domingo, 12 de octubre de 2025

PRIMICIA : LA FINITUDE DES CORPS SIMPLES, CLAUDE ROYET-JOURNOUD. TRAD. SU XIAOXIAO

 



                                                                                                                                foto de ludy villanueva




la montée des eaux repousse l’ordure
et fait surgir
un corps oublié
la folie d’un ordre
elle parle de l’économie du mur
j’entends
l’économie de dieu
poupée couchée dans la caisse
qui « craint l’humidité »
visage tumefiée de celle qui meurt
c’est
de son vivant
l’assujettissement à un rôle





la subida de las aguas rechaza la basura
y hace surgir
un cuerpo olvidado
la locura de un orden
habla de la economía de la pared
yo entiendo
la economía de dios
muñeca acostada en la caja
que “teme la humedad”
rostro tumefacto de la que muere
es
durante su vida
el sometimiento a un rol


Un acquiescement insolite au monde qui se dérobe. La main touche le front. Quelques paroles déchirées n’atteignent aucun but. Elles se frottent à l’air, se retournent sur elles-mêmes et engloutissent l’énigme et son sommeil. Le corps s’agite, tente de rejoindre […] C’est une lutte perdue d’avance. Ils ne s’accordent guère. Le bruit sort de la gorge, mais provient d’un lieu innommé. Comment saurons-nous ? Les attaches tombent et libèrent un râle. Nous sommes au bord, à la limite. La poitrine cherche à éclaircir ce vide. Plus rien. La forme se rétracte. Pourquoi? Un mot. Un seul. Et le regard qui se noie dans l’espace et vit son propre naufrage. L’enfance résiste.




Un consentimiento insólito al mundo que se escabulle. La mano toca la frente. Algunas palabras desgarradas no alcanzan ningún fin. Se frotan contra el aire, se giran sobre sí mismas y devoran el enigma y su sueño. El cuerpo se agita, intenta reunirse […] Es una lucha perdida de antemano. No concuerdan en absoluto. El ruido sale de la garganta, pero proviene de un lugar innombrado. ¿Cómo sabremos? Las ataduras caen y liberan un estertor. Estamos en el borde, al límite. El pecho busca esclarecer este vacío. Nada más. La forma se retracta. ¿Por qué? Una palabra. Una sola. Y la mirada que se ahoga en el espacio y vive su propio naufrago. La infancia resiste.


il aborde ici l’humidité et le soubresaut d’un raisonnement
l’inversion d’une lettre
à l’articulation du nom
fiction sèche d’une « réduction du corps »
le désastre incite au mensonge
je vois son buste dans le prolongement d’une pensée
le sang comme une manœuvre nocturne





aborda aquí la humedad y el sobresalto de un
razonamiento
la inversión de una letra
con la articulación del nombre
ficción seca de una “reducción del cuerpo”
el desastre incita a la mentira
veo su busto en la prolongación de un pensamiento
la sangre como una maniobra nocturna


Vue latérale.
Elle disait qu’il viendrait, mais le couteau fuyait l’image. Comme ce trou au centre de la phrase, le dos reste un obstacle. Du mot égarement ou buste, nous avions fait un mur.





Vista lateral.
Ella decía que él vendría, pero el cuchillo huía de la imagen. Como ese agujero en el centro de la frase, la espalda sigue siendo un obstáculo. De la palabra extravío o busto, hicimos una pared.


                                                                                                                                foto de ludy villanueva


prendre la place de l’autre
ce discernement bestial
au dos de la main
les nerfs seraient arrachés
l’usage qu’il fait de l’oubli
un miroir qui s’éteint
il n’y a de sauvagerie que dans l’énigme
une question de lisière de mur et de marais
le ciel est un dehors sans pensée





tomar el lugar del otro
este discernimiento bestial
en el dorso de la mano
los nervios serían arrancados
el uso que él hace del olvido
un espejo que se apaga
no hay salvajismo más que en el enigma
una cuestión de lindero de muro y de pantano
el cielo es un afuera sin pensamiento



en se plaçant parmi eux
chaque personnage
en proie à l’épuisement
sans pour autant atteindre le sol
le jour s’arrête
ce n’est qu’un apprentissage
l’autre ne sait rien
il n’y a plus qu’un damier
pour couvrir la démesure
la salle de dissection est vide





ne plus te voir mourir
ne plus sentir le poids de tes jambes
sur ce lit d’emprunt





colocándose entre ellos
cada personaje
presa del agotamiento
sin por ello alcanzar el suelo
el día se detiene
no es más que un aprendizaje
el otro no sabe nada
no hay más que un tablero
para cubrir la desmesura
la sala de disección está vacía







