FLIP: MARCELA PARRA & JUERGEN TELLER


Marcela Parra (Santiago de Chile, 1981) escribe como si el poema fuera una zona de pruebas donde el lenguaje se chamusca, se ríe y se transforma. No tiene paciencia para la solemnidad: su poesía opera con bisturí, humor y descargas eléctricas. Desde Ferragosto (2008), esa aparición discreta pero corrosiva, hasta Sexo y longevidad de las moscas (2011), su escritura ha sido un ejercicio de disección: del cuerpo, del deseo, de la sintaxis. En Los cuerpos de las niñas (2012) llevó esa búsqueda al límite, con textos que mezclan ternura, miedo y una lucidez incómoda, como si la infancia hablara desde el borde del colapso. Hay un punto de partida (2015) confirmó que Parra no busca estilo sino riesgo: cada poema suyo funciona como un dispositivo de sabotaje lírico. 
Su voz —seca, eléctrica, impúdicamente inteligente— se mueve entre la poesía, la performance y la música experimental. Bajo el alias Corazón de Robota, convierte la electrónica en un acto poético de resistencia: loops, respiraciones, gruñidos, versos que parecen cables pelados. No canta: reprograma el sonido hasta que el poema se vuelve ritmo y el ritmo pensamiento.

Marcela Parra escribe como quien hackea la sensibilidad. Sus textos no buscan consuelo sino fisura. En ellos, el humor es arma, la ironía método, y la poesía —esa vieja estructura sentimental— se comporta como un cuerpo vivo que todavía tiembla, incluso después de cortar el micrófono.



EXPERIENCIA ESTÉTICA

 

 Cuando tenía 7 años preguntó a sus padres:

 

–el perro que está ahí ¿es bonito o feo?

–feo.

 

Desde aquel día

ese pellejo carcomido

con su único diente

la acompañó a escondidas en el juego.

 

            Su hocico le daba piedras y ella le daba pan.

 

Sentada en el baño a la edad de 23

el olor a Clorinda se lo trajo de recuerdo:

 

–bello.

 

CINE EN SU CASA


            Hacia el poniente de mi pieza se extiende una línea recta

es una línea de tiempo. De ella se desprenden barcos, navegaciones interoceánicas, los cuatro viajes de Colón.

 

            Una fecha a mano alzada marca el día de mi nacimiento.

 

            Aún no puedo deshacerme de esa línea. Tampoco sé por qué uno a uno se han quebrado los vasos de esta casa

y pasamos horas viendo películas pirateadas desde el cine, tomando té en tazas sin orejas, en tazas sordas

hasta que no sabemos si es de día o si es de noche y si no es de día ni de noche, entonces dónde estar.

 

            Nunca permanecimos despiertos hasta los créditos y ni las paredes ni el techo pudieron salvarnos de eso. Al fin, el parpadeo azul en nuestras caras es más rápido que lo visto por los párpados cerrados. Nuestras narices dormidas reflejarán todos esos ruidos, esos ronquidos azules que con sueño, parecen no tener dueño.

 

            Una fecha a mano alzada marca el día de mi alumbramiento. Mientras dormimos, esa línea viaja por nuestra casa, como un cordón que amarra el futuro de los amigos. Nos separaremos un día, sí, pero será mentira.

 

            Yo sé que al despertar voy a volver triste, metiendo la mano en el bolsillo y comprobando que lo gasté todo en despedirme. Ya no tendré amigos, pero aún podré buscar alguien más viejo, para sentirme más joven, alguien más joven, para sentirme más vieja y no saber si se es joven o se es vieja, eso es parecerse al atardecer.

 

            Una fecha a mano alzada marca el día de mi entierro. Para entonces, todos los muertos pasarán a existir en la memoria de sus deudos, hasta que sus deudos pasen a existir en la memoria de sus deudos.

Y lo del miedo al atardecer será sólo una marca de nacimiento. 

 

 




 

 

COMER CON PIJAMA 

 

  

Antes de meterme a la ducha

camino en puros calzones

por la casa, a veces apago el celular por tres días

y esto resulta ser mi gran aventura,

como la vez que salí a comer con pijama,

o la tarde en que entré con personal a la Iglesia

de los Sagrados Corazones

escuchando Nirvana a todo chancho.

