miércoles, 29 de octubre de 2025

ENRIQUE CABEZÓN. CONTRA LA GRAVEDAD DE LOS POETAS

 

                                                                                                                          Fotografía de Whitney Hubbs


 

 1
 
Teruel, noviembre 24
 
Reunidos todos para celebrar y celebrarnos la alegría,
la conciencia de pertenecer a la estirpe rota de los tristes,
esos que ríen como pían a cientos los estorninos,
enloquecidamente, a demasiado volumen siempre,
esos que tiemblan en las ramas de un árbol de otoño
que, como todo el mundo sabe, no es una estación
sino una enfermedad mental, una forma de violencia.
 
Reunidos en una ciudad cercada y antigua
para hablar de los libros de los demás
–pero haciendo hincapié en los nuestros
para que nuestra futilidad sea evidente,
anunciándonos huecos como simples embalajes–,
he decidido seguir riéndome de mi manera de abismarme
que encuentro turbia y espesa en los últimos tiempos.
 
Yo que siempre pugno por presidir este aquelarre de gente herida,
que podría embestir a otros machos cabríos por ello
y descuartizarlos desnudo mojando sus jugos
en mis rodillas, en mis manos y en mi rabo.
Yo que os pregunto por qué buscáis la luz del relámpago
como suricatos, como animales sedientos de charco,
yo os daré la posibilidad de una grieta entre el asco y la pena.
 
Nosotros, que dejamos de hacer pie en la tierra,
que nos aturdimos en la miasma y la ebriedad,
que hemos tragado mierda hasta el vómito
y seguíamos comiendo como sórdidas alimañas
en noches que eran con certeza un suicidio,
con los fluidos de la sombra mojándonos el mentón.
 
Nosotros, la estirpe de Caín, los del desespero,
Los de si he de morir ahora, sea, los de un qué sentido tiene esto.
Vamos a ensalzar esta falsificada belleza,
esta manera de alambicar el no decir nada,
esta presunta pericia en domeñar la palabra,
y comerciarnos como las putas que somos.
 
Nosotros, que esperamos a porta gayola un sunami
cabrón y definitivo, hemos llegado a un punto muerto,
repetimos nuestro dolor común, el amor desesperado,
la ilusión de lo nuevo, la seducción de la inteligencia
y el poder que se siente al recibir atención
en algo tan pequeño e inútil como un poema.




2
 

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
José Hierro
 
Cuando me dio un beso la reconocí
Rip
 
 
Señoras, señores, señoris, señoros, señurus: ser ñus,
después de todo, ser ñus del Serengueti,
levantando polvo en el interminable tambor de la llanura,
migrando a través de los rápidos y el cuero y la dentina de los cocodrilos.
Sabiendo que la muerte es solo muerte si te alcanza o si la besas,
sabiendo de lo estéril del apareamiento,
antílopes desgarbados y desgreñados como jevis viejos
que tratan de disimular las calvas del tiempo y lucir estilo.
Marcando con las pezuñas los acentos tónicos, el tam tam preciso,
contando los pasos para solo dar los pactados, droga de confianza.
Hay tantos que nos decimos poeta que uno puede comprender el mecanismo y la naturaleza,
el por qué y el sentido, del crimen.



 
3
 
El clasismo es una forma figurativa de demostrar el complejo de inferioridad de la élite.
Sin inseguridad no es necesaria reafirmación.
Les tiemblan las piernas,
les tiemblan los privilegios.
 
(O igual solo somos bocazas
en busca de atención).
 
Dejo aquí algunas imágenes:

1.     la mano de una niña o un niño agarrando la cuerda que sujeta un globo de helio con la forma de cualquier personaje de dibujos animados, la cuerda es áspera como el esparto,
2.    un poeta de Logroño de mediana edad camina un total de 32 kilómetros en una ciudad fundada en 1171 a 915 metros de altura sobre el nivel del mar (que está lejos),
3.    un plato de jamón, un vino del Jiloca, el suspiro de amante es aquí un dulce con masa quebrada,
4.    hay dos momias en el paisaje, un drama económico y clasista, él quiso besarla a ella, ya casada, si las momias son ellos, que no sé si son ellos o otros cadáveres, los han enterrado en una iglesia, pecadillos relativos que aquel día supieron solventar,
5.    el dueño del bar sube el volumen para que no se escuchen nuestras palabras, hoy en día hay demasiado ruido desordenado,
6.    en mi cabeza suena El amor es la víctima de Lagartija Nick, canturreo:
donde nunca ha llegado el amor
llegará la policía.
Con algunos números de teléfono
escriben hoy poesía.
7.    Las noches están llenas de fieras pero son las sombras y no las bocas las que nos devoran.
 



