teaser: ONORIO FERRERO. LA CETRA. TRAD. CECILIA MEDO FERRERO



En el texto Onorio Ferrero: el hombre que vino del mar (https://www.transtierros.com/2025/09/maurizio-medo-onorio-ferrero-el-hombre_94.html)

al referirme a las particulares circunstancias históricas que caracterizaron el Perú que alguna vez acogió a Ferrero recordaba cómo, de acuerdo con César Moro (con quien suelo estar siempre de acuerdo), «el poeta era el cantor oficial de efemérides patrióticas o el bohemio que prostituía su inspiración, llamémosla así, enteramente banal y de almanaque, al alcance de los pilares de cantina, en una cualquiera de las numerosas y sórdidas trastiendas de pulpería» y cómo, a pesar de ello, la visión, que, por aquel entonces, pude tener de la poesía, debido a los diálogos con Ferrero, fue esencialmente stilnovista, pues él siendo alguien «esencialmente romántico» parecía creer que el «romanticismo institucionalizado» había arrasado con los remanentes del espíritu cavalcantiano que apenas Croce, su maestro, era capaz de evocar. Como también comenté en el citado texto la influencia del pensamiento de Croce en Ferrero, a quien conoció alrededor de los 22 años, fue determinante, y más si consideramos que ese acontecimiento coincide con la aparición de La Cetra ( Edizioni La Cavalcata. Collezione Collana di Poeti Contemporanei, Florencia – Italia. 1930). La traducción más precisa para referirnos en español a lo que es una «cetra» sería «cítara»,  del latín cithăra, término que, a su vez, procede del griego κιθάρα (transcrito, kizara) y el cual se refería a un instrumento de cuerda hecho de madera. En la Antigua Grecia su uso estaba vinculado con el culto a Apolo, en contraposición al aulós, un instrumento asociado con el culto a Dionisios. Por esa razón la «cítara» se consideraba como un instrumento más «noble» —y «elegante», agrego—que el aulós dionisiaco. Algo de ese espíritu se manifiesta en la escritura y en la composición de La Cetra, libro traducido por Cecilia Medo —si no recuerdo mal, a mediados de los 80.

Cuando Cecilia tradujo La Cetra ella quizá tenía la misma edad del autor que alguna vez la escribió. Así, desde el futuro incierto, su nieta fue capaz de devolver a Ferrero il tremore de una juventud que, pese a los años transcurridos, nunca abandonó. Fue un hermoso regalo. Tanto como el diálogo que es capaz de trascender el tiempo.

Muchos preguntan qué fue del libro —pensando quizá que el fondo editorial de la universidad a la que Ferrero dedicó tantos años— tendría que haberlo divulgado. No fue así. 

Si La Cetra, gracias a la generosa mediación de Cecilia, se tradujo, fue en casa, y ahora, en algún momento, a través de El Laboratorio —que también es parte de la casa— se divulgará desde allí, lejos de la pasmosa voluntad de mediocres funcionarios, coactados por la burocracia que ellos mismos construyeron sin saber que, un día, esta se convertiría en su cárcel. 

Otros —en su gran mayoría discípulos de Ferrero— eventualmente expresan auténticamente el deseo de poder tener La Cetra entre sus manos. Ojalá que el 2026 sea el año que pueda convertir esto en realidad. Y en tanto tenemos con nosotros, sus nietos, vivimos con la convicción de quien sabe  «esperar lo inesperado» desde Transtierros queríamos compartir un teaser, no con la ignominia que rige y determina el mercado, más bien como un sentido homenaje al joven que construyó esa realidad y también a la muchacha que, décadas después, consiguió que esa realidad pueda pronunciarse en el idioma de la tierra que nos acogió hasta convertirse en el hogar.

MM


La Cetra

Ad un Cipresso

Cipresso, che t’adergi maestoso,

Lento guardiano all’ultima dimora,

Nel tácito sepolcro é forse ancora

Per te piú dolce l’ultimo riposo?

Immoto sfidi il nembo minaccioso

E la superna collera sonora;

Ma invan con sue blandizie ti disfiora

Il vento del mattino armonioso.

 
Lento cipresso; sei come il poeta

Che scruta nelle tenebre e iddegna

Tutto ció che la stolta gente allieta.

 
E allor che il Sonno col Silenzio regna,

Gigantesco sovrasti, oscur ameta

Che al nostro vagheggiare il Fato segna.

 


A Un Ciprés

 Ciprés que te yergues majestuoso

Cual lento guardián de la última morada

En ese callado sepulcro

¿Es más dulce para ti el último reposo?


Inmutable desafías a la nube amenazante

Y a la estridente cólera celeste

Mas en vano con su suavidad te desflora

El viento de la armoniosa mañana


Lento ciprés, eres como el poeta

Que escruta en las tinieblas

Y desprecia todo aquello

Que los ignorantes celebran


Y cuando Sueño y Silencio reinan,

Te alzas gigantesco, cual oscura meta

Que a nuestro constante vagar

El Destino señala



 



La Luna dello Stagno

Mira il lacustre fior d’una mimosa

L’armonico chiarore della luna,

Diafano velo su la vaporosa

Pace dei campi, nella notte bruna.


