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lunes, 13 de octubre de 2025

JULIO INVERSO. COMO LAS MELODÍAS QUE HACEN SUBIR LA LUNA

 




LAS NUBES INVITADAS

Buster Keaton cruza el jardín en su bicicleta de madera con ruedas cuadradas y se estrella contra el manzano desparramando a sus hijos. La señorita se asoma y Buster Keaton la mira y se enamora. Pero antes se sacude el polvo; ha venido desde muy lejos cruzando el oeste. La señorita sale por la chimenea, en espírales de su vestido blanco. Buster Keaton sube entonces a su globo aerostático y empieza la persecución. Cuando quiere más altura tira a uno de sus hijos. La señorita quedó enganchada a la nube número 5. Buster Keaton tiende una cuerda desde su globo a la nube y hace equilibrio sobre la cuerda llevando s sus hijos en los brazos. Los hijos se metamorfosean en un ramo de hojas y palomas. Pero la señorita está ahora en la nube número 2. Entonces Buster Keaton recurre a uno de los más viejos trucos del cine mudo y amontona nubes y hace una escalera por la que subir con su gorra de detective. La nube número 2 es un amplio salón con pinturas de Picasso y la señorita se duerme. No debía dormir pues ahora está en el árbol número 8 que encierra inenarrables peligros. Esto lo sabe ella pues el portero y acomodador del árbol se lo ha anunciado. La señorita está muy asustada. De pronto ve llegar al farolero, que enciende los farolitos de las puntas de las ramas. El farolero le dice: “Están por llegar los cuervos”. Ella le pregunta, angustiada, cómo escapar.“Abre la boca, chasquea los dedos, mira  hacia arriba, cierra los ojos, junta las manos, sacude la cabeza y peínate
con este peine azul”, le dice el farolero. Mientras tanto Buster Keaton  se ha agarrado a golpes con las nubes y ha quedado mal por pegarle a  la nube número 9, que está llena de piedras. Junto a esa está la número 6  de cuyo borde inferior cuelgan estalactitas, que no son más que los hijos  de Buster Keaton. De súbito se le ocurre una idea y anuncia con megáfono: “Todas las nubes están invitadas, vengan a la gran fiesta!”. Las nubes corren por el cielo, tornasoladas, deshaciéndose algunas, dando vueltas en la esfera celeste hasta reunirse por fin configurando una amplia bóveda. Buster hace uso de su lupa de detective.

Examina las crines una por una, mira adentro por las ventanas pero no hay caso. Ella no está en ninguna. Buster se reclina muy afligido en este arco y fuma uno de sus hijos. Los demás hijos huyen en el globo aerostático hacia Hollywood. La señorita que es objeto del amor de Buster se encuentra con un productor y consigue un pequeño papel en un film. En total ingresan varios a la meca del cine, Buster Keaton toca el clarín, las nubes cantan.

 

EL BITCHES BREW SURREALISTA

Bretón encuentra a Nadja en las atestadas avenidas de París,
la halaga regala y besa
antes de entrevistarse con el psiquiatra
que finalmente decide internarla
por la defectuosa caligrafía de sus eles
Eluard se yergue hermoso
y sensitivo como un pararrayos
y en una noche de verano
transforma para siempre el amor
con el rudimentario armamento de la poesía
Aimé Cesaire, un poeta
de arcos de sangre sexuada & escolopendra
se harta de la pobreza
y decide engordar
sobre la base de convertirse en ministro burgués
en la Martinica
Tzara arroja sus libros de filosofía presocrática
por la ventana de un bar de Zurich
mientras en la vereda
Lenin y Arp
se baten en un mortal debate ajedrecístico
Artaud se despide de Anaïs Nin
después de una suculenta merienda
al mejor estilo de los personajes de Proust
y desde la ventana del taxi
escupe láudano e injurias
dice que las momias serán exterminadas
por un teatral tratamiento de shock
un poeta loco que se niega
a los cambios de vestidura social
que boga por los cambios
considerando las más repugnantes reacciones
de un espíritu enfermo de privación
Soupault arriba a la poesía en una cama de hospital
le dicta una herida
le zumba una frase desde hace tres días
y tres días pasa hasta escribirla
es una bicicleta patas abajo
que podría confundirse con la crucifixión
de un pan y un corazón.





