Alessandra Yuca (Arequipa – 1996), estudió Derecho en la
Universidad Católica de Santa María. Durante un tiempo, uno tan exigente como
intenso, estuvo, y trabajamos en El Laboratorio . Por cuestiones académicas
ella debió viajar (maestrías, diplomados) dedicándose de lleno a esos
«procesos» académicos que, si tienen alguna validez, es la de «registrar» que
uno fue capaz de prepararse para algo, mucho más «útil» que la escritura en sí
. Pese a ello, Alessandra siempre insistió en considerarla como su «profesión
de fe» dejándome, sin quererlo, como el albacea de sus antiguas convicciones.
Zigzag, ida y regreso
Una “A” bien planchada sobre la cama alza sus ojos opacos y
me mira, la figura invertida de la piedad me evoca tiernos años /aceitar antes
de tejer/ y todos tus hijos sentados dejaban silencios escritos entre cada
puntada, tus dedos derechos abrazaban peinetas buscando espacios correctos para
hacer lazadas /hebra entre aguja y aguja/ todo lo que versa este campo: es tu
voz que se apaga, el vuelo de alfileres retorciendo la dirección contraria, tus
horas se descuentan /la primera pasada/ un cuarto oscuro y el más pequeño de
tus niños sosteniendo la lámpara, te afanas en estudiar las lanas, buscas
pureza en la fibra hoy tus vestidos se irán a Praga /cuál es la hebra que
tomas/ recojo tus cabellos apenas canosos los trenzo como lo harías con tus
nietas quieres leer un pasaje bíblico pero has olvidado articular, señalas y tu
dedo chueco no tiene dirección /seis u ocho pasadas/ tu esposo planchando a
carbón, cuida los pliegues, te miras rosada, robusta tu sastre pesado y liso,
la plegaria habitual acompaña la cena mencionas al amor sufriendo con bondad,
soportando injusticia en la verdad /sueltas el punto, cuentas/ leo fuerte para
que mi distancia no desvanezca las palabras, no hay contrariedad: eres plácida
viendo las profecías cumplirse, como designios que no necesitan de lengua todo
acontece mientras se curva tu espalda y en la queja silencios, aceptas sin
llanto, me dices me voy /deja su aguja en ese punto/ yo corría de tus brazos
para volver con más fuerza, una “A” retozando en tu regazo tejimos el camino del
parque a casa llegamos a la última pasada, mucha vanidad en el anuncio del
tiempo, hasta el dolor huye de las jactancias /suelta el punto destejiéndolo
todo/.
*
la palabra hace de sí un mundo
el pensamiento cae como cuerdas que se enredan
los tamaños diferentes
tu tacto somero podría decirte cual cargará el peso de tu cuerpo
*
este universo lleno de mundos describe formas de escape
abre un tajo a la tercera dimensión
te enfrentarás a la nada
esa es la huida posible
*
el “no” es el tránsito a las historias que te llevan a un
mismo lugar
resueltos los laberintos imposibles
todos los espejos se disuelven
no hay imagen refractada
se devela la unidad,
tú.
HIGO
Con el peso trágico de sus zapatos gastados, muere quien
nació en abril
por las lapidarias que en línea recta me esperan limando las últimas tres
noches los callos de sus pies
¿Te rasgaron el vestido? ¿Cavaron la fosa?
Lapídenla
Con piedad por ser mi niña,
una seda cubra el rostro, sujeten brazos las arenas, el
honor hasta el pecho,
caigan por si hay vida no sean chicas ni muy grandes que me restan diversión.
Me pongo el traje de mi padre y recién es que empiezo a sentir el alcohol,
cuando mis pasos ya están cansados las murallas se pulverizan y se me
desconocen las calles, no hay amigos que dirijan, no hay madre que se angustie,
ni amores que se escondan al oír mi réquiem.
Como flecha vertical, reposo en mis esbozos, si en esta
madrugada sean tres de la mañana pueda ser que vea con claridad, pero,
Nada Nada
solo ansiar el vómito tras el vino dulce de higo y
unas copas ricas
copas y ricas algunas
chicas chicas chicas
y entiendo a mi amante mayor
chicas chicas chicas
y también mirar… las
sus brazos batirse en vuelo, su cuerpo ondularse en vaivén
no hay pecado que levite más que el mío
estén las otras, lustrando sus botas, de lejos se las ve: quieren ser amadas,
quieren ser musa
ser nieve no…
ser nieve quiero yo
como un cristal de hielo, precipitándose en el suelo, nunca saber complacer
áspera y granular
esas niñas son de amarres
magia negra subliminal
El hechizo de las brujas
Ellas musas
yo tu bruja
Como la Rosen (rosa) vinge (alas)
Cuatro veces mi edad
Ocho veces más virtuosa
Y sus ojos que nunca descansan
Ni se cansan de ver sin conocer palabras viejas que se arrojan sobre una
espalda desnuda
Casi oscurece el cielo, para tornarse azul.
tocando el romance ante la tumba
pensando enterrada, tanto yoismo me hace la vida pequeña
felizmente las piedras han tocado mi nuca
la tarea se cumple con destruir
Para crearme en algo que no se nombra
Nadie se acerca al final, tres demonios reparten la coca, más quien puede viaja
al cusco y está tan cerca del cielo, que casi casi soy nube
Sin zapatos
Y mis pies se hacen sombras derruyendo la ciudad bailando la sentencia en
nuestra hoguera la piel se quema pareja, y las llagas se hacen benditas cuando
las toca el vino
y el que vino, sin saberlo lo compone todo
destruyéndolo primero.
MADRE
Como loca, una celebridad permanentemente acelerada/ eres
demasiado pequeña para dejar el nido/ más nunca tan joven como hoy/ cuando mi
espejo callando su imagen, muestra de alguien: Idéntica a mí.
Líneas que se translucen presionándote a la edad de ir y
venir muchas veces repasando pasos adolescentes que inútilmente la devuelven al
mismo lugar.
Víctima y victimaría del espíritu de su época/todo y nada se
suspende/es la miope entre la vía y el de pronto la ha puesto en el lado
salvaje/ enderezando tus lentes no es eso lo que mejoras/ y ya nada puede
hacerse: Idéntica a mí.
Y no por la misma peluca/ ¿Te digo - Me ves? todo lo que es
tuyo ya no te pertenece ¿Te digo- Esta edad a dónde corre? Te digo- Estoy en
donde los compasivos han dejado sus vueltos y se han ido.
Ansiosa te observo doblando la esquina cuando tienes siete
años/ un apéndice imaginario y desprendido realiza tu imagen te ha hecho
confesar el amor y el amor que no eres nada, ser nadie, tener nombre y no el
que se te ha dado: Idéntica a mí.
Te reconoces y desconoces en el encender y apagar del fuego/
comprendes no intentar atraparte/ el reflejo te devuelve a esa vía siempre
salvaje a la calle que se cruza y está cruzada sin culpa/ son las hijas
compasivas de las madres de sus madres/ cediendo oportunidades infinitas/
posibilitando posibilidades/ se posibilita el amor / se posibilita la vida/ la
mia vita barbarica/ Una sola palabra esta alma necesita: libertad y en propias
alas se prepara para nacer.
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