruces sobre cruces de tape en todas las ventanas.


Parece que estamos buscando a alguien que no podemos encontrar, te dice una chica que súbitamente es muy amable, y sonríe,

la tercera vez que se cruzan en el estrecho pasadizo del

2007. Sus ojos aparecen, desaparecen y vuelven bajo la secuencia de resplandores y sombras

y bases

y estruendos.

A partir de entonces

la noche es solo tuya: todos los que esperaban algo

al borde de la pista de baile se han convertido en ceniza, en puchos aplastados, en la silenciosa madrugada que zumba en los oídos,

en las flores intangibles del sueño.


O puedes también elegir fugar tú solo, sabiendo


que si no lo haces

tu cuerpo podría despertar perfectamente consciente pero hecho pedazos, repartido en una cadena de habitaciones que has visto o imaginado y ahora quieres dejar atrás antes de que tus ojos se detengan en cualquier detalle que las haga más verdaderas.


O puedes también elegir fugar tú solo.


Aunque esa posibilidad quizá sea

un poco

menos verosímil. Y caminar con las manos en los bolsillos de tu casaca azul,

y mirar las líneas de la vereda como si miraras la ciudad desde un avión.




NOCTURAMA 


Un auto de policía llega a la escena del crimen. La escena del crimen está marcada con un aspa

en el centro de la página en blanco: un avión cruza ese espacio como un breve acontecimiento de luces en la oscuridad


y su sombra cubre unos segundos la cara de una mujer que mira un punto fijo:


un punto fijo

que nosotros no podemos ver. Y la circulina que gira nos ciega de pronto. Rojo y azul. Rojo

y azul. Sobre los muros

grises y las fachadas blanquísimas.


Necesitamos algo que nos eleve un
poquito. De otro modo tendremos que permanecer aquí, y seremos siempre sospechosos de algo. Sospechosos incluso para nosotros mismos.


Una, nada más que una sensación de fluidez:

la imagen de un skater deslizándose sobre un tumbo estático de asfalto: solo se escucha el ruido de las ruedas

que giran y saltan

y golpean suavemente en el declive de la pista.

El tiempo ha pasado, piensas. Las cosas no han salido exactamente como tú lo hubieras querido. Pero un auto

de policía ha llegado

a la escena del crimen –¿porque tú estás ahí y lo viste todo?, ¿porque

fuiste tú

quien discó nerviosamente el número?


En algunas especies, cuando la manada descansa,

un ejemplar cumple espontáneamente la función de vigilante.

¿Será el miedo

lo que activa ese rol espontáneo?, ¿qué haremos, al final, cuando llegue el inevitable cansancio y se nos cierren los ojos?


Obviamente estamos aburridos en el Nocturama, le dice un búho a un ocelote, y luego procede

a expulgarse las alas con extrema paciencia: Los visitantes abren los ojos y nos miran

y piensan que no nos damos cuenta de que somos solo parte del magnífico espectáculo de la noche salvaje

y artificial. Pero mi cuerpo no ha sido hecho para esto.

Ahora la mujer calienta sus manos con un café servido en un vaso de plástico. Sirenas e

interferencia en un altavoz. Rojo y azul. Frío.


Ahora recuerdo que anoche estuve en una fiesta en la que sucedieron cosas y en medio de la confusión el DJ terminó degollando al silencio.

Y se entregó.



CONTEXTO (2017)

En el noticiero de la noche vemos que el presidente

es entrevistado por un tipo con cabeza de pájaro.

 

Debe ser una de las noches más frías del año. 

Hemos prendido la estufa y estamos tapados

hasta el cuello.

 

                        Mi esposa pregunta

si la cabeza del entrevistador representa

a un cóndor o a un gallinazo.

                                   

                        No sé, respondo, y

subo el volumen para que el contexto

(las cosas que dicen)

nos ayude a sacar alguna conclusión.

                        Pero todo

lo que brota

del parlante

es muy feo, por eso el entrevistador parece

pronto hiperventilado

y acerca su cabeza a la cabeza del presidente

y le clava el pico en un ojo.

 

                                               La sangre

salta

            hasta cubrir

la pantalla, como

una cortina pesada y

            roja.

                        Y no nos queda más

que apagar. Y volver sobre esa tarde de marzo                                                                    

en que la luz era de un brillo

dorado

limpio. Y en la que mi hijo de cinco años

corría entre los muebles, y se carcajeaba,

y tiraba al aire una pepa de palta

que giraba como un pequeño planeta

o de repente solo como un país.

                       

                                    Un país

arrasado.

 

                                     Un país o una pepa de palta

que debería seguir girando

en el aire del departamento, cada vez

más lentamente, hasta el punto de convertirse

en la única excepción del mundo

a la ley de gravedad.