MAROSA

ella prodiga fragancias
como las flores o los pétalos de las nubes
brilla su voz lenta como la melodía escuchada transversalmente
mariposa de tul pálido
salió de compras
y volvió con un maniquí
donde dibuja sus poemas
mensajes para hadas elfos y otras marosas
su alma como su esqueleto de anís
están en trance
fuentes y pirámides de su sueño
agua violeta bautismal
creo retratarla y así como está
sin maquillar en la penumbrosa habitación
con un acceso de tos estacional
pegaré su retrato en mi ropero

* * *

un beso como un tobogán
una joya que se mide por su sombra
un pasajero hambriento
un color para las cavernas de la luna
un imán horizontal entre las espadas
una canción en un idioma que nunca escuchamos
un sueño como la teatralización
de la deyección del dolor exquisito y de la
hemorragia
una emboscada para habituarnos a la ficción
un paisaje de arena desolada en el fin
un reloj viejísimo marcando el circuito
electrónico estelar

* * *

a bordo de tus mariposas
amiga mía, amiga de mis quiero
a veces soy sublime
a veces me estremezco
porque vos sabes soñarme
a bordo de tus noches
a bordo del viento hecho ferrari
así, sin ecuaciones, nos tenemos

* * *

qué bueno por fin
amar saberte amado
qué bueno nacer en esta tierra
aún bajo las maldiciones del cielo.

* * *

ahora estoy completamente desnudo insecto bajo sus párpados tambores
de la lluvia en mi ciénaga de membranas pachulientas
pelo cortito manos desplegadas tocando los trompos y el fuego
equilibrista que me sube desde la pelvis descontrol=amor=locura
combino todos los números, la cola de pegar con los rombos de la
campera de denis lavant con la silueta azul de juliette binoche con
las tiras cómicas que tanto la divierten con pasteles de hechicerías
con barcos transoceánicos y vuelo en el teclado tratando de dibujarle
la cara mientras le arranco el cinturón la máscara y los breteles
mientras arranco los grifos y arranco el agua de los grifos y subo
al escenario para verificar que la muerte me quiere y que ella no y
arranco las estrellas y las reviento contra el suelo y después tiro
alquitrán rodajas de ananá los aros de las niñas y prendo fuego los
cuarteles y rompo los vidrios de los expendios nocturnos buscando
frutillas debajo del insecticida y busco peces en el humo del
incienso y busco guerras y truenos y esqueletos soñadores y la
blanca planicie de sus nalgas el fuego de su espalda la bebida pegada
en su paladar el calor de su vulva quemándose en mis dedos el
calor de mi espada en su columna vertebral la vuelta a casa en la
maraña de nubes árboles autos y supermercados lobotómicos y
anfitriones despellejados y vírgenes mirando a los chicos y siento ya
la quemadura del aire napalm cesio y estroncio mis dientes sem-
brados mi cabeza a punto de caer a sus pies lo puedo decir eternamente

* * *

pienso en ella como pienso las melodías que hacen subir la luna
le pienso las lastimaduras chiquitas
le pienso la boca entreabierta como sosteniendo una almendra
le pienso las caderas batiendo el agua como dos alas
le pienso el perfume rosado de los ojos soñando o mirándome
le pienso la bandera que le quede como un tatuaje respirando abajo
le pienso el jugo del placer ya en mis espacios interiores
le pienso el redoble de la voz entre las rocas y en las fosas marinas
le pienso la malicia cuando me tira la cerveza en las solapas
le pienso las pestañas espigadas como las manecillas del reloj
le pienso la cara espejo de jade y el latido de su miedo
le pienso su boca comiendo en mi boca y la mía en la suya
me pienso amurado con ella y con todas las estrellas dudando por el cielo
me pienso piel con piel arriba y abajo
me pienso en plena amenaza en la pelea que doy
me pienso como un escudo que le tape el sol un escudo que es la luna
me pienso perdido llorando dragándome regalándole este poema a otra
me pienso enamorado entre sus flores calcinadas
me pienso espectro inclinado ante su cadáver
la pienso sola caminando sin nimbo ni mochila
la pienso la siento la toco la amo la transcribo la persigo patas arriba
en el techo la inundo de un solo envión la hundo en mi locura la rescato

de la eternidad la celo la deseo de marfil pulido la recorro y la remonto
la anochezco le mido el corazón la zozobra la sonrisa ancha como el mar
le escribo un poema dos poemas tres poemas
le digo lo que soy y lo que seré
la aturdo en mi abismo de sábanas desmayadas
la libero la tuerzo la hago reír y llorar la emborracho le hago el amor
la espero en los lugares que no visita me quedo la quedo quedo pegado/.