A veces salgo a pasear llorando, con un cigarro

le doy la vuelta a la manzana

y me gusta que me vean llorando porque a veces la gente me habla,

me dice cosas románticas como

“¿tanto lo amai?” o “el señor me dijo que te ama”

y yo no sé si es dios el que me ama o es el recado

de algún otro cristiano. Pero no me atrevo a preguntar quién es ese señor que

¿tanto me ama?

 

 


Para matar el ocio invento invento ridículos déjà vu

             realizo la misma acción varias veces

realizo la misma acción varias veces

pero siempre siempre hay algo diferente

aún no me doy, pero es un hecho,                              no tengo déjà vu.

 

 

 

 

 Lo que tengo son recuerdos de cosas que nunca pasaron, como el día en que no me dejaste un cocholate entremedio de las sábanas o te aguantaste de llorar y me quedé sin consolarte. Recuerdo cuando tuve una enfermedad que no alcanzó a agravar lo suficiente y no pude recibir visitas de mis amigos al hospital. Recuerdo muy bien lo que nunca me ha pasado, el día en que la situación no alcanzó a ser tan límite y caminé ante todos, cabizbaja, completamente despojada de mi valentía. Me acuerdo perfectamente de la promesa quebrada, se la hice a un perro antes de morir, le dije que nunca lo olvidaría y lo engañé, porque no lo recuerdo, sólo recuerdo la promesa, aunque quizás fue mejor así, hay muchas cosas que no deben ser poemas porque son más hermosas que poemas, que sólo calzan con sí mismas y no pueden cambiar de continente, y nacen, y mueren en el ojo que las mira, como si todo el mundo fuese una visión del ojo que las mira, de mi ojo la visión, un mundo al que le da cáncer cada vez que fumo, cirrosis cada vez que me curo, que se acaricia en mi mano y mientras duermo se acuesta conmigo. Se sube a mi sueño (que es un medio de transporte) y nueve horas después bajamos juntos, en esa estación que se reacomoda todos los días, el aporreado paradero de mi destino.

De Silabario, Mancha

 

 



 

 

 

            En el cine porno de la calle Condell

pasé cuarenta minutos. Fue bastante educativo.

Latoya & Joe me hicieron recordar

el Silabario Hispanoamericano

                         (las diferentes manifestaciones y capacidades de la lengua son una cosa).

 

 

            La vida como una rotativa porno

el mismo amor repetido

una y otra vez en diferentes cuerpos; yea yea um ah

son los puntos cardinales del sexo.

El término de la rotativa es la pequeña muerte del espectador.

 

 

            Terminada la jornada laboral

el actor porno pasa por una florería y compra un tulipán.

Lo pone en el velador de su mujer

                                                       (hace un mes y medio que no tienen relaciones)

y lee una novela titulada Las bolsas de basura

para eludir los requerimientos de su esposa. Se pregunta

qué puede hacer para mejorar su vida.

Un matrimonio joven

afectado por el estrés. Recuerda Joe:

al trabajo lo que es del trabajo y a la casa lo que es de la casa.

 

 

            El trabajólico Joe y su mujer

viven en una casa rodante. Ellos

al igual que yo, buscan una sedentaria.

Razón por la que ambos deben trabajar desmedidamente

y ella comienza a ponerse un poquito celosa.

Pero Joe ama a su mujer y sabe cómo consolarla. Los vecinos

los miran feo, no quieren

que un porn tenga derecho a casarse

lo ven absurdo, quieren que pague, pero

¿cómo saben que Joe está en la industria?    

 

            Joe cree que el cine dogma es una copia barata del porno.

  

            Joe articula en Sexual Freedom Magazine

su área de trabajo es el hardcore porn.

En sus ensayos incluye:

1) referencias críticas de otros escritores

2) análisis de fotografía y de color.

 

            No dirige películas. Intuye en sí mismo

la tentación de componer,

lo que arruinaría –según su opinión–

la especificidad del género cinematográfico.

Prefiere desarrollar su faceta artística en otras disciplinas, por ejemplo, la poesía:

 

 

HARDCORE CRUSH

(By J. Love)

 

Losing innocence

was like a terrible car

accident to me;

something I always thought

would only happen to the rest,

 

until a wheel of unhealthy feelings

passed over me

and I really felt ran over by them.