4
 
La gravedad es la fuerza que sobre todos los poetas
ejerce el ombligo hacia su centro.
 
Sinónimos o afines de gravedad en el DRAE:
importancia,
trascendencia,
envergadura,
magnitud,
alcance,
dificultad,
peligro,
agravamiento,
agravación,
severidad,
rigor.                                     Los tengo todos.
 
Seriedad,
circunspección,
formalidad,
compostura,
reserva,
solemnidad,
ceremonia,
dignidad.                             Sipi, sipi, sipi..., y peco de todos.
 
Gravitación,
pesadez,
pesantez,
pesor.                                    Me odio pero reincido en todos.
 
Antónimos u opuestos de gravedad en el DRAE:
levedad,
ligereza.                               También.
 
Frivolidad,
informalidad.                     Quisiera no tomarme tan en serio,
                                               quisiera ser solo un obrero de la palabra,
                                               quisiera escribir algo útil,
                                               que hiciese el mundo mejor
                                               pero, como vosotros,
                                               rara vez intuyo que lo logro.
 
Dejo aquí las ideas de autoficción y metanoia.




 
18
 
Declaro públicamente que ya no quiero ser yo,
que es muy cansado,
que este texto se escribe desde la autoridad que me confiere:
1.     la ilegitimidad esencial,
2.    el fracaso reiterado y recurrente,
3.    el tomar partido estérilmente por causas yermas,
4.    el reclamar la pertenencia a la facción que use los vasos de licor como caleidoscopio,
5.    el tacto de la carne y la nube.
Ya os digo, cansadísimo.




 
22
 
la menos artística y la más usada por incompetencia
Aristóteles
 
Diserto un rato sobre cuestiones posibles y desconcertantes:
1.     la reflexión estética antitética,
2.    la tragedia egomaníaca involuntariamente cómica,
3.    la epopeya de Popeye y Bluto,
4.    la comedia egocéntrica involuntariamente trágica,
5.    lo yámbico con sus pies bailando breakbeat hardcore en una rave rural,
6.    un cubata 50/50 entre lo esotérico y lo cromático,
7.     lo mimético y lo automático,
8.    lo disarmónico, el arte de tocarnos la siringa, qué gusto,
9.    ditirambo, acorralado 3,
10. momo mama memes en la red,
11.   la fábula de las momias del amor, lo momificado,
12.  la unidad de acción y deterioro, la posibilidad creativa del ridículo,
13.  lo verosímil de que te vayas con la tuna, el sonrojo total, el de la pandereta danto saltitos,
14.  la peripecia y la alopecia, alguna pelambrera salvaje,
15.  lo contrario a la agnición, no reconocer nada, no reconocernos entre poetas,
16.  el lance patético, mirarnos y, por una vez, vernos,
17.  lo congénito, lo adquirido, las ETS,
18.  pensamiento lateral, elocuta que no es poco,
19.  melopeyas melopeicas, aderezo alcohólico,
20. no somos historia, no somos ciencia, somos pavesas de hoguera que se levantan y la boca abierta de quien nos mira,
21.  lo irreal de lo real,
22. un compromiso con lo vacuo,
23. una mariposa clavada con un alfiler en un papel de barba,
24. los dedos enrojecidos de la infancia,
25. los gajos de los cítricos son labios y es imposible no querer besarlos,
26. desde el punto de vista del particularismo poético afirmo que cada lectura de poemas es una representación de su pasado histórico único,
27.  hemos dado un paso importante en nuestro compromiso con la accesibilidad y la transparencia al lanzar una licitación para el nuevo servicio que convertirá documentos poéticos a lenguaje claro,
28. un globo, como un poema, esta hecho de vejiga animal,
29. los globos son recipientes de material flexible, el hidrogeno original fue reemplazado por helio, en la década de 1930 empezó la producción en masa de los globos de látex, podemos hacer latir el látex,
30.  a mí me gustan/disgustan los versos que se entiendan en este sindios donde nadie entiende nada, nosotros somos Babel, al menos en el mismo grado de confusión que nos empuja a mojar nuestras palabras en gasolina y pedir fuego a las guapas de los bares,
31.  este manifiesto es el destino trágico que reúne a todos aquellos poetas individuales y todos aquellos atributos de la substancia en un panteón de papel, en el espíritu autoconsciente como espíritu,
32. ¿cuánto hay de artista en un espiritista? ¿Un poema es una güija? Tenemos una tabla de abeto y un alfabeto, algunos números para contar con los dedos, y un afán de sobrevivir a la muerte, de sobremorir a la vida,
 
por ejemplo.