Piú dolcemente grata e dilettosa

Quella luce gli appar che non raduna

Gl’iridati fulgori, maliosa

Fiamma nell’ombre opache. E la laguna


Calda scorge a l’impronta tremebonda

Dell’astro; e non comprende se il chiarore

Naufraghi nel glaucor dell’acqua fonda,


Po se la bella Sfera di pallore

Difusa, ne l’oceano senz’onda,

Sia mirraggio di luce e di colore.

 

La Luna Del Estanque

 La pantanosa flor de una mimosa observa

La armónica claridad de la luna

Velo diáfano sobre la vaporosa

Quietud de los campos

En la oscura noche

Más dulcemente grata y gozosa

Parece que aquella luz no contiene

Los fulgores iridiscentes

Mágica flama entre opacas sombras


La laguna ardiente

Observa la poderosa impronta del astro

No comprende si la claridad

Naufraga en la blancura

De las aguas profundas


O si la hermosa y pálida esfera y difusa

O el océano sin olas

Son espejismo de luz y color

 




Notturno Trágico

Opaca, uniforme tenébra

Ne l’etere fermo, che opprime;

Occulto mistero nell’ ime

Caverne di ignota latébra.

Lontano, un canto sinistro

Di Uccello notturno vagante,

Un gemere che dolorante

Si smorza in un querulo sistro.


Sparuti fantasimi, erranti

Legioni che piú non han vita,

Discese da la scolorita

Dea manca dei pallidi amanti.


Sorpassa la densa barriera

Notturna un fantasma leggero

Che cerca in piú chiaro emisfero

La luce di fluida Sfera.


Ricerca affannoso; ma invano.

Ovunque l’immensa oppressione;

Ovunque l’oscura visione

Mortale di cumulo umano…


Se luce piú intensa da un astro

Dispensa piú viva corrente

E irradia un riflesso fulgente

Che brilla di acceso alabastro;

Non esso raggiunge l aluce.

E tenta… qualcosa lo afferra.

E invano ritenta. Lo atterra

La spoglia che a sé lo reduce.


E l’agita e va brancicando

Per l’ultimo sogno d’ebbrezza,

Per l’irraggiungibile alteza…

Invano allá luce anelando.

 

Nocturno Trágico

 Tiniebla opaca y uniforme

En el quieto éter oprimente

Oculto está el misterio

En el himen

De ignotas cavernas


En la lejanía un canto siniestro

De errante ave nocturna

Un doliente gemido

Se apaga

En el lamento de un sistro*


Débiles fantasmas errantes

De vida ya exentos

Se dice de la descolorida Diosa Manca

De los amantes


Traspasa la densa barrera nocturna

Un espectro ligero

Que busca en un más claro hemisferio

La luz de la suave espera


Busca afanoso

Pero es en vano

Por doquier La inmensa opresión

Por doquier la oscura visión mortal

De la humana carga

Como la brillante luz de un astro

La viva corriente irradia

El intenso reflejo que cual

Encendido alabastro refulge

Mas, al intentarlo algo lo detiene

Y en vano lo vuelve a intentar

Pero a la tierra lo hace regresar

Al despojo que a sí mismo reduce


No alcanza este la luz


Se agita y mueve ciegamente

En su último sueño de ebriedad

Por alturas inalcanzables

Inútilmente anhelando la luz

 

El sistro es un instrumento metálico de cuerdas; de origen antiguo, fue vinculado a las celebraciones en el culto de Isis.

 





Il Viale

 Mentre l’ombre si fan tarde e diffuse,

Nel deserto viale ove la trista

Febbre della cittá piú non mi turba,

M’indugio. E il vento pianamente si muove

Fra le aiole odorate i lunghi steli

Delle sparse corolla e blando invade

Di freschezza e di calma i cespi e i tronchi.

Mi par di riveder nella penombra,

Rotta dai raggi del tramonto d’oro,

Me, sulla soglia dell’etá beata

Dai giocchi dilettosi e meco, strana

Nel palpitar dell’inquiete fibre,

La bionda amica di quei dí: Natália,

Ella, ridente ai fervidi bagliori

Dell’intenso meriggio, il canto pieno

Secondar di quel tempo e l’armonia;

Ed io piú mesto, dei pensier seguendo

La lontana corrente a la divina

Alba dei sogni ceruli. Mirare

Nell’iridi sue glauche, rikucente,

L’onda fuggente di un eterno mare.