 



AUTOANIQUILIACIÓN, UNA PARÁBOLA

El hecho de que las autoridades clausuren los bordes de los puentes,

los acantilados y los techos con láminas de acrílico

            transparente

no va a impedir que los suicidas

encuentren el

camino.

                        Pronto esos acrílicos

quedarán como documento de una

“inocencia” pública:

            el apetito de la tierra

carece de remilgos frente a los síntomas de la

enfermedad social.

                                               Los involucrados

tampoco echan al traste los huesos del

faenón: se los chupan, eructan, y

la basura termina en el

mar.

                                    Todo

es un poco como ir al kiosko y pedir

el periódico del día, y esperar

que el periodiquero te dé siempre dos

opciones: ¿quieres el diario

en el que nos va más o menos bien

o el diario en el que nos va calamitosamente

mal?

                        Y tú le dices, porque

estás muy cansada, que mejor

solo ves los titulares

de ambos mientras

empiezan

a llover fichas

plásticas

de algún juego

que no conoces.

                                    (Esas fichas, esos miles

o millones de fichas, hay que decirlo, terminarán también en el

mar).   

 

            Pero en unos años, cuando todo haya terminado

y la ciudad haya crecido mucho

hacia arriba gracias a una dieta

balanceada y con insumos de primera

–y mucho a lo ancho un poco como

cuando alguien se alimenta de chatarra–,

sobre las láminas de acrílico

inútiles y sucias

los más jóvenes pintarán con spray unas palabras

parecidas al grito en cuyas ondas sonoras

viaja una flecha de punta encendida

hacia la noche

cerrada.

 

 
NUEVOS DEBERES DE LA POESIA PERUANA

   Si vamos a hacer que alguien regrese de la muerte, tenemos que colocarlo

al timón de un bus escolar.

                                    Un bus que lleve escritas las palabras

ser

vicio

escolar.  Si tenemos que decir que vivimos en Lima, debemos

decir que vivimos en el Califato

de Lima.

 

La poesía peruana no se permite risas grabadas al final de cada

            verso

            pero podría:

                                    ese detalle de tecnología

vintage

promete convertir nuestra proverbial desazón

en un santuario

de incrédulos.

                                    Son feos los lugares

en los que el amor es difícil.  O está prohibido. Y aquí todavía

juramos que la Torre de Marfil

estaba libre de abusos, injusticias

y atrocidades.

                        Mejor es comprobar que la física nos provee de una rama

florida:

            cuando un cuerpo

alcanza determinada velocidad se convierte en arma.

O en ilusión.

O en un buen motivo para moverse también.

 

                        Si vamos a hablar del holograma electrizado, inestable,

de Toño Cisneros

circulando bamboleante por Comandante Espinar

o Berlín,

tenemos que decir que al cruzarse con el holograma nítido

                                               de Washington Delgado

se dan un abrazo

y se atraviesan o se funden o

se traslapan en ese abrazo: se convierten

en un solo poeta, nuevo,

que ya no es holograma.

                                    A esto se le puede llamar fantasía, incluso

fantasía queer,

pero también tradición.

                                    En la publicidad prostibularia

la palabra modelo es un eufemismo para

puta, y la palabra poeta

un eufemismo para ese paracaidista

que abre la campana de tela

en el cielo de la noche

y mira hacia abajo

y no sabe

si esa cosa pequeña y luminosa que va

creciendo es una fiesta

o la guerra.

 

 


EL CALIFATO DE LIMA

 

1.

Porque somos demasiado desconfiados es

que lo vemos:

                        se pone de pie frente al

espectáculo del sunset del verano y se coloca

el turbante con estilo y

lentitud.

 

Nosotros no tenemos voz ni queremos

tenerla. Nos comunicamos por los ductos

del edificio:

                         los ductos

son nuestras gargantas, y decimos

lo que dicen el paso del tiempo o las condiciones

meteorológicas.
    

Decimos luz natural que destiñe la tapa de un

libro, decimos aire. Pero

también decimos cosas aparentemente

descontextualizadas:

 

soplido de hielo antártico, explosión.

 

 2.


A la pregunta de si prefiere una mano invisible,

una mano negra o una mano dura, él responde que

la única mano posible no es exactamente

blanca pero está cubierta

por un guante blanco:

                                    es decir: 

es la mano de un mago. Una mano cuyos

dedos largos y finos empujan al ciudadano que tuvo “mala

suerte” o “escasa disciplina” hacia el agujero

negro de un cráter y nos hacen

creer que se conducen

a un bosque

en un chasquido.

 

3.

Acá usamos sobre todo los ojos, menos mal. Y la

cerviz.

            Una cerviz flexible, que

nos permite asentir

y desplazar el cuerpo

por las zonas en que el edificio se vuelve

angosto como la madriguera

de un topo o el ojo

de una cerradura.

 

4.