 

Enrique Cabezón (Logroño, 1976). Ilustrador, escritor, editor, diseñador gráfico, poeta y activista: dinamitador cultural, según sus propias palabras. Es autor de los poemarios Territorio de ceniza (2003), El lenguaje de las serpientes (2005; junto al poeta José Luis Pérez Pastor), Dios cabalga los lomos de las muchachas (2005), No busques lágrimas en el ojo del muerto (2006), Existir en los días (2009), Besar el paisaje (2013), Desdecir (2013), 28.48 minutos de lectura (Premio del Libro ‘Ateneo Riojano’ 2023) y Contra la gravedad de los poetas (2025). Además del e-libro La traición en los colores (2001), las plaquettes Circunvalación (2021) y Canto tartamudo (2024), Parte de su obra poética dispersa está recogida en Los dedos azules de la noche (2022), en Estados Unidos fue incluido en Poetry for the New Millennium (2025, coordinada por Marta López-Luaces), antología de una serie internacional de lecturas de poesía en el Jefferson Market de la Biblioteca Pública de Nueva York. En prosa ha publicado el dietario Sílabas trabadas (2019), la novela Una semilla (2021) y el ensayo Historia universal de ninguna parte. Olvido, territorio y mapa de una periferia histórica (2024). Forma parte del proyecto Ediciones del 4 de agosto y es coordinador del festival ‘Agosto clandestino. Poetas en La Rioja’ desde hace veinte años. 

 Contra la gravedad de los poetas
Manifiesto en 30 contusiones y/o fracturas
(Plataforma de Poetas por Teruel, 2025)


martes, 28 de octubre de 2025

FLIP: ALBERTO CISNERO & ERICK JOHANSSON

 



De Román paladino

 

10-

 todos somos principiantes ante 

el hallazgo de las palabras. recordalo 

si un día te dieras a pensar en nosotros 

dos. y que para nadar mojarse había 

que. ahora justo cuando (otra vez) 

se llenó de gorilas y gestores 

el gobierno popular clasemediero 

blanco argentino; les ofrecemos 

nuestras simpatías: con las cenizas 

de los traidores, etcétera. nunca 

dentramos en los libros, en las listas, 

en dios, en la libertad de conciencia, 

en las instituciones libres. pero vivimos 

más, precedemos a las rúbricas.

 

15-

 

nos volvimos viejos destruyendo demasiadas 

cosas y todos los recuerdos terminan igual

(son gratis y encierran a propios y extraños). 

sonreímos en blanco y negro. en silencio, 

como fue en un principio. queríamos decir 

hola y adiós y buena suerte, mirar el encanto 

rosa y dorado del atardecer. gira indiferente 

la luna, amparo de los simples. una música

vaga por el arco del cielo y no regresa más.

 

 

20-

 

desoyó una oración, el lilio, la lluvia,

la tarde y ahora gaya trama de sombra,

y ahora mero sueño nada más donde 

nuestra discorde nota se esfuma; 

esperar era lo dulce. sabíamos dos 

estrofas: una de gracia y la otra 

de ruina. no se aprenden dos veces.

 

31- 

                      para Jorge Aulicino, la paz para los que pacen.

 

conservar aquello que se ha perdido,

nunca lo ambicionamos; es bien lo sea. 

copiamos de vez en cuando algunos 

versos (faltos de talento para el daño 

y la publicidad como tantas glorias

nacionales), unas pocas palabras

gastadas que dudan sobre el orden 

terreno y estomacal, acaso las mejores 

que recordamos y olvidamos, antes 

y después, sin afán de estar en lo cierto.

aceite quemado bajo las estrellas.

 



De Recuerda esa palabra

 

28-

 recuerda esa palabra. y la democracia

de los ricos. enemigos del pueblo. sus bienes

materiales y espirituales no son los mismos

que los tuyos. ninguno habla contra la propiedad 

burguesa (cuando parlamenta). no comen 

lo mismo que vos. son los elegidos de sí mismos. 

progres, fachos, indiferentes (emergentes, 

crónicos, peligrosos), gente que mata gente. 

siempre serán ellos o nosotros, ese es el único

consenso. y nulas ideas limpias que añadir 

al sermón de la montaña mental de la época. 

las ideas no se matan, mueren solas.