 

 

            No puedo seguir versando sobre esto. Lo justifico, porque creo he visto demasiado cine desde que me arrojaste (juro) involuntariamente a la promiscuidad. Me centré en mis manitos y el olor que quedaba entremedio de las uñas luego de haberme investigado.

 

            Ahora que el deseo ha dado paso

al deseo de desear, ni Tigre ni Cocodrilo

se aparecen por mi casa

y a Orangután

a este me lo he pillado en la calle un par de veces. Nos quedamos ahí

despidiéndonos para supuestamente subir a la micro

y estirar el dedo en vano

cuando la micro no para.

 

 


            En Las bolsas de basura, un artista

diseca quiltros despedazados por las ruedas de los autos.

Los encuentra a la orilla del camino

a modo de animitas, los encuentra siendo su propia tumba

el recordatorio de toda pérdida, de todo sangramiento

de todo sentimiento de atropello. Un artista

diseca quiltros despedazados por las ruedas de los autos

los encuentra a la orilla del camino

los lava y los sutura, volviéndolos permeables

a la belleza extrema.

 

 

“Se trata de enfermos crónicos, nunca han de encontrar mejora estos desvalidos. Los Enfermeros del Amor –que suelen gozar del sufrimiento y del quejido ajeno– a menudo derraman la medicina en sus espaldas, incluso en su propia cara. La administración oral de ésta suele ser la única cura con algún grado de efectividad, siempre que el paciente sea obediente y se la trague, de lo contrario, se presencia un insaciable aumento de la fiebre. La cura consiste en dejarlos clínicamente muertos durante algunos segundos, sólo durante ese breve lapso de tiempo, experimentan sensación de alivio. Pero los pacientes desean continuar enfermos y por ello vagarán en busca del amor, unos rellenando momentáneamente sus heridas y los otros hurgando en concavidades vacías. La premisa de esta película es, como todas, una dicotomía: lograr meter y sacar el amor. Cómo convertirlo en una cosa viscosa que se escurra. Recibir con la esperanza de poder expulsar luego, quedando completamente vacío, en blanco. Encontrar un cuerpo celeste que te cubra y que se corra, como un eclipse de sol o como uno de la luna.”[1]

 

 

            Papel semilla. Los carteles

que se dan de baja en el Cine Condell

toman un color índigo y tal como esos niños

con malas notas en la escuela, deben tornarse cristal algún día.

El papel, como todo lo orgánico,

tiene olor base al pudrirse (= regresar).

 

 

            Un amigo dice que es olor a semen, me reí mucho

cuando dijo eso. Mi amigo es cristalino, buena gente

y no tiene nombre de mamífero ni de lagarto.




 

 

 



LA MUJER CON LA HERIDA MÁS GRANDE DEL MUNDO A ESTADIO LLENO.

 

Elevó su mano hacia la cámara abriendo la palma de ésta

como un bife sin cocer (en la revolución

he visto heridas más grandes que esa, pensé).

 

Don Francisco pide zoom; el nuevo enfoque muestra un surco en esa mano abierta. Luego otro zoom, réplica aditiva del anterior; algo se movía en ese surco. Más cerca aún, ese algo que se movía en el surco era un anciano. Ese anciano arriaba vacas y saludaba enérgicamente a la cámara.

 

 

            Una vez al año una meta es superada.

 

 

            Yo no quiero dejarte una cicatriz

yo quiero dejarte un tajo porque un tajo es el origen del mundo.

Porque esa herida dice ¡auch! y esa herida dice hola

cuando tus hermanos mayores juegan a abrir y cerrarla, como ese portón por el que los niños éramos absorbidos hacia el patio más grande de la cuadra o la cartera materna y su pasadizo al universo de los primeros auxilios. No como cuando te caíste en bicicleta ¿te acuerdas de los puntos que urdió el cirujano? si los cuentas, sabrás todas las veces que nos hicieron callar.

 

 

            No soy una Gladiadora del amor,

lo que hicimos en la casa rodante no fue Amor en la carretera.

Hablar de ti

como se burlan del amor en los títulos de las pornos

es pura caca no más,

disimulada por desodorantes ambientales y extractores.