 

Porque somos demasiado desconfiados

es que oímos el engranaje

de sus pensamientos.

 

            Es como un motorcito y dice que la sola idea

del cemento levanta muros

y proyecta ruinas.  O dice

que la sola idea de Dios

es un estudio

para la lotización

del infierno.

                        Nosotros oímos el ritmo

industrial, insaciable, del motorcito en las zonas

inferiores del edificio 

mientras él contempla el espectáculo del sunset tras

la mampara de doble altura del penthouse y cobra

eso que llaman

gastos de representación.

 

5.

 Llegados a este punto quizá sea pertinente preguntarnos hacia dónde exactamente estamos yendo. El viejo crítico literario que me parasita y que despierta por temporadas (como un oso que hiberna con el estómago vacío) quiere saber por qué, por ejemplo, este poema lleva por título El Califato de Lima. Qué es El Califato de Lima. ¿Un chiste? ¿Una caricatura de la opresión y el fundamentalismo que asoman sus cabezas de papel maché por encima de una nomenclatura de dudosa incorrección geopolítca?  ¿Se debe presumir que en algún lugar, encaramado sobre algún púlpito o alguna bóveda, hay algo así como un Califa? ¿O el Califa es ese energúmeno que ya hemos conocido?  Y by the way, ¿esa voz colectiva, ese “nosotros” que conduce el discurso, no es acaso la voz del indigno que sabe olfatear la indignidad de los demás? ¿De todos los demás?

 

6.

Quizá la única forma de responder (o por lo menos de ubicar) estas cuestiones es poniendo pausa y mirando un detalle particular del poema, que muestra la panorámica de un edificio gigantesco cuyos frentes ven, por un lado, la cordillera Occidental de los Andes, y por el otro, el Océano Pacífico. Pero lo importante no es tanto la dimensión vertical del rascacielos sino el penthouse que une ambos horizontes –cordillera y mar– y que funciona como centro de operaciones de lo que parece una especie de institución diseñada entre otras cosas para ver el skyline dorado,

salmón y

violeta

que nos vuelve a todos

un poco idiotas mientras él se pone

el turbante

                        en silencio.

 

El silencio es imprescindible para una adecuada contemplación:

 

desde tan arriba todo es hermoso, incluso Lima.

 

 

(De El Califato de Lima)

 


martes, 30 de septiembre de 2025

Teaser: DIEGO BRANDO. UN CUADRO QUE NO SE COMPRENDE

 

                                                                                                   fotografía de Andreas Gursky




En la pared de tela me abrí una ventana
De “El payaso castigado” Sthepane Mallarmé


En la habitación luces

y sombras, y el mundo afuera un 

fondo gris, ese pájaro que temprano

aplastó su cara contra el asfalto

sin esperar migajas del cielo.




Introducir en la mente piedras

es pensar, detrás y callados

los navíos marcan el agua, suman

el sentir del barro; pero otro 

pensamiento viene, y el tropel

de muertos hiere la cara. Recibo

el viento, el corte en la superficie 

marca un río de ángeles que caen,

al fondo todo el mundo disimula.




Entre tomar aire y exhalar

la totalidad del mundo. Como furias,

mastines detrás de una presa demasiado

veloz. Ruidos de fondo, frecuencias,

llovizna. La presencia sobre lo que 

no existe, pero ocupa la mente.

Voracidad y una inquietud de mármol.

O como un cuadro que no se comprende.





El temblor y su ejercicio, una 

máquina que día a día con su ruido 

hace de la fatiga una virtud.

Plantas asoladas en el baldío, flores,

y un encanto que el hielo quema

aun con el reflejo de las estrellas;

todas aquí arriba, como gritos.




La confusión es un punto que hace oscilar

la totalidad del cuarto. Un cuadro en donde 

los detalles adquieren presencia y vástagos

fantasmales. Sierpes, flores en apertura y un 

sonido de quiebre ante la incredulidad de los ojos

del animal de la calle. He aquí sus colmillos,

su baba espesa, el diamante en la explosión

del fuego; y voces en la novedad de la noche,

que dejó de ser oscura. Aquí cada maniobra

de luz es una conspiración, el manto de piedad

que nace al quebrarse, un ángel que desova.





Darse cuenta de vivir en el error puede traer 

fantasmas del pasado, una acumulación de pesadillas,

y la seguridad de haber conducido a la familia al lado oscuro

del río. No se comprende el mundo desde el silencio 

y tampoco se lo imagina sin sus cadáveres. Aquí la piel 

al calor de la arena, las disculpas y el anzuelo en busca 

de un pez que lleve la carnada hasta el fondo; y que el paisaje

se disipe como quien grita desde un puente, tierra

en movimiento por el discurrir de los insectos. Buscaba

eludir la noche y apareció el desierto, manos en la arena, huesos.