                            no verte más morir
no sentir más el peso de tus pierna
                  sobre esta cama prestada




« …il engendre le désarroi. »
Le nerf cède. Incision à même l’estrade. La draperie n’est pas touchée. Les objets ont leur place, celle des noms. Nuque si fragile. Défaillir est son mode. Attente poreuse, inassouvie. Et point d’attache du muscle. Il traverse lentement le chiffre.
Se déprendre de la noirceur du geste. Devant la phrase, mains au sol, comme dans l’enfance. Ou le meurtre. Elle dit : « respiration après respiration ». Plus bas que l’arbre, le sommeil inverse l’image du ciel.
Le bruissement de la végétation lui enjoint de se soumettre. Elle isole l’événement et prépare sa chute. Elle dort dans le cercle.





“… él engendra el desasosiego.”
El nervio cede. Incisión en la plataforma misma. El paño no ha sido tocada. Los objetos tienen su lugar, el de los nombres. Nuca tan frágil. Desfallecer es su modo. Espera porosa, no saciada. Y punto de contacto del músculo. Atraviesa lentamente la cifra.
Desprenderse de la negrura del gesto. Delante de la frase, manos en el suelo, como en la infancia. O el asesinato. Ella dice: “respiración tras respiración”. Más bajo que el árbol, el sueño invierte la imagen del cielo. El murmullo de la vegetación le exige que se someta. Ella aísla el acontecimiento y prepara su caída. Duerme en el círculo.





qui est la pensé
[de
l’autre côté]



chaque objet
tente de rassembler un corps
il ne suffit pas de toucher le bois, de verser l’eau, de plier l’étoffe
l’œil abandonne toute mesure humaine
trois lettres sur le drap
il réfute l’incohérence du nom
d’autres comportements
d’autres peurs
des livres d’images gisent sur la neige
étreinte pour dire perte
ce ne sont pas ceux qu’il faudrait





que es el pensamiento
[del
otro lado]


cada objeto
intenta reunir un cuerpo
no basta con tocar la madera, verter el agua, doblar la tela
el ojo abandona toda medida humana
tres letras sobre la sábana
él rebate la incoherencia del nombre
otros comportamientos
otros miedos
libros de imágenes yacen sobre la nieve
abrazo para decir pérdida
no son los que harían falta




[comme au-dessus du lac
une succession de formes
obscènes]
« puis ce fut l’hiver » – à l’intérieur de ce bruit qui divise la couleur
il fit en sorte de ne plus bouger
le piège d’une couleur dilue la perte
quelqu’un est debout
devant nos yeux
plus rien n’arrête la végétation
elle s’etend sur tout le corps
elle absorbe
disloque
il n’y a plus qu’une vitre comme obstacle
elle et la pensée qui se heurte à cette paroi dans un bruissement inquiétant
langue étrangère au bout de la table
« il y a toujours des liens »






[como por encima del lago
una sucesión de formas
obscenas]
“después fue el invierno” – dentro de ese ruido que divide el color
se las arregló para no moverse más
la trampa de un color diluye la pérdida
alguien está de pie
delante de nuestros ojos
ya nada detiene la vegetación
se extiende sobre todo el cuerpo
absorbe
disloca
no hay más obstáculo que un cristal
eso y el pensamiento que se choca contra esta pared en un murmullo inquietante
lengua extranjera en el borde de la mesa
“siempre quedan vínculos”










sábado, 11 de octubre de 2025

JAMILA MEDINA. EN WOODSTOCK, TOMA MNEMOSINE

 




En los aserraderos
sobre el amarillo tibio de los prados de Aaru
viniendo de Bulu caravanas de película metálica
como un hogar de niebla subiendo
hasta los reservorios de la madera.

En la tiniebla infiernos tornasolados
(las redes de cavernas del Naraka congeladas y ardientes
del rojo vivo al loto azul utpala
el Naraka del aplastado el del gran grito el del calor y el gran calor
el de los dientes como castañas en el fuego, haciendo hu hu sin apagar la sed
y el Naraka del condenado a beber en un gran bol de colonia
con líneas negras que duran                                         1296 años
por donde cortan los sirvientes de Yama
con ardientes sierras y afiladas hachas
un cuerpo
y el Avīci
el Naraka ininterrumpido de la hierba mora
macerada
por no se sabe cuántos pies).