Hibernando en cartelera, tapada por una .

 

 

 

Los animales no piensan, las plantas no sienten, las suegras no duermen

 

Persona: Nicolás

Perro: Nerón

 

            Vi a Nicolás reírse de Nerón

cuando se puso a imitar su ladrido

y Nerón, confuso, ladeaba la cabeza.

 

A que si un día Nerón le habla

Nicolás lo confunde con una persona.

 

 

Anotaciones negativas

 

            No se depila, se pinta, no plancha la falda.

Imita a los que fuman, escarba su entrepierna

con un espejo y se lo comenta a sus compañeras.

 

Tiene dos amigas para comer helados de agua

que se pegan en la lengua. Juntas persiguen

a chicos que no conocen y les ponen nombres

pretendiendo que son sus novios

llegando incluso a la autopolución.

 

Se vuela con nuez moscada o con cáscaras de plátano,

rebana sus brazos con un cartonero (eso lo hace todo el grupo curso,

todas se fabrican tatuajes como si el colegio fuese la cana).

 

Orinaron paradas afuera de la disco que se hacía en el gimnasio,

 acto en honor al perro gris y polvoriento

que enterraron en nuestro patio, medio en broma, medio en serio.

 

Camina hasta su casa porque no encuentra el monedero

ensayando su primer amor en el reverso de la mano

mientras espanta la borrachera con palmetazos de lluvia.

 

Confunde a la luna con una bola de espejos

Y se adueña de la pista, desafiando bocinas de bicicletas

y de unos cuantos autos viejos, que por más que lo intente

nunca la van a atropellar.

 

EL ESQUELETO DE LA ESPUMA

 








Estas fotografías son nuestros abuelos;

 

            parecen forzudos de película antigua

figurantes extraviados del registro civil

espacios recuperados por imágenes y leyendas

encogiéndose a diario, como todas las especies.

 

Es posible conducir esta plaga de fantasmas

si se alimenta un territorio como a un músculo

amasando el pavimento en una renoleta

rodeada de pasillos de pino y eucalipto.

 





Sentados en el asiento delantero

los adultos domestican el camino

antes de que pase por los niños

ese bosque y ese incendio

que al llegar al vidrio trasero

se encoge hasta volver de donde vino.

 

Si los padres son más altos que nosotros

nuestros abuelos habrán sido gigantes:

 






Viejos galgos, que viajaron también

en otras máquinas de amansamiento

cortando el hilo de la tarde

en hebras desiguales como segundos

enrollándolas sobre sí mismos

sobre sus inmensas espaldas.

 

Pareciera que el futuro nos aplasta

pero siempre pasa por el lado

para eso lo empujan cuatro ruedas

desde el ancho máximo del camino

aunque a veces le pedimos al presente

nos espere en otro tramo del viaje.

 

El cielo se disuelve cuando cruzan

voluntarias alucinaciones:





; Astas de banderas en lugar de árboles,

caras en la corteza de los troncos,

como en las nubes y en la llave del lavamanos

cuando se revientan las burbujas

y se asoma el blando esqueleto de la espuma.

 

                        ; Perros con camisa jugando al póquer

                        clavados sobre una pared de tablas

(el gobelino de los perros nunca absorbe

nuestros restos de amabilidad autoritaria).

 

 

 




; Vivienda básica escondida

Tras una fila de figuritas de yeso

que cuadran en la ventana

una barricada emocional.

 

; Pañitos a crochet que se multiplican

como una armadura blanca

que sólo se protege a sí misma

de sí misma

y de la bolsa de las bolsas

que se cría en la cocina.

 

 



En la radiografía de nuestra infancia

se ven árboles donde ahora hay banderas

pies que retroceden, posturas corregidas

gritos apañados, ronchas sin sanar

pensamientos cubiertos por una mancha

redonda, de color duro y oscuro

que al posarse sobre la cabeza

sólo sabe actuar como sombrero.

 

De WE

 

 

 

 


 


 

 


 

 

 



[1]              Love, Joe (2006). “Los Enfermeros del Amor: ¿una película placebo?” en Metáforas de la represión político–sexual en la pornografía de finales de los sesenta.  Québec, Canadá. Milk Editores (p. 67).