Una incertidumbre diferente cada día, 

como el extranjero que visita sitios en donde un edificio,

un lago y una autopista pueden resultar extraños; 

así la punzada de una lanza en mi costado.

Suena todo alrededor, aunque solo sea silencio o aire

en donde se medite una alternativa a las palabras, a la función

del bosque alrededor del barro. Y debajo de la parra el rayo

que quema cada hueso que da su cara al sol, a la intermitencia

de los insectos. Aquí la verdad solapada, una evidencia,

cabras que aparecen en sueños, dada la pesadez del mundo.




Un animal de deseo no puede 

abrir la noche de par en par 

sin que se fracture el mundo. 

Y no es en la ruina al día siguiente 

donde comprende su error, 

sino en los cristales rotos, 

el detalle de Dios en lo íntimo. 

Ese hielo, el punto de fluctuación.



                                                                                                                                                                                                      fotografía de Andreas Gursky




Aquí la maleza sostiene

árboles, distantes aunque cercanos 

como gacelas que atrae la mente.

En todo su esplendor el delirio

parte de un recuerdo;

y en la sangre y en el sudor brotan

pensamientos que de ser ciertos 

darían miedo. Si ustedes tan solo vieran,

pareciera que se creara de nuevo el mundo.




Bestias, sal,

un correr de agua

hacia el mar,

o la idea

refulgente de un carruaje

con sangre en el 

camino. Es que todo

lo vi, hasta el cielo, 

esa forma 

de violencia.




Mosca posada sobre un 

vaso roto y el vacío 

de la mente, una pulsión 

hacia lo perfecto e inacabado. 

Y detrás plantas, un limonero, 

reptiles del periodo Triásico, 

en una selva donde 

desperdigados los objetos 

causan esplendor, bestias 

púrpuras. Y la obsolescencia del ser, 

sus miasmas y su comprensión

de lo sensible hasta despertar 

a los gritos o en silencio. 

Abiertas las compuertas puede 

venir fría el agua y traer calma 

o escalofríos de música pagana, 

aunque el sol agriete la piel 

y el barro, y den las horas 

su mueca de víspera, su canto.




"Padece en el fondo de una cueva

lo alucinado. El sol sale y vuelve

a caer y no hay incendio, sino

la noche en un haz de estrellas,

una araña sobre la nieve que desprende

sus presas mientras avanza"

"Si en sus cálculos hubo error, es que allí  

quedaron sus muertos, moscas que van

y vuelven intactas alrededor del cielo"




Todo sol 

tocado por el frío

trae viento.

Entra en tropeles

de caballos y eriza

la piel en granos

de arena, y al tacto

da temor o placer,

como quien gime

al partir el pan,

al beber el agua.

Silencio y campanas

desde la capilla

ante los astros

y el milagro;

cada uno comprende

a Dios en sus formas.





Hubo aquí belleza y telas que envolvieron árboles 

y hombres percutidos por el frío; y dentro nuestro 

las melodías del cangrejo en su vuelta a las aguas, 

al borde mismo de los acantilados y sus rocas, voces 

que hicieron de la mente su morada, el acto de una 

intuición hecha a medida de lo alucinado. Llantos 

en ceremonias de sal, puras de tanto detenerse

contra el suelo a esperar el ocaso, su desborde.




Nos adelanta el sol hacia la furia

del verano. Y arrepentidos de no ver

más allá de los tapiales, el mundo

parece acabarse; ahora movés tu pie


y es lo sagrado ante lo profano,

un cielo de tejas rojas que amedrenta

la plenitud, un estar vivo en la quietud,

en la sala de situaciones de la vida.


La materia hecha de sombras nos oculta,

los mendigos sumergen su cuerpo bajo 

las telas de la realidad, como si de dioses

se tratara. Aquí se apoyan la vida y la muerte.




Después de (disculpas) haber dejado

la casa y la psiquis de mis seres queridos

hecha escombros y (también) polvo,

tengo el deseo de construir. Aunque

el presente sea polvo y escombros 

y el futuro un agua de río que corre

a trasmano de los campos y el ganado,

la idea en mi cabeza surge reluciente.

Porque hasta aquí llegué (disculpen)

a rastras y no de una forma al menos

elegante; hubo errores, un manicomio 

repleto de fantasmas, (hubo, señores) real-

mente calamidades y formas de morir.

Y quiero, con el fervor de quien decide

qué hacer de ahora en más, dar el salto.

(Cerca se escucha la risa de las aves). 

Porque hay un comienzo y un final y en medio 

una montaña (disculpen) de cadáveres.




¿Era la pastilla la que te ayudaba

o la que te destruía? Siglos antes

de nacer, tu voz era un animal que se oía

en el tembladeral del mundo; ahora

la estela de un cometa vista por un águila.