Con los ojos bien cerrados oigo cantar los gallos
abajo
al fondo
en el camino de Bethel
el libro abierto de las puertas
del infierno y el cielo
oh Jardines de la morada y el pasto fresco de Guinee
Asgard, la ciudad amurallada, perfecta e incompleta a medianoche
y el lago de llamas de Gehena sobre el que crecen cabezas de demonio
tártaros báratros orcos
un fruto amargo sostenido que se debe comer morigerado
en la puerta de Din Yu:
Meng Pol prepara un té de cinco lotos
y en su puerta la niña de Tuonela (Tuonen Tyttö):
que nos guiará a través del río Gjöll o el Tuoni
en la corriente de cuchillos cayendo hacia los barrancos
en Uku Pacha en un cruce de camino entre los jícaros
me asomo a una casimba que es el ojo de la tierra
y cede un despeñadero
en que nada el espacio y nada el tiempo
vengo de Dilmun
donde habita la señora del aire, Ninlil
y nadie sabe que las semillas de sésamo sirven para comer
y para llenar barriles que te alejan del infierno (en Svalbard).

Food foot, fast food, football
hermana
emparédame gratis y rápido entre las Primaveras Amarillas
en una tumba / en una tundra de comida japonesa
quiero comer en Yomi-no-kuni
y regresar al j/rueg/do del big best acelerador
mientras la cruz roja expurga de ahogados el lodazal
y contra la malla eléctrica del escenario
se lanzan de cabeza mis cantantes semidesnudos favoritos.

Qué frío en el estómago Jimi
qué salto Janis y tu desabrigada
como una estrella en bruto minando la bandera
HELLTER SKELTER HELLTER SKELTER
calcula un descenso largo un suicidio en masa
planea(n)do en la internet.

Abre las puertas de la ciudad de luz
Jim Morrison duerme a salvo en casa
quería estrenar la bañadera de la reina de Saba la bañadera de Séneca
la bañadera de Cleopatra la piscina de la reina Victoria
el urinario de Duchamp la bañadera de Marat.

Dios nos asista
me han alcanzado los 27 años
ven que traigo en los bolsillos
del chocolate azul
y el primero en entrar en Sheol fue el blando Abel
nunca has tomado jugo de Soma
ven conmigo al Naraka de la ampolla y al de la ampolla abierta
al Naraka del gran loto donde tu cuerpo entero
terminará por romperse en piezas de carne cruda
tus órganos internos hacia el frío
rotos también más tarde
ya sin música.

Ven al Naraka de los escalofríos
que los mercaderes de la montaña rusa
ya no podrán llegar.

No busques más a la que ya nos ha encontrado
en el deslizador
tocando el agua
entrando en Tlalocan te daré el mapa de Amduat
y te daré mi secreto.

 



EDUARDO ESPINA . AQUÍ LA VIDA HACE COMO QUE EXISTE.





A PATRIA, UN OBJETO RECIENTE
(Aquí la vida hace como que existe)

La mortalidad de su materia es lo que
da para empezar: a punto de quedarse
deseada encuentra la perla y el apodo.
Vida como dádiva duradera, como ha
sido la del búfalo y detrás, la pantera.
Entre zancadas hasta cruzar la bruma
más allá del alba añadida a la persona
del paje que pregunta por el anfitrión.
A tiempo de tener lo que nunca nació,
la mañana derrama lebreles de brillo,
la letra que a la voz anuncia naciones,
nada más que la solución de siempre.
Llega la lluvia, la costumbre del agua
y el ocio que por cierto cae en desuso:
la luna en el heno hace a la planicie, el
invierno al venado que alcanza a ceder.
Por su hez ha sido el sitio disminuido,
en algo convertido como cuerno y ahí:
la flecha conocida al quedarse clavada,
el cuerpo dispuesto por la posibilidad.
Podría resumirse así: el margen de los
recuerdos origina con el gerundio y la
canción llevada al grazno del susurro.
Ciervo, hierba y loan luego al viento:
la casa encuentra el coto desconocido.
De toda su estatura hace sentir al cielo.
Duerme la piel a pesar de lo que pasa.
Los ojos dan por verdad a las palabras
las cosas buscan un lugar en la mirada.




Mínimo de ninfa invisible

(Un comienzo es siempre otro)



«de manera que aquellas cosas que no se pueden decir,
es menester decir siquiera que no se pueden decir».
Sor Juana

