fotografía de erwin olaf
Hay un nuevo concepto de guerra bajo este sol
que ilumina la jerga de los diminutos actos con los que
los emigrados devienen fantasmas. Nos sometimos
al sonido pensando que habría conocimiento del otro
lado de la canción. Y sabíamos bien que era una
canción porque había un tú del otro lado. Ya que
preguntas, en ese orden revolvimos las cenizas.
* * *
Con letra minúscula sobre el pizarrón puede
leerse la teoría del doble. Aún cerradas las
cuerdas vocales vibran con la lectura silenciosa.
Y la traducción se acumula sin más, sin ninguna
base para la verdad. Este paisaje no suplanta el
conocimiento. Además, todos estábamos ahí cuando
el tratado de las formas fue firmado para vivir en
la historia. El permiso expiró. Pero da lo mismo,
nadie entiende. Extrañan, dicen, el poema que decía
que hacía lo que decía.
* * *
Ciertos manchones de sentido en lo que queda
de octubre. Por ejemplo, el pez, la persona espiando,
el lugar del cuento, el rostro del tiempo que sugiere
el fin inesperado y siempre en fragmentos, la
especialidad de la casa. Cada día sueña su
propia ética que debe incluir la canción de
los árboles (en general) y las ramas del sicomoro
(en particular). Esta es la vieja línea para definir
la guía de las constelaciones. Pero es solo pez.
* * *
Mira, esta es tu biografía. Todo
el peso del mundo. Lo opuesto es
cierto, siempre como una larga
estrella. Es decir, el argumento se
oye dos veces antes de ser descartado.
En cierto punto hay una condensación
pero no te dicen dónde es. O si los
sueños son invadidos por fuerzas
derrotadas el siglo pasado. Lo cual
invalida una vida entendida como
algo particular.
* * *
La idea de la brevedad del pasto se
ha transportado al léxico popular
de esta esquina. La primera línea
abre la piedra, como en los antiguos
jardines que acompañan cada época
marchando a ninguna parte. Es una
formación natal presentida con cada
sonido, como cuando reconoces tu
propio idioma en la multitud.