 

32-

 recuerda esa palabra, su hermosura 

y subsunción. no contiene luz ni oscuridad, 

ni certeza, ni quietud, ni alivio para el daño. 

no intercambia sangre. que asimilado a la tierra 

mi corazón se parezca al suyo todavía. 

que nunca confunda el camino 

con los nombres que lo alegan. 

que nunca torne la cabeza civil.

 

 

 

 

 

 

TANIA FAVELA. DE ESCRIBIR LEYENDO / O DE LA EMERGENCIA DE LA POSIBILIDAD







Escribir poesía es tratar de abrir nuevos horizontes y romper el círculo

                                                 


Una lectura perspicaz, suspicaz, se hace necesaria al acercarnos a estos Mínimos informes de Julio Prieto: leer a través de ellos (con agudeza), o por debajo de los mismos (con sospecha), pero también leerlos literalmente, pegando ojos y oídos a las letras y a lo que falta entre ellas. Desde la antidefinición de “informe” de Bataille, colocada como epígrafe de apertura: “Comenzaremos un diccionario a partir del momento en que no ofrezcamos el significado sino la tarea de las palabras. Así, lo informe no es sólo un adjetivo que tiene tal o cual significado, sino un término que permite desclasificar, frente a la exigencia general de que cada cosa tenga una forma”, queda claro que en estos Mínimos informes, lo informe funciona como una herramienta crítica que permite poner en marcha las posibilidades performáticas de la lengua, de ahí que lo importante no sea sólo el significado de las palabras sino y sobre todo su tarea, es decir su función. La escritura se asume en este libro como una actividad crítica que transforma y a la vez cuestiona a la lengua. En este sentido es importante recordar que en Julio Prieto la mirada del crítico y la mirada del poeta se encuentran y se alimentan mutuamente. De ahí la riqueza de estas “malas escrituras” que Prieto nos ofrece, en las que el error y la errancia funcionan como gestos productivos y no como fallas. Tal como lo dice Paolo Virno, el error es falaz si se encuentra inmerso en la lógica de la justificación, pero si se encuentra en una lógica del descubrimiento, ese mismo error se vuelve eficaz.

Cada una de las tres secciones: “Parábolas (diario de sueños)”, “Del amor y los verbos performativos” e “Inframínimos (absurdos consentidos)”, supone una escritura distinta: del devenir y los desvíos de las parábolas-sueños, pasamos, entre los pliegues de la especulación metapoética, al cruce del ensayo y el poema, para desembocar, hacia el final, en la potencia de la exactitud de lo inexacto. A pesar de las diferencias entre las partes y de los distintos recorridos o trayectos que Prieto propone, hay un suelo común, un gesto que impacta en los textos y que podríamos llamar, siguiendo en esto a Charles Bernstein, el efecto antiabsorbente de estos Mínimos informes. Prieto incorpora en la estructura de sus textos lo inestable, el cortocircuito, el equívoco, el artificio, el absurdo, el nonsense, la resistencia, la digresión, el desliz, la interrupción, para romper con el hechizo o la ilusión de “realidad” que crean los textos absorbentes, y nos sitúa así frente a los elementos constitutivos de la lengua, frente a su materialidad y sus texturas.

El propio Prieto nos va dando en sus escritos ciertos ejes de lectura. En “Sabor”, por ejemplo, leemos una manera de leer:

Hay que leer, ya es hora. Para ello ha de pasarse la lengua por los renglones formigáceos que desfilan marcialmente por los rincones de la casa. Es difícil encontrar el ángulo bueno, uno casi se desnuca intentando dar con la línea exacta. La cuestión es cómo permanecer en ese intervalo: las hormigas son ácidas, tienen sentido. Lo que no se puede decir de los otros habitantes de la casa, de los que nunca se habla. El sinsentido es lo que ya se sabe cuando alguien se acerca a hablar, lo que es tan dulce que no se puede nombrar cuando con furiosa quietud nos mira y casi sin sentir empieza a soltar la lenta lengua