 Fotografías de Christy Lee Rogers.

sábado, 11 de octubre de 2025

EDUARDO ESPINA . AQUÍ LA VIDA HACE COMO QUE EXISTE.





A PATRIA, UN OBJETO RECIENTE
(Aquí la vida hace como que existe)

La mortalidad de su materia es lo que
da para empezar: a punto de quedarse
deseada encuentra la perla y el apodo.
Vida como dádiva duradera, como ha
sido la del búfalo y detrás, la pantera.
Entre zancadas hasta cruzar la bruma
más allá del alba añadida a la persona
del paje que pregunta por el anfitrión.
A tiempo de tener lo que nunca nació,
la mañana derrama lebreles de brillo,
la letra que a la voz anuncia naciones,
nada más que la solución de siempre.
Llega la lluvia, la costumbre del agua
y el ocio que por cierto cae en desuso:
la luna en el heno hace a la planicie, el
invierno al venado que alcanza a ceder.
Por su hez ha sido el sitio disminuido,
en algo convertido como cuerno y ahí:
la flecha conocida al quedarse clavada,
el cuerpo dispuesto por la posibilidad.
Podría resumirse así: el margen de los
recuerdos origina con el gerundio y la
canción llevada al grazno del susurro.
Ciervo, hierba y loan luego al viento:
la casa encuentra el coto desconocido.
De toda su estatura hace sentir al cielo.
Duerme la piel a pesar de lo que pasa.
Los ojos dan por verdad a las palabras
las cosas buscan un lugar en la mirada.




Mínimo de ninfa invisible

(Un comienzo es siempre otro)



«de manera que aquellas cosas que no se pueden decir,
es menester decir siquiera que no se pueden decir».
Sor Juana

No se veía nada, mejor dicho no se veía nada.
Tiene razón Sor Juana en lo que haya hallado
y aquello al pie de un epónimo, y a propósito,
¿cuándo verá el oso a su femenino en la miel?
Desde este Luxor a solas, rocas, peñasco, mar
a morir menos que ola en lo que está tan lejos
pero no tanto como la luna más alta que éstas.
Mar de todas las mareas al morir a su manera
a ras de la corriente donde dirá del resto todo.
Y al Sur salpica, rasca el kiss de las quimeras
haría hace un buen rato por ser tan de repente
o tan, buen ciego para la Sor, también Él azor.
Mira cuánto ímpetu ha perdido, o mira cuánto
de todo esto dejaríase mirar en hora, ahora ya.
No se veía nada pero ahora se ve menos, años
de no verse, de bañarse en guarismos a ciegas.
Entonces igual sería a la mirada aun en la cara
de lectura cuando abre la cifra y ve la primera
palabra: eso es ver, esto es el sentido siguiente.
Frase, refranes y no dejes el alma para mañana
ni menos señales su ausencia añadida al cariño
de piraña que de niña comía mirras arrepentida.
Para otra será su ardid, para él la edad indebida.
Caza las cimas si tanto le dio la luz como llegar,
porque ha llegado: comienza con apariencia, en
la misma persona la sorpresa cambia de planes.
Mínimo de mundo visible, el que Berkeley vio
y no este de ahora que a nadie ya no pertenece,
mundo para inclinar a la chancleta la bataclana.
Está frío, en la ingle clama por algo menos ahí.
Mundo, o da lo mismo pues en inglés es world.
Cuando empiece a ser menos, alguien lo sabrá.






Enamorados sólo por esparcimiento

De la escritura que a tu ostra todo atrae
retardando esta inmensidad de materias
aparecidas como clima a quien reparten
por la entera estima de tropas tristes que
dudan desovar el estreñimiento a través
de berenjenas en el perdurar del frutero
que al chirle destripa pelón por el diván
donde sierva mutua de mi verbo junto a
la jaula dormirás aliviada de la ligereza,
porque melodioso soy el desmemoriado
que no canta de la historieta lo pasado y
no sé si fue anoche o pasmado mañana
como aquel revés de mi resma entrando
por las comisuras de las lacas en tu caca
que salpicabas como cal por el gallinero
de igual manera hasta la perdigonada en
el pijamas cuando a dormir se acomoda
restregando el gamulán por los orificios
que a su beneplácito al belfo adormelan
o dime si es mía memoria la que miente
y esas cosas que pasaron dejaron de ser
la tamaña tropa de hetairas cuando eran
tan bien dos cuerpos del otro por detrás
del celofán donde melaza marrón arreas
en los resabios de la vejiga al aguardar
debajo de la pirámide la dudosa verdad
que al buche del entenado se le parezca,
porque causas encuentran a lo ocurrido
por ensimismar el órreo o la semejanza
entre los resquebrajos la penúltima vez
en que pegados del rabo al despeñadero
pues como cae la caspa caen los reinos
por la resolana mejorada donde silba la
belleza traída al momento de los demás
que a su cerco devuelvan aquella noche
en que los desaseados purgaban iguales
a la garcha hinchando el apocado plano
del castrapuercas por la frez enamorada
que mustia vaya, de la orilla al corazón
y a su sazón las sílabas puestas a saltar
la soga en una lona de boda y metáfora.