¿Supiste permanecer? ¿Decir adiós con la mano

y alejarte bajo las luces? El pez no se sumergía

mejor que tu cabeza ni abría la boca esperando

la lluvia. ¿Hay voces que te hablan? ¿Un ser gris

en la fachada de unos carteles de neón? 

Aquí el polvo permanece en el polvo

y la rabia ubicada en el costado donde estaba 

el corazón. Siglos después, y tan vivo que duele.




Mi tiempo se acabó. Debo buscar 

un trabajo o huir hacia los campos, 

ser un cuadro de Andrew Wyeth, 

terminar con las liebres y los pájaros.

En la ruta cruzan los camiones, 

y sobre la laguna podría vivir, si tuviera 

el valor, el reposo. No soy lo que elijo 

y ya dudo del futuro de mi bondad, 

ese rastrillo que ahora todo lo barre.




Hojas que el viento trajo 

hasta la sombra de un árbol

mueren como perlas en el fondo

de un mar iluminado.

Y el correr de la arena 

hacia la playa trae 

el color confuso de los peces;

joyas que el sol muestra

ante la aparición de las estrellas.

Mundo que no comprendo y amo.






Árbol estallado en ramas, 

aserrín abierto al sol como 

la nuez partida y repleta 

de brillos. Y esto que pienso 

en lo nocturno, estalactitas

prendidas aún del agua,

gritos al cielo, perfumes,

y el hacha, que dispone

a desaparecer el carácter,

hechos y rispidez de furia.





No alcanza el árbol a tapar el sol, mínimas

sus ramas solo giran ante el viento. Si el clima

escupe su fuego, tendrá la madera un devenir 

de astillas y el cuadro del pintor luz y movimiento. 


Lo que se percude es lo material y no la mirada,

y si los ojos fallan, lo sensible llegará a las manos;

formas de la creación o del desvelo, porque aquí

un hombre despertó y de su boca brotan algas;


y aunque intenten explicarlo con palabras será ahogo

y no risa. Nombren al árbol, su sombra de animal

extinto y a esa luz que detrás del terraplén sacude tallos.

Habrá trabajos y días y un cielo cubriéndolo todo.




Tachaduras. En el cuaderno 

de notas hubo y no palabras

como flores luego de una helada;

caen ahora y no soy el que comprende,

sino quien escribe y permanece.


 

 


teaser: IGNACIO MIRANDA. LOS ESTADIOS OLÍMPICOS

 


En Los Estadios Olímpicos conecto la antigua idolatría con la mitomanía del XXI, y es que el mito comporta la promesa de inmortalidad y cohesiona socialmente, al tiempo que angustia al recordarnos nuestra finitud e inferioridad. Hablo del sujeto como marca personal y del brillar para existir en el neoliberalismo, de lo vitalmente caro que es el éxito barato. Sobre todo, algo tenía que hacer con tanta envidia, así que hice un poemario narrativo con un estilo de llegada directa y una trama simple: en su periplo hacia la fama, el protagonista se encuentra con sus mitos, que al hablarle de sus malogradas vidas sin arrepentimiento, lo ayudan a restarse importancia en este mundo. Lo pop era ineludible. Y lo carnavalesco, la pantalla que oculta el sentimiento trágico de la muerte. En este sentido, es un libro desesperado y humanamente redentor.





ESTADIO OLÍMPICO 2
Ignacio Miranda
tiene un proyecto vital

.