No se veía nada, mejor dicho no se veía nada.
Tiene razón Sor Juana en lo que haya hallado
y aquello al pie de un epónimo, y a propósito,
¿cuándo verá el oso a su femenino en la miel?
Desde este Luxor a solas, rocas, peñasco, mar
a morir menos que ola en lo que está tan lejos
pero no tanto como la luna más alta que éstas.
Mar de todas las mareas al morir a su manera
a ras de la corriente donde dirá del resto todo.
Y al Sur salpica, rasca el kiss de las quimeras
haría hace un buen rato por ser tan de repente
o tan, buen ciego para la Sor, también Él azor.
Mira cuánto ímpetu ha perdido, o mira cuánto
de todo esto dejaríase mirar en hora, ahora ya.
No se veía nada pero ahora se ve menos, años
de no verse, de bañarse en guarismos a ciegas.
Entonces igual sería a la mirada aun en la cara
de lectura cuando abre la cifra y ve la primera
palabra: eso es ver, esto es el sentido siguiente.
Frase, refranes y no dejes el alma para mañana
ni menos señales su ausencia añadida al cariño
de piraña que de niña comía mirras arrepentida.
Para otra será su ardid, para él la edad indebida.
Caza las cimas si tanto le dio la luz como llegar,
porque ha llegado: comienza con apariencia, en
la misma persona la sorpresa cambia de planes.
Mínimo de mundo visible, el que Berkeley vio
y no este de ahora que a nadie ya no pertenece,
mundo para inclinar a la chancleta la bataclana.
Está frío, en la ingle clama por algo menos ahí.
Mundo, o da lo mismo pues en inglés es world.
Cuando empiece a ser menos, alguien lo sabrá.






Enamorados sólo por esparcimiento

De la escritura que a tu ostra todo atrae
retardando esta inmensidad de materias
aparecidas como clima a quien reparten
por la entera estima de tropas tristes que
dudan desovar el estreñimiento a través
de berenjenas en el perdurar del frutero
que al chirle destripa pelón por el diván
donde sierva mutua de mi verbo junto a
la jaula dormirás aliviada de la ligereza,
porque melodioso soy el desmemoriado
que no canta de la historieta lo pasado y
no sé si fue anoche o pasmado mañana
como aquel revés de mi resma entrando
por las comisuras de las lacas en tu caca
que salpicabas como cal por el gallinero
de igual manera hasta la perdigonada en
el pijamas cuando a dormir se acomoda
restregando el gamulán por los orificios
que a su beneplácito al belfo adormelan
o dime si es mía memoria la que miente
y esas cosas que pasaron dejaron de ser
la tamaña tropa de hetairas cuando eran
tan bien dos cuerpos del otro por detrás
del celofán donde melaza marrón arreas
en los resabios de la vejiga al aguardar
debajo de la pirámide la dudosa verdad
que al buche del entenado se le parezca,
porque causas encuentran a lo ocurrido
por ensimismar el órreo o la semejanza
entre los resquebrajos la penúltima vez
en que pegados del rabo al despeñadero
pues como cae la caspa caen los reinos
por la resolana mejorada donde silba la
belleza traída al momento de los demás
que a su cerco devuelvan aquella noche
en que los desaseados purgaban iguales
a la garcha hinchando el apocado plano
del castrapuercas por la frez enamorada
que mustia vaya, de la orilla al corazón
y a su sazón las sílabas puestas a saltar
la soga en una lona de boda y metáfora.




Razón de todas las cosas

De tal manera imaginaria, las cosas sucedían
para que todo fuera donosura en lo desusado:
la racha entrometida del dedo en el deshabillé,
la sevicia por la blusa azul al soltarla basta el
desacato de desabotonar de las polainas a las
bragas en remedo de ilusiones todo lo demás,
y así el pulso, la unción en marcha él y el final.
Aposento de nombre en la pradera soleosa y
mudo a moverse a dar desvelo de júbilo pero
igual, no. Nadie en la piel más de la cuenta.
En la ducha los afeites hermosean el enredo
y regresa el agua a la noche donde se bañan.
El amor es la única imposibilidad necesaria.

 