Razón de todas las cosas

De tal manera imaginaria, las cosas sucedían
para que todo fuera donosura en lo desusado:
la racha entrometida del dedo en el deshabillé,
la sevicia por la blusa azul al soltarla basta el
desacato de desabotonar de las polainas a las
bragas en remedo de ilusiones todo lo demás,
y así el pulso, la unción en marcha él y el final.
Aposento de nombre en la pradera soleosa y
mudo a moverse a dar desvelo de júbilo pero
igual, no. Nadie en la piel más de la cuenta.
En la ducha los afeites hermosean el enredo
y regresa el agua a la noche donde se bañan.
El amor es la única imposibilidad necesaria.

 

MONÓLOGO DE DA VINCI ANTE LO MÁS CONOCIDO QUE PINTÓ 

El beneficio de efigie no lo era
(ni detrás de las madréporas el
estruendo en su otero otra vez)
y tú, estados de ti por la tundra,
a traer sargazos con quien goza
(casi como del cielo saliéndote)
en esa la vez cuando un botón
si tocan la verdad y por boreal
hasta el último abeto que la ve.
En el tiempo detenido delante
la carnada daba al alma como
ejemplo, el silencio salva a la
sabiduría y deja de preguntar.
Mientras llueve en el jardín de
los rivales, la albahaca bañada
por la soledad de los símbolos
aguarda alegres ratos de estos,
el dividendo que vino primero.
A merced de la senda el deseo
más entre las mustias retamas
y yo ya uno en las horas tuyas
llamando a la luz un hallazgo.
(Los que estuvieron hablan de
la promesa de serlo y según la
ganancia, el higo fiel y al final:
la res que agradecida regresara)
Manera sería de filtrar las dotes,
de dar portento a los esparcidos.
Y en blando cetro con la madre
a emprender: sea trébol extraño
rastreando la respiración de los
muertos que aún no empezaron.
Todo eso que el sueño conocía:
la cuadratura de una taza de té,
el árbol de la índole, la orla de
largo pegamen, cuando sólo la
soledad cambiaba de posición.
En mitad del centro su ántropo
la hacía apariencia en persona:
algo la cuida, una historia, una
inercia incierta de saber que sí.
Lo que quedaba para un habla
era aquella llaga fría de follaje
llenando la noción de la lluvia,
el nacimiento de los samuráis.
Pero la osa de satén al saberse
abotonada, en víspera todavía.
Toca por ver si Bizancio vino
a dar vuelta como el venteveo.
Ella para el resto del estambre
obra con la causa en desorden.
Aja el origen lo propio de las
cosas calmas, la belleza en la
cara contraria no se atraviesa.
(Y yo, para traerte cerca de ti.)
Eran de la aridez las limosnas,
la certeza de saquear un costo.
Preciosa filantropía: el cuerpo
da sombra y el suyo, Da Vinci.
En el siglo de los albaricoques,
un alud de óleos y lejanos ojos
que daban vuelta y dejaban ver.
Con ellos, el llanto a otro loto,
la carga, un caracol, cosas allí.
La espuma puesta en el puma,
ámbito que ninguno deshabita,
lapsos de seda como si dijeran
y en el lado de quien anhela lo
elemental, mejor definición de
Narciso: la nada en ti entonada.
A otra entonces con la sed y el
palo amplio aplicado al perdón.
Cumple el plan con lo espiable;
nadie por el hado entre adornos
entrega al braguero lo que sabrá,
agua dejada entre tantos agüeros.
A esa hora, el merecimiento y la
mitad, las zonas al azar soñando.
Toda ansia a saciar, y ya escrita
la cripta que por enero te venera.
Queda la edad, el entendimiento:
el sol en el brillo es lo más veloz,
la Luz se detiene entre nosotros. 