tiene un proyecto vital


Ignacio Miranda tiene un proyecto vital que convierte su

vida cotidiana en una sustancia fofa desparramada en el

día

las cosas de hoy tendidas ayer para lavarlas mañana

porque un proyecto vital de tal envergadura te azota en

lo corriente

invade la madriguera donde acechan los mitos y ya no

hay modo de realidad sino con droga ficción violencia o

utopía

tiene un proyecto vital

Ignacio Miranda tiene un proyecto vital y él dice yes I

said yes I will yes pero está por ver aún si es el proyecto

quien lo elige

Il accept le mistère el misterio del deseo aun si este se

construye de carencia envidia moda divertimento y

ambición

porque mire usted para hacer algo grande tan importante

como el talento es el deseo de ser grande y tan importante

como el deseo de ser grande es que trabaje usted igual que

un puto igual que un chino igual que un negro o como un

blanco homófobo y racista y aun así nada le asegura que

usted finalmente podrá obtener el éxito


y es que cuando esto pasa cuando esto sucede cuando un

proyecto vital invade el cuerpo y todo lo corporal es ya

proyecto nada sacia nada colma nada llena


de la fuente hace sed y de la sed hace el ansia y del ansia un

ir y venir irracional por carreteras cortadas e itinerarios

muertos


y al final lo que sucede es que viene y va y se queda y no

parado en lo dinámico y estático en la marcha


Ignacio Miranda tiene un macroproyecto vital que lo

impulsa al futuro como un animal de mito y él lo sabe


su hueso de este día conectado al esqueleto de su siempre


pausa


no más trampillas cerradas por dentro donde animales

ficticios rumian para pulverizar la piedra de la envidia

no más economía de guerra no hará falta ni restricciones

en el gasto para llegar a fin de mes con el cuerpo por

fuera tanto cálculo económico afecta al riñón en forma

de piedrecitas curiosamente también llamadas cálculos

que cuando dicen a salir las muy hijas de puta son como

felinos esquizoides que arañan las paredes de la uretra


no es la única razón habrá más pero Ignacio Miranda

tiene un proyecto vital que lo va a sacar de pobre


se le ve entrar a la casa de la fama como entra la gente de su

clase un poco una pizca de necesidad el resto es un mucho

de ego y ambición no confesable la puerta de atrás del

desclasado y la ventana por la que se cuela el perseguido

al final del callejón


él dice no más umbral de la pobreza cada vez más cerca

cada vez más cerca y ¿no lo ven como en el salto se acaba

de alejar?


Ignacio Miranda tiene un proyecto vital y entiende cierta

historia reciente y las taras de la época


de fábrica a museo y de ría a bulevar


Ignacio Miranda ya no es Ignacio Miranda el proyecto

lo despoja un proyecto como una zanja en el vientre

un vientre de donde el público bebe como una bestia

ilustrada su dosis de ideología


porque vamos a ver ¿usted qué prefiere?


¿una verdad de 9 a 5 y media hora de descanso o un buen

jodido reality show twenty four seven every day?


¿para qué el acontecimiento real si el espectáculo nos

prolonga?


¿por qué la realidad sin fantasía?


cohesión social en el amor del mito


¿y entonces?


tiene un proyecto vital de eso no hay duda


Ignacio Miranda tiene un macroproyectovital pos anti

contra ultra moderno y suelta frases como nadie puede

derrotar a César sin convertirse en César o la meta no es

la metáfora sino la metamorfosis


punto


con toda razón puesto que se sugiere pero no queda

explícito en el texto usted podría preguntarse en qué

consiste el proyecto del que hasta aquí se viene hablando


no se trata de ser como


ni de imitar las manera de


Ignacio Miranda tiene un acojonante proyecto vital que

consiste en ser


…radical y originariamente ser


.

…………………………………….miméticamente ser


.

.

…………………………………………Diego Armando Maradona


.


César: Quiero tener a mi alrededor hombres gordos,

de cara lustrosa, y de los que duermen bien por la

noche. Ese Casio tiene aire macilento y hambriento:

piensa demasiado. Hombres así son peligrosos.

Marco Antonio: No le temas, César, no es peligroso:

es un noble romano, de buena condición.

César: Querría que fuera más gordo. Pero no le

temo. Sin embargo, si mi nombre estuviera sujeto al

temor, no conozco a ningún hombre a quien evitaría

tanto como a ese flaco de Casio. Lee mucho, es un

gran observador, y penetra muy bien las acciones

de los hombres. No le gustan los juegos, como a ti,

Antonio: no oye música, rara vez sonríe, y sonríe de

tal modo como si se burlara de sí mismo y despreciara

a su espíritu por poderse mover a sonreír de algo.

Los hombres como él nunca tienen el ánimo en paz

mientras observan a alguno mayor que ellos mismos

y, por tanto, son muy peligrosos.


William Shakespeare
Julio César [Act. I. Esc. II]

.





ESTADIO OLÍMPICO 4
Sí Julio César soy yo
Y he venido a matarte

.



Casio: Empieza a crecer en la mente una ampolla. Y esa

ampolla sigue creciendo en lo que piensas y te orina.

Y todo lo que piensas es todo lo que ves es todo lo que

existe, y ves que lo que existe no se puede distinguir de

tu mirada en el espejo.


….Eso es la envidia y ahí comienza el crimen, no

después; la envidia fundadora que origina el estado de

las cosas es siempre antes.


….El crimen del principio.


….Las cosas vivas al lado de las muertas fue siempre el

principio de la sucesión.


….Tú siempre has sido, César, el mejor y el más grande,

de eso no hay duda. Pero quién dice que no es posible

eliminarte de la plaza y crear otro sistema con la boca de

matar.


….Es ley de cambio.


….Anduve caminando por el bosque y vi el cráneo del

Chivo; ciertos huesos no alineados en código difuso que

al tocarlos con el palo hicieron orden. Noté en el orden

un sentido y que el sentido de ese orden eras tú, lineal,

unificado y excluyente, como esa esclava romana a la que

llaman Realidad.


….Tomé aire.


….De aquel Todo lo único dinámico en mis ojos era

una lombriz bailando por Europa la Danza de la Muerte

cantada por Nick Cave.


….Era un cráneo eléctrico ese Chivo.