EMOTIONAL RESCUE: KELVER AX

 


Kelver Ax, que en realidad se llamaba Kléber Ajila Vacacela . Fue  uno de esos raros casos en que la poesía no se aprende ni se estudia: se suelda. Nació en Loja en 1985 y trabajó como cerrajero, que es una forma bastante decente de aprender a lidiar con el metal y con el silencio. En algún punto, entre una chispa y otra, descubrió que también podía escribir, y lo hizo con el mismo pulso con que se sostiene un soplete: con precisión y peligro. Su obra —CU4D3RN0 D3 4R3N4 (2012), Pop-up (2014) y Egagrópilas (2016)— suena como un manual de instrucciones para armarse y desarmarse emocionalmente, con un lenguaje que mezcla ternura y código binario. Nada de sentimentalismo: Kelver escribía como quien hackea la realidad. En Pop-up, los poemas se abren como cajitas de sorpresas en las que uno nunca sabe si va a salir una mariposa o un gato muerto. En Egagrópilas, el título ya avisa: son esas bolas que las aves regurgitan, restos de lo que no pueden digerir. Así eran sus versos: lo que la vida no traga, la poesía lo devuelve. No tenía aire de poeta profesional, ni ganas de fingirlo. Era de los que aparecían en  los recitales con el pantalón manchado de pintura y una sonrisa que decía “no me tomen tan en serio”. Su humor era la mejor defensa contra el tedio literario. En una época en que muchos poetas creen que un verso sin selfie no existe, Kelver escribía con grasa de taller en los dedos.  Su arte, tanto el visual como el verbal, funcionaba como una especie de arqueología doméstica: trazos, manchas, palabras, objetos encontrados. Pintaba lo mismo que escribía: superficies heridas.

Murió en 2016, a los treinta años, cuando recién comenzaba a sonar su nombre más allá de Loja. La muerte llegó, como suele hacerlo, sin leer el calendario. Después, en 2019, apareció Su sombra como un mapa, su obra reunida, y con ella la evidencia de que la poesía latinoamericana  perdió a uno de sus espíritus más libres. Pero su legado no tiene nada de martirologio: leerlo hoy es encontrarse con un tipo que nunca necesitó permiso para decir lo que veía. Su escritura está llena de humor, de rabia y de ternura malhablada; una poesía que respira con dificultad, como una máquina que a veces chispea, pero que nunca se detiene.


 

EL POEMA QUE SE BURLA DE LOS POETAS

 breve

así comprendí la vida a la edad de 5 años al ver sacrificado

el pollo blanco que semanas atrás

me regaló mi madre

mi primer amigo

dormía descuartizado en los platos servidos a mi padre y hermanos

yo simulaba tener hambre

y contenía el llanto con tal de tomar en mis manos

al querido Mike

como verlo quieto

dormido entre mis piernas

y no sobre un nido de arroz

tendido como un monumento derribado

conteniendo su historia

ante un orgullo transparente corriéndose por el concreto

mi estómago es un cementerio de pollos desprovistos de su esqueleto

 

 

 

*

en el orden quizá hermano mío:

el exterminio

 

Olvida lo que hayas aprendido

desentierra algunos muertos

y asiste al parto precoz de un niño africano

en donde sin entender

comprendes que tú mismo estas naciendo

 

 



*

 SCARDANELLI: LA ÚLTIMA LOCURA

 Gilgamesh ha vuelto de las montañas

y está lleno de llagas

 

ha perdido sus ropajes

y envejecido notoriamente

 

nada ve con claridad

nada toca con claridad

 

trajo huesos de animales que cree prehistóricos

y recuerda nombres de montañas que no existen

 

No Gilgamesh

no has traído huesos sino rocas

y éstas no son aves sino plumas

no te acompaña una mujer sino el fango

 

Ata una piedra en cada pie y sumérgete en el Éufrates

encuentra los esqueletos que te quedan

busca la muerte de la memoria

y huye de Uruk

así como huiste de ti mismo

 

Ve a las montañas Gilgamesh

es mejor la soledad a buscar lo que no recuerdas

 