RAZÓN DE TODAS LAS COSAS

De tal manera imaginaria, las cosas sucedían
para que todo fuera donosura en lo desusado:
la racha entrometida del dedo en el deshabillé,
la sevicia por la blusa azul al soltarla basta el
desacato de desabotonar de las polainas a las
bragas en remedo de ilusiones todo lo demás,
y así el pulso, la unción en marcha él y el final.
Aposento de nombre en la pradera soleosa y
mudo a moverse a dar desvelo de júbilo pero
igual, no. Nadie en la piel más de la cuenta.
En la ducha los afeites hermosean el enredo
y regresa el agua a la noche donde se bañan.
El amor es la única imposibilidad necesaria. 



MOMIAS
(Morir entre comillas)

En la invisible inmensidad
del tiempo y de todo les toca
el calor de cada cromosoma,
la cuna que trajo cuanto quiso.
Saben de más venganzas, del
cielo que ha sido demasiado.
(Quietas, calladas como ellas:
es el silencio lo que confiesan)
Dentro de la inmensa morada,
lo mismo la lamia que la hurí.
Ah la unión de los nacimientos,
blancura de holgados brocados,
seda somnolienta para librarlas.
Cabe la verdad que las venda.
Fijeza ni velocidad se les vio
cuando a solas por la cripta,
la piel o algo peor añorando.
La nada que nunca llegaba.
(Quedaron envueltas
para que la muerte
no las hiriera) 




EL TIEMPO EN LO QUE LLEGA MAÑANA
(Con Ludwig Zeller en Oaxaca)

El rumor a helar los rabos a lo largo
del lugar, ánimas de mutua cantidad
anteriores a cada huella que tendría,
(la vida tan dentro, la visión sabida)
cuando más que deseos para sí decía
en desaire de cielo la solución de los
abisinios por la cripta del ojo a dejar
además del modo resplandeciente de
la anguila hacia la isla del comienzo:
todo dividido en la gradiva por durar.
Pero en tal atalaya donde los tullidos
huían inquietados a quitar su cadena
de cadmios amenazados por osadías,
se iban olvidando del alba varada a
un costado, de casi hadas en la edad
airada del error que a lo hermoso de
muy cerca y a lo bello también veía.
El fin a encontrarse con el principio,
la sorpresa con el ciprés en presente:
en la manera del ocioso no amanece
y la velocidad recorre algo recíproco. 


Las ilustraciones corresponden a escenas de películas de Douglas Sirk

lunes, 29 de septiembre de 2025

Emotional Rescue: ENRIQUE BACCI: UN FERROVIARIO SIN ALMA DE BEST SELLER

 


Si bien nunca acepté del todo la «fábula de las generaciones», agrego «literarias», si alguna vez me sentí tentado a creer en ella fue merced a la escritura de Enrique Bacci (Paso de Los Toros, 1960). Quique nos dejó, declaratoria que surge desde el furor de la querencia y cuyo plural convoca a las presencias de Gerardo Ciancio, Elbio Chitaro e incluso de Mario Arteca. Este 2025 se cumplen 10 años de la partida de Bacci y, desde aquí, exento de autoridad, sigo pensando que la poesía uruguaya, si es que fuera posible creer del todo en esta quimera, no termina de descubrir, y, por ende, de dimensionar la escritura que nos legó quien, en realidad, fue “un ferroviario sin pretensiones literarias” y, por, sobre todo, fanático del Peñarol. Yo vuelvo cada tanto a su lectura. Tengo la fortuna de hallar en el correo una nueva entrega de mi amigo pasotorense aun cuando transcurra el tiempo. Incluso a veces dudo qué de ello se publicó y qué permanece entre las sombras de lo inédito esperando constituirse en una sorpresa futura. Son 10 años desde que Quique nos dejó, lo repito sin saber cómo amañar la tristeza. Hace unos meses dicté un curso sobre él. Se llamó «Los olvidados». Y, convencido que su nombre, aún le otorga sentido al presente, los textos de Galligants parecen hacerme un guiño y, convocado por ellos, me animo a compartirlos. Bacci se fue, sí, pero perteneciendo al presente por venir. Leerlo es hacer que exista la historia. También la nuestra.
Maurizio Medo


Galligants


El esfuerzo es / antes que nada sitio / forzado a gusto. El color no es en sí

mano cuando el ojo le da __ vida dádiva __ hermano que habla por el tajo

del pintor mudéjar y cristero.        El color tiene que ver en cuánto el hombre

cree y el viento es la grafía del plumón                                          sin densidad

                                                                                                     ni álgebra acerada

 en la sombra del esfuerzo su laxitud de cuchillo.