MONÓLOGO DE DA VINCI ANTE LO MÁS CONOCIDO QUE PINTÓ 

El beneficio de efigie no lo era
(ni detrás de las madréporas el
estruendo en su otero otra vez)
y tú, estados de ti por la tundra,
a traer sargazos con quien goza
(casi como del cielo saliéndote)
en esa la vez cuando un botón
si tocan la verdad y por boreal
hasta el último abeto que la ve.
En el tiempo detenido delante
la carnada daba al alma como
ejemplo, el silencio salva a la
sabiduría y deja de preguntar.
Mientras llueve en el jardín de
los rivales, la albahaca bañada
por la soledad de los símbolos
aguarda alegres ratos de estos,
el dividendo que vino primero.
A merced de la senda el deseo
más entre las mustias retamas
y yo ya uno en las horas tuyas
llamando a la luz un hallazgo.
(Los que estuvieron hablan de
la promesa de serlo y según la
ganancia, el higo fiel y al final:
la res que agradecida regresara)
Manera sería de filtrar las dotes,
de dar portento a los esparcidos.
Y en blando cetro con la madre
a emprender: sea trébol extraño
rastreando la respiración de los
muertos que aún no empezaron.
Todo eso que el sueño conocía:
la cuadratura de una taza de té,
el árbol de la índole, la orla de
largo pegamen, cuando sólo la
soledad cambiaba de posición.
En mitad del centro su ántropo
la hacía apariencia en persona:
algo la cuida, una historia, una
inercia incierta de saber que sí.
Lo que quedaba para un habla
era aquella llaga fría de follaje
llenando la noción de la lluvia,
el nacimiento de los samuráis.
Pero la osa de satén al saberse
abotonada, en víspera todavía.
Toca por ver si Bizancio vino
a dar vuelta como el venteveo.
Ella para el resto del estambre
obra con la causa en desorden.
Aja el origen lo propio de las
cosas calmas, la belleza en la
cara contraria no se atraviesa.
(Y yo, para traerte cerca de ti.)
Eran de la aridez las limosnas,
la certeza de saquear un costo.
Preciosa filantropía: el cuerpo
da sombra y el suyo, Da Vinci.
En el siglo de los albaricoques,
un alud de óleos y lejanos ojos
que daban vuelta y dejaban ver.
Con ellos, el llanto a otro loto,
la carga, un caracol, cosas allí.
La espuma puesta en el puma,
ámbito que ninguno deshabita,
lapsos de seda como si dijeran
y en el lado de quien anhela lo
elemental, mejor definición de
Narciso: la nada en ti entonada.
A otra entonces con la sed y el
palo amplio aplicado al perdón.
Cumple el plan con lo espiable;
nadie por el hado entre adornos
entrega al braguero lo que sabrá,
agua dejada entre tantos agüeros.
A esa hora, el merecimiento y la
mitad, las zonas al azar soñando.
Toda ansia a saciar, y ya escrita
la cripta que por enero te venera.
Queda la edad, el entendimiento:
el sol en el brillo es lo más veloz,
la Luz se detiene entre nosotros. 



RAZÓN DE TODAS LAS COSAS

De tal manera imaginaria, las cosas sucedían
para que todo fuera donosura en lo desusado:
la racha entrometida del dedo en el deshabillé,
la sevicia por la blusa azul al soltarla basta el
desacato de desabotonar de las polainas a las
bragas en remedo de ilusiones todo lo demás,
y así el pulso, la unción en marcha él y el final.
Aposento de nombre en la pradera soleosa y
mudo a moverse a dar desvelo de júbilo pero
igual, no. Nadie en la piel más de la cuenta.
En la ducha los afeites hermosean el enredo
y regresa el agua a la noche donde se bañan.
El amor es la única imposibilidad necesaria. 



MOMIAS
(Morir entre comillas)

En la invisible inmensidad
del tiempo y de todo les toca
el calor de cada cromosoma,
la cuna que trajo cuanto quiso.
Saben de más venganzas, del
cielo que ha sido demasiado.
(Quietas, calladas como ellas:
es el silencio lo que confiesan)
Dentro de la inmensa morada,
lo mismo la lamia que la hurí.
Ah la unión de los nacimientos,
blancura de holgados brocados,
seda somnolienta para librarlas.
Cabe la verdad que las venda.
Fijeza ni velocidad se les vio
cuando a solas por la cripta,
la piel o algo peor añorando.
La nada que nunca llegaba.
(Quedaron envueltas
para que la muerte
no las hiriera) 




EL TIEMPO EN LO QUE LLEGA MAÑANA
(Con Ludwig Zeller en Oaxaca)

El rumor a helar los rabos a lo largo
del lugar, ánimas de mutua cantidad
anteriores a cada huella que tendría,
(la vida tan dentro, la visión sabida)
cuando más que deseos para sí decía
en desaire de cielo la solución de los
abisinios por la cripta del ojo a dejar
además del modo resplandeciente de
la anguila hacia la isla del comienzo:
todo dividido en la gradiva por durar.
Pero en tal atalaya donde los tullidos
huían inquietados a quitar su cadena
de cadmios amenazados por osadías,
se iban olvidando del alba varada a
un costado, de casi hadas en la edad
airada del error que a lo hermoso de
muy cerca y a lo bello también veía.
El fin a encontrarse con el principio,
la sorpresa con el ciprés en presente:
en la manera del ocioso no amanece
y la velocidad recorre algo recíproco. 


Las ilustraciones corresponden a escenas de películas de Douglas Sirk

MAGDALENA CHOCANO. RUIDO CANÓNICO VERSUS POESÍA

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