 *

======( a todo charco le hace falta un niño )======

 

mamá no vendrá

 

permanezco solo en éste lugar frío e inhóspito

las aves solo vuelan en las cabezas de los niños sin

territorio ni coraza

 

(es como si sus cabezas me hubiesen construido un

cementerio)

 

el puñado de agua que fue mi corazón

mientras era de hielo

se fue primero

y después yo mismo me fui

pero a la vez me quede tendido sobre el suelo

como un charco profundamente dormido

 

mamá

los locos cortan flores y las arrojan al río

mamá

los locos no hacen eso

sino los niños al terminarse sus caramelos

mamá

tengo miedo a las ovejas

cuando amenazan como nubes

 

los animales me dicen cosas

cosas terribles mamá

 

me niego a ser niño por tantos años

por eso me voy a ir

y volar libre como las fundas de plástico

como los perros callejeros

como el mendigo al que le das mis monedas

voy a quemar mis cuadernos mamá

voy a escribir como si me vengara

insultar a Enipeo para que recogiendo sus aguas

nos pase por encima

como las palas mecánicas pasaron

por donde árboles endémicos desplazaron sus sueños

e hijos

y ninguno de los dos nos contempla

 




*

APUNTES RÁPIDOS

 

.

corazón braille

sabes que las ballenas masacradas en las Feroe

se encallan luego en otros mares

 

sabes que a miles de kilómetros

dos niños esquimales

transportan al sol en una canción gutural

.

entre la carne y el huso

un espacio en el que cabe todo

 

dentro de la Venus de Milo

hay una Venus de Milo que no ha perdido sus brazos

.

Li Po navegaba ebrio buscando la otra orilla de su cabeza

 

BIOGRAFÍA DE ANTOKU

 Dialogo de Ni-Dono:

nuestro reino está en el mar pequeño mío ◊  nada hay en esta tierra yerma sino días fatuos y lanzas que no finalizan su traslado ◊ Nos queda la pícea que logró vencernos –Los bosques aunque permanecen intactos ◊ ya se han talado por dentro ◊

Nuestro reino está en el mar pequeño mío

Nuestro dios aguarda en el fondo como  tus padres ◊ Los enemigos se acercan ◊ hay que sumergir la isla a partir de nuestros nombres ◊ hay que sumergir la isla a partir de nuestros soldados ◊ la sangre que es agua nos llama ◊ Volveremos  sin cuerpos ni memorias ◊ volátiles y acuáticos  ◊ Nuestro reino está en el mar te lo repito ◊  arroja en él las semillas que alimentarán a nuestra legión ◊ arroja la Kusanagi  con la que cazaremos serpientes y miedo ◊ arroja en él los Nekomatas que criaron y cuidaron con afán tus padres ◊  y a mí porque te amo

Pon tu nombre entre dientes ◊ salta ◊ cae despacio ◊ adorna la caída

Diálogo de Tokihito:

abuela ◊ no es el mar quien nos llama sino la muerte y su boca infestada de peces ◊ no quiere soldados ◊ ni artilugios ◊ ni estatuillas de budas ◊  quiere nombres con que soplar sus juncos ◊  quiere nombres para adherirse a ellos adoptando su forma

No vayas abuela ◊  vendrás contradiciendo tu apariencia y ya no te escucharemos ◊ Vendrás  sin venir y estaré como tú: ausente ◊ entonces ambos  reconstruiremos  el reino en la niebla ◊ y sola a la niebla temeremos

*

son en verdad tristes los días en que miro a mis abuelos guardar sus escasos cabellos negros destiñéndose a golpe de abandono ◊ Desean que un nieto los vea envejecer ◊ pero no es posible ◊ Mi abuela era estéril ◊ mi abuelo creía que lo era◊ No tuvieron hijos◊ Mi padre y yo brindamos por eso

 

*

 HOY INAUGURAN  MONUMENTO A LOS ABRAZADORES

 llegaban puntuales

y se quedaban completamente quietos por horas

 

entonces (como cada semana)

una nueva madre soltera o viuda pasaba llorando

y todo el grupo corría a abrazarla

 

todos esos jóvenes se han suicidado

 