En Mínimos informes encontramos el roce entre la escritura y el habla, entre el sentido y el sinsentido, entre lo posible y lo imposible. Estos textos, híbridos en su mayoría, como algunos de los personajes que ahí aparecen, el hombre-caballo, el hombre-palo o el virus-flauta, parten de premisas arbitrarias que contravienen el orden objetivo de toda convención y socavan la seguridad semántica de la lengua. En ellos el humor o el extrañamiento funcionan como detonantes que desestabilizan la superficie de los textos y nos permiten permanecer por un momento en esos intervalos o ángulos “buenos” para leer a pesar del desequilibrio o la incomodidad. Pero “Sabor” nos da otro eje importante, que se repite en “Carrera”: “el brioso paso de la lengua por las rotundas palabras”. La lengua que habla y la lengua que lengüetea se confunden en el juego antropofágico que se suscita entre la escritura y la lectura, o como lo dice Prieto en otro de sus textos: “Se trata, precisamente, de escribir leyendo”, como si Prieto escribiera comiéndose a Macedonio, a Borges, a Lorenzo García Vega, a Zurita, a Kafka, a Michaux, a Carson, a Duchamp, (e incluso a la Wikipedia) y a tantas otras y tantos otros (antiguos, modernos o contemporáneos) que de manera frontal o subrepticia se come para transformar y propulsar desde esos nutrientes su propia escritura. No por nada lo culinario es una de las constantes de este libro.

Otro eje importante, que atañe a la tercera parte, pero que se filtra en todo el libro, son los inframínimos (inframince duchampianos), que podríamos tomar incluso como el sustrato que moviliza a estos mínimos informes: textos fragmentarios, inacabados o discontinuos en los que la distancia sutil y el intervalo toman el lugar central, rompiendo toda posibilidad de fijación o de identidad. El devenir, la metamorfosis, el tránsito entre ser y dejar de ser, el azar, el encuentro, la conjetura, son las puertas de entrada y salida, o mejor, las bisagras que señalan justamente esa juntura, ese rozamiento, entre un algo y otro algo en permanente cambio. O como lo dice Duchamp: “lo infra-mince sería así el punto cualitativo en el que lo mismo se transforma en su contrario, sin que podamos decir exactamente que es todavía lo mismo”. En ese peculiar matiz que borra todo contorno se ponen a funcionar los engranajes del sueño, del erotismo, del deseo y de la imaginación. La pulsión de esas otras realidades toma forma en el juego de los contrasentidos, las homofonías o los desplazamientos semánticos, mecanismos que permiten los enfoques oblicuos, sobrepuestos o polimorfos que los textos de Prieto suscitan y requieren. En suma, el desequilibrio propio de la lógica del descubrimiento marca el ritmo y la densidad de estos textos.

Pereciera que en estos Mínimos informes todo quiere descoincidir, palabra que por lo demás introduce Prieto en su texto “Zapallo” y que puede leerse desde el libro de François Jullien, quién ve en la des-coincidencia la oportunidad de romper con la coincidencia como adaptación y adecuación. La descoincidencia, según el filósofo francés, introduce una distancia con respecto a un orden en el que todo coincide o concuerda, y por lo mismo todo se estanca. Esta descoincidencia pone en jaque la visión normativa que concuerda con cierta tradición conservadora; la familia como centro se desestabiliza, el amor se cuestiona, la realidad se desdibuja entre el sueño, la aventura y lo fantástico. En Mínimos informes se abren posibilidades inauditas, surgen nuevas relaciones entre las palabras o los sucesos que rompen la causalidad conocida para proponer una lógica otra desde dónde pensar: “se explora y se explota la libertad del juego”. Romper la inercia de la coincidencia le permite a Julio Prieto una toma de conciencia y le concede una mirada que sesga lo previsto o sabido, como sucede, por ejemplo, en el caso de las erratas: “Errata telefónica «Ámame cuando puedas»”, en sus Ambidiestros (reversibles):(drama en la feria del libro.) y no sé hacer caca si nadie” o en sus traducciones inexactas:Batir de ala (butterfly effect)”.

En Mínimos informes, ya lo dijimos, el cuestionamiento es constante: “(no sé qué tipo de obra estoy escribiendo)”, leemos entre paréntesis en “Rueda”, y en “Del amor y los verbos performativos”: “¿cómo tener certeza de que ocurrió algo que sólo ocurre en el lenguaje?”. Pero a pesar de la duda, o quizás gracias a ésta, alcanzamos también a vislumbrar el trabajo precario, y a la vez potente del poeta, que como un picapedrero rompe, desgaja o labra su materia prima (lengua o roca bruta) para dar un (in)forme distinto:

lenguaje / visión

la lengua es un penal / se viene a hacer

trabajos forzados / a veces conseguimos

deshacer piedras grandes / en piedras

pequeñas, poco más


Sólo me resta felicitar a Libros de la resistencia por agregar este inquietante libro a su catálogo.