….Hay un tiempo de perdonar, dice el Eclesiastés. Y un

tiempo de obviar y producir indiferencia. Bla bla bla y

entonces hay un tiempo en que se debe asesinar y aquel,

Julio César, fue el dictamen.


….Tomé arcilla de Uruk e hice un dios.


….El dios me habló y dijo «Es propicio para el crimen.

Pero no corras a la piedra y digas Qué pasa contigo,

piedra, pues no podrás esconderte. No corras al río de la

sangre y no corras al mar y digas Guárdame mar, el mar

es la mano de fuego en tu jeta de culpable y al Señor»,

me dijo el dios de barro, «no vuelvas a llorar. Y aléjate de

ti, payaso. Y ponte recto».


….Visto el antecedente y que la historia se repite nunca

de la forma deseada, corrí a Delfos y todos los trescientos

bueyes con el cuello en mi cuchillo confirmaron la

cuestión.


….Subí a lo alto del cerro del canto XIII de Alighieri a

coserme los ojos al lado de la roca.


….Ciego al Paraíso y lúcido en Infierno, dije «Esta es la

señal» a mi compañero de celda, «¿Vienes?».


….El honorable estúpido de Bruto creyó mis argumentos

y es aquí donde comienza el tiempo de los asesinos.


….Fabricamos el odio con una impresora 3D y nos lo

introdujimos por la vena. No me gusta la música, cómo

me conoces; prefiero lo que calla y gusanea en la noche

de la angustia y el insomnio.


….Ahí supe que el problema era pensar con palabras;

cuando no se ejecutan en el reino de los hechos las

palabras son inofensivas como sal en alta mar.


….Pensar no es suficiente, el no hay que ejecutarlo.


….No hice hasta que hice, y cuando hice, hablé. Mi

palabra era el puñal en tu tripa celulítica.


….Se desplomó el odio en la mesa como un puerco

borracho y estallaron los cristales y la sangre de las

copas.


….Fue maravilloso comprobar que los seres superiores

resbalan sobre lefa rancia y heces como todos los demás.


….Mi amado Julio César, sistema funerario, es ley de

vida y muerte.


….Antes de ser atropellado por el tráiler fuiste un

imperio fascinado por las luces del terror.


….Y es que todo obeso que asciende revienta al fin en

un punto y es ahí, donde la rajadura, que el crimen deja

hueco al siguiente crimen.


….Pasa, niño deforme, con cabeza de gekko


.

La erradicación de la personalidad acompaña

fatalmente las condiciones de la existencia

concretamente sometida a las normas espectaculares

(…). Paradójicamente, el individuo debe renegar

constantemente de sí mismo si en semejante sociedad

quiere gozar de un poco de consideración. Esa

existencia postula, en efecto, una fidelidad siempre

tornadiza, una sucesión de adhesiones siempre

decepcionantes a unos productos engañosos. Se

trata de correr deprisa tras la inflación de los signos

depreciados de la vida. La droga ayuda a conformarse

a esta organización de las cosas; la locura a huir de

ella.


Guy Debord
Comentarios sobre la sociedad del espectáculo

.







ESTADIO OLÍMPICO 4
MICHAEL JOSEPH JACKSON

.


yo quería vivir siempre en el escenario


me decía


desde los 6 no recuerdo no estar nunca en el escenario


a los 12 ya veía dibujitos de mí


los dibujos animados son infinitos, y ser infinito es lo

máximo ¿no crees?


compraba goma de mascar y caramelos


mis preferidos eran los de mora


y guardaba el resto de mi cheque mensual de $200.000

porque qué iba a hacer si no


una noche, un secuestrador con careta de zombie entró a

mi habitación por la ventana y me obligó a meterme en

su saco y su saco estaba oscuro. era mi papi Daddy Joe.

era su forma de enseñarnos a cerrar las ventanas antes de

acostarnos. mi papi Daddy Joe era el miedo


¡yo no soy el apestoso Stinky!


le grité un día mientras me escabullía por debajo de sus

piernas


si me equivocaba

mi papi Daddy Joe me azotaba el culo con su cinto de

trabajador del acero


ya entonces no me gustaba mi nariz negra de Bubba


Puntas Puntas Puntas


yo lo que quería eran narices en punta como las del Vogue

para pinchar con ellas globitos de helio


mi voz la hizo el helio


con narices Vogue di tonos tan altos que me salí del

mundo como por arriba


a los 20 ya era todo gracias a papi Daddy Joe


lo mejor lo di de negro


cuando yo era un muchachito negro en el espectáculo del

blanco


y en los televisores en blanco y negro de los blancos no

aparecían nunca negros


luego fui perdiendo la pasión


¿sabes que trabajé durante un tiempo como probador de

fármacos?