*

 siempre estaremos descalzos para la nieve

siempre propensos  al deshielo

 

tú cabes en una gota

yo no

Hawking cabe apenas en su silla

y el universo cabe apenas en su cabeza

*

 es cierto que desde cualquier recodo

apenas extendiendo tus brazos te es posible abrazar al mundo

 

lo triste es querido amigo

que no serás correspondido

 

*

 

VHS

 

la cinta se ha estropeado

el reproductor descompuesto

antes de eso vimos la película infinidad de veces ◊ y ya no nos gusta ◊ sin embargo    nada vale más que ver crecer a Jackie Coogan de reproducción en reproducción ◊ a la misma velocidad que en su propio cuerpo

las veladuras grises ◊ sobrepuestas ◊ el niño creciendo ◊ engordando ◊ llenando su pantalón

uno de estos días le crecerá  bigote y Chaplin cansado y viejo soltará su mano para sepultarse en algún lado de la cinta

 

*

únicamente una antena de telecomunicaciones

después un anciano que la observa desde su silla de ruedas

hasta que nos queda el dibujo de una silla

mientras dos niños

pasean su lechón en ella

 

las madres del lechón y niños

corren detrás

 

*

 DIAN FOSSEY

 

no permanecen las hojas a medio comer

ni sus esqueletos decapitados

no permanecen sus huellas

solo su abrigo siempre azul

y sus manos azules de sus animales

por miles de kilómetros separadas

 

no caben todos los gorilas en su lápida

pero ellos viven en su nombre como en su bosque

 

y ella reconstruye completos sus esqueletos

en algún lado de sus memorias

 

 NOTA ESCRITA EN UNA LIBRETA DE CALIFICACIONES

 algunos van a la escuela en automóviles de costosas marcas

otros en caballos escuálidos

o asnos

en dromedarios

en hipopótamos

y está el solitario cabalgando siempre un monumento de jirafa

 

tan distintos

excepto cuando  su maestra les pide que retraten a sus padres

y ellos dejando la hoja en blanco

canjean su vacío por pésimas calificaciones

porque las voces quebradas de los maestros están a ese precio

 

luego los viejos (aún enternados) lloran es sus casas abrazando a sus hijos

o no hacen nada

pero recuerdan todo como si lo hubiesen hecho

 


*

 //lo terrible es no morir en cuerpo ajeno//

en la casa alquilada en la cabeza de nuestros

enemigos

se recoge mar atrapando peces

 

ante una efigie decapitada

y una osamenta armada con huesos de diferentes

animales

se está predestinado a rebotar de cabeza en cabeza

a regresar al osario maniobrando carretillas vacías

 

acudir tarde a la fundición de la propia cabeza es

acudir ausente a la mano que te descongela

despierta y mata

manteniéndote intacto

 

//dentro mío mil hombres reman y ninguno de ellos

sabe para qué//

 

//hay que golpear almohadas hasta deshacer el

coágulo//

 

//es necesario una mujer que me ame mientras huye//

 

 

 

*

P(r)O(b)(l)EMA

uno también se harta de escribir

y desordenar al mundo a como se le

antoje

todo nos percude

el estrés amarga saliva y escritura

y ya no quieres

hablar mal de las chicas

porque siempre hablamos mal

aunque no lo parezca

 

a un poeta

no lo satisface una ni varias mujeres

sin embargo

el consuelo de sus piernas

sirve

sirve tanto que un amigo

ya no escribe

y me apena

porque era bueno

—ella dirá lo mismo—

 

pero

prefieren que seamos buenos en sus

camas o en hoteles económicos

y no en poemas publicados en revistas con urticaria

por eso toda novia de poeta

regala libros sospechosamente erróneos

adornos fútiles

boinas de barbero

 

pero nunca cuadernos ni esferos

a lo mucho agendas en donde caben las fechas sin

importancia

 

las mujeres odian a los poetas

y yo las amo a través de su odio

 

*

 

nosotros los poetas

llegamos a grandes hoteles

de ciudades heliocéntricas

para amanecer en recepción

podridos de hambre

de frío (frío humano por supuesto)

sin dinero

escribiendo poemas

para tener el posterior cinismo

de ubicar debajo

ciudad y fecha en que fueron escritos

como si eso garantizara algo

y nosotros lo sabemos

por eso dormimos

en el sofá

de un lujoso hotel

llamado Poesía