Precinto sin fin / te acogota la duda / borda, bordea. Sobre la tanta duración de lo inconforme será decir            __    semejante a un esmalte    __                  Adoración

 del nombre miedo se ven y escuchan estacas                      espalda y cataplasmas de la catedral con la nave más ancha de toda la tierra medioeval,                  Girona

                                                                                                                         de Lluís Llach la voz tiene cogollo en contestar y no mostrar                                              en sílabas los dedos de esta mano                                                                              la voz, untada de uno y tanto cromatismo                                                                               atemperal.




Tirabuzón es / lo que no es esto, cierto / carta estirada. La mirada repuesta

en un atril concierne,    que rectifica:    abre sobre un hombre el concepto de peldaño con algo: Anunciación de Gala y Figueres sin grita, daga ni postal

del saurio en el acanto,                         para eso está un Dalí en la persistencia

más


                                                                                               memoria del franquista:

 besar el culo de la leona                                                            si no vuelves, Gala hundida en la hiedra                                                                    qué ha de ser de ti?



Parihuela de origen, ceniza de un yerro en la boca, contrapeso del habla

y sin rostro el resto de algunos días después.        Dijous Sant en Verges

 ¿A quién ladra allí un perro sin fe ni dientes,                     quién no es vivir

 de ejecuciones y muertes sin guardar?




eus del sant no hace correr a la floja cáscara del pie de los pies de la

inmigrancia en Salt, sí un macizo trabajo vertical de países sumergidos Vez de lebreles y Acusación:                                             un negro es el negro, un rumano

el rumano. ¿Marruecos? lejano.                                           En aqueste cas és clar: 

 ¡si hasta el sí del inmigrante suda a pestilencia!


Peus del sant,                          que ya hecha está la posta del suburbio marginal

Salt de esquina,                      resiliencia, mar sin madre pare un hijo que a tanto

se hará cárcel                      con una mano en el fuego de saber hasta qué el sol pertenece al primer mundo                                                  en aqueste cas és clar



La tierra huye del plato cuando los catalanes tienen a su burro limado de

la suerte.                                                                 Alguien no sueña que dice:

“la major part dels habitants de país, durant l´Edat Mitjana, vivía al Camp, disposava d´escassos recursos.”                        Alguien, que no es ni burro

ni franja de una garra en la bandera,               lava su rostro en la impiedad.


Ve venirse jabalina al jabalí



Suda en su frágil camisilla el uruguayo; suda nervios, dientes suda.

 Un sentido diagonal, que ceniciento,     le huele en sus fragmentos

de matria siniestrada.                  Con cucharas de albañil en la valija

quiere olvidar sus yerbas. Obrador, sin diente el nervio, suda,     late

 en la figura de la acción Desplazamiento:          “ amb unes tenalles

que sostenen brases ardents, posa foc”    y el latir ya no es templar.



Una piedra tiene que os varia humanidad, sos.     Despareja y dolida hechura. Asiento de una lítica costumbre, cavar como el calvario es esquivar la mala fe del no poder prestar tres piedras, también la pe y aquí calmar                    la casa ves? Del abra labra         una pera no deixa de ser una máscara. Fugacitat de les coses.


Una piedra se conjuga invariable y subjuntiva; el laberinto es lo que su variada humanidad derruye                                  para ser te de auxilio, entiendes hombre

que varea la piedra cuando muestra sus vientos                        tristos i cansats?



Otro mundo había que consentir sin esta rectitud que se esfuma sacra y normal por cúbica. Otro retablo esférico sin hambre obligada a constipar su deudo con

un cielo por cielo, al ciento: crea per poder executar accions amb dos únics fils oblicuo el día, paciente                                                        y razón sin luz, de noche.


Otro mundo donde la luz no venda cara su maestría de cuarzo sideral, acaso concavidad de la razón no esquilme.        Otro centro de actitud como migrar migran y garrear no es entenderse solo entre los prácticos tipos de la cetrería


Una tercera tesis, el chocolate de Calatayud repartido por doquier, si búhos
ni liturgia.





MAGDALENA CHOCANO. RUIDO CANÓNICO VERSUS POESÍA

  El trabajo de la poesía en la materia de las palabras es un lance lento, a veces acelerado por la irrupción que recibe el nombre algo desg...