Haces bien a la Human Nature Michael me decían


brillantes hombres blancos Gracias a ti en un futuro

salvaremos a seres como E.T. me decían


y a las orcas que han extraviado su camino


por esa época mis amigos dummies me llamaban Mickey

Dummie Jackson para animarme


un tiempo en que mi familia fue maniquís, un chimpancé

Bubbles y alguna negra humana


corrían los 80 y yo no podía ser a macho man


but believe me


yo era bueno


dulce, inocente y bueno como los niños


lo he dicho un millón de veces y lo vuelvo a decir


si alguien me dijera algún día que ya no existen más los

niños en la tierra me tiraría por el balcón


¿te cuento un secreto?


yo veo a Dios en el rostro de los niños


cuando miraba los ojos de los bebés en las maternidades

podía ver sus almas


y eran almas limpias como yo


y eran inocentes


lo mejor lo di de blanco


cuando me convertí en un dummie blanco como mis

amigos en el espectáculo de mi espectáculo de goma y luz


quise ver si las prohibiciones del blanco eran las mismas

que las del negro y vi que no


me encontré con que en mi cuerpo no había prohibiciones

porque ya no había raza o sexo


yo ya estaba fuera de la especie como por los lados


las superestrellas que mueren deben trabajar aún más

después de muertas ¿sabes?


pero yo no he muerto


sigo comprando en Arabia Saudí bajo un burka y en las

butiques de París vestido de buzo


¿alguna vez has pensado lo difícil que es ser un prodigio?


te contaré otro secreto


los prodigios no existen


existe la fantasía y las bolitas de lana blanca cuando te las

acercas a los párpados


los últimos años de mis días no quería que me curaran


cultivaba el dolor por dentro para que de mí nunca se

fuera


me inyectaban fármacos y drogas para quitarme aquel

dolor


pero yo lo cultivaba porque al fin y al cabo ese dolor por

dentro es lo que he tenido siempre


el primer juicio fue funny


su abogado trataba de hacerle recordar por todos los

medios cómo era mi pene


mientras su terapeuta intentaba hacérselo olvidar


no sabían que mi máquina del sexo no era un pene


creo que en mi vida habré tenido una máquina del sexo

como Jimmy Brown


odio ver cómo mueren las cosas bellas


desearía que vivieran para siempre como en las películas


¿no te encanta el cielo azul, los bigotes de gatitos y esas

cajas cerradas con cadenas que son tan atractivas?


Graceland Neverland Xanadú


yo quería un mundo donde pudiera estar dentro


igual que en las habitaciones de cortinas aterciopeladas

donde van a dormir las hermafroditas


allí está todo bien


es como si el mundo tuviera lugar en una ciudad lejana


todo está bien


¿te cuento algo funny?


por un rito vudú hice sacrificar 42 vacas en Suiza para

librarme de mis enemigos pero no cambió mi suerte


es difícil vivir en un mundo que no entiende tu humor


todo lo que hice fue por inocencia


no me comprendieron con mi bebito Prince Michael II


a nadie le hizo gracia verlo enmascarado

si decían que yo era el Rey del Pop ¿por qué mi bebito no

podía ser mi Simba como en The Lion King?


él era como un ángel de charol en la baranda y mis fans

decían love you

¡entonces por qué iría a lanzarlo, damned?

¿para qué cubrirle la cara si iba a lanzarlo?

mi música estaba toda hecha de espectáculo y ¡demonios

si me funcionaba!

el dinero hace el mejor confeti, ¿no crees?

me daba para mi dieta y los diez mil jarrones chinos

pero a veces por dentro yo sentía que era una carcasa de

luz y goma y lloraba por los paraísos que se pierden

la cáscara Cacoon, la carcasa Cacoon

y aplausos de lata me aplaudían

siempre cuidé mi dieta y aún más con Lise Marie

yo no se lo decía pero me asustaba acabar como acabó mi

suegro

atiborrándose de pizzas XXL en Honolulú sobre una bici

estática

para ser sincero, supongo que podría decirse que duele

ser yo

but I love you

haberte hecho feliz no lo cambiaría por nada del mundo

porque os amo con todo mi corazón

yo quise haceros Neverlanders




Ignacio Miranda, Madrid 1981. Licenciado en Filología Hispánica (UCM) y Estudios Avanzados en Filosofía (UCM).Ha publicado libros como crak (Caudal, 2015) y Ocio negro (RIL, 2020) y sus textos han aparecido en Público, Guaraguao, Nayagua o Mal de Ojo. Ha sido incluido en la antología Todo es poesía menos la poesía 22 poetas desde Madrid (Eneida, 2004).





.


MAGDALENA CHOCANO. RUIDO CANÓNICO VERSUS POESÍA

  El trabajo de la poesía en la materia de las palabras es un lance lento, a veces acelerado por la irrupción que recibe el nombre algo desg...