 

La avenida

 Mientras las sombras se vuelven tardíamente difusas

Me adentro

Por la avenida desierta

Donde la mezquina fiebre de la ciudad

Ya no me turba

El viento lentamente se mece

Entre perfumados prados e imponentes monumentos

Con suaves corolas esparcidas

Invade de frescura y calma

Cultivos y troncos

Una vez más

En la penumbra rasgada por los dorados rayos

Del atardecer

Me parece

Verme a mí mismo

En el suelo de la bendita edad

De los juegos felices

Y dentro mío en el palpitar de fibras inquietas

Extraña veo a Natalia

La rubia amiga de aquellos días

Ella sonriendo ante los ardientes fulgores

Del intenso mediodía

El canto pleno acompañante del tiempo y la armonía

Y yo, más melancólico persiguiendo a los pensamientos

La lejana corriente y el alba divina

De los cerúleos sueños

Mirar en su blanco iris

Reluciente

La ola que huye de un mar eterno

 




La Patinoire*

 É´dunque la lunacoi pattini d’oro che scivola

All’ombre del tácito vespro soffuso di brume?

La luna, bianca nell’etere azzurro sí come

Nel liquido azzurro del mare le vergini spume?

Deserto é il viale; ma il gracile fusto che ancora

Protendesi squallido, orante l’inutile prece,

Al gellido soffio del vento che all’ombra notturna

Prelude, ha il brivido inconscio del fremere antico.


Oscuro é il viale; ma come diamante purissimo,

Immobile il lago scintilla, specchiando nel mesto

Tramonto il languor delle luci nostalgiche brevi.

Le musiche arcane, le voci cui l’ eco giá spenta

Rispose dai vaghi recessi del cognito parco,

Son deboli e fioche; vaniscono; e il sole regale

 Nei manti di porpora e d’oro sfoggiando il caduco

Splendore, a la tenera Dea della fronte lucente

L’argentea tristeza, cedette il dominio del mondo.

Tu sola, o fontana, col limpido suon di cristallo,

Il duro silencio interrompi che é fatto di gelo;

E il rivo, che un garrulo impulso disgrana inquieto

Per quelle tue labbra di marmo, riecheggia una voce

Ben nota che in cuor mi serpeggia col censo profundo

Di qualche melode consunta dal tempo inesausto.

Ti ascolto. Soltanto per l’anima fresca che celi,

Il tempo é una música d’ acque dal gioco perenne.


O amica fontana; per  l’inestinguibile amore

Ch’io porto a codestodivino, brevissimo tratto

Del vasto universo infinito; lontan da l’ affano

Del mondo, m’ é caro nel gelo il tuo memore canto;

Per te mi sivviene del mar prima delle tempeste

E ancora m’ inebria la stella ch’ é ormai naufragata

Nel fosco grigior delle nubi. Cosí, ricercando

Le orme dei passi adorati che il Verno rinchiude

Nel bianco sudario di neve, i ovo rimembrando

Le acque dal murmure intenso, increspate allá dolce,

Scherzosa carezza di Zefiro primaverile.

Fraganza di rose, e placidi cielo, e struggente

Dolcezza d’ idilli fantastici, incnato dei vesperi,

Un tempo sognai sulle sponde del lago d’argento.

Ed ora che intorno non scorgo che I Fiori del gelo

E il bianco silenzio, mi sembra che il giovane sogno

Discenda alle cose terrene, alle cose deserte

Di palpiti, e pensó che forse é piú dolce morire

Che stringer con gelide braccia l’ esanime spoglia

Di quel Desiderio raggiunto che esala, in un breve,

Estremo sorriso, l’ antico tormento sublime.

Ma un debole raggio dell’ astro che veglia pensoso

Puó frangere i veli cadenti dell’ arida note?

Deserto é il viale… ravvolto nl bianco sudario…

Ma guarda… sul lucido specchio… laggiú…, tra le brume;

E¨ dunque la luna coi pattini d’ oro che scivola?

 

La Patinoire*

¿Es acaso la luna que con patines de oro se desliza

Entre las sombras del

Crepúsculo teñido de brumas?

La luna

 ¿Es tan blanca en el azul éter

Como lo son las

Vírgenes espumas

Del azul mar?

Desierto está el camino

Pero el tallo grácil

Que escuálido se extiende

Como en una inútil plegaria

Precede al gélido soplo del viento

En la nocturna sombra

Posee la inconsciente agitación

Del antiguo frenesí.

 

Oscuro está el camino;

Pero cual diamante purísimo

El lago inmóvil titila

Espejando en la tristeza del Ocaso

La languidez de las breves y nostálgicas luces

Las melodías arcanas

Voces cuyo eco ya se apagó

Con vagas y secretas ondas responden

En el conocido parque

Son débiles y tenues

Desaparecen

Y el sol con su manto de púrpura y oro

Ostenta un caduco esplendor

Cedió el dominio del mundo

A la tierna Diosa de la frente luminosa

Y plateada tristeza

Tú sola, Oh fuente,

Con un límpido sonido cristalino

Interrumpes el duro silencio helado

Y el arroyo, que con alegre e inquieto

Impulso desgrana

Esos labios tuyos de mármol

Una voz resuena tan clara

Recorre mi corazón

Con el sentir profundo

De alguna melodía consumida

Por tiempo incansable

Te escucho.

Solamente por el alma nueva que guardas,

El tiempo es la música de aguas en perenne juego

 

Oh fuente amiga, por el inextinguible amor

Que yo traigo a este breve y divino

Trazo del vasto universo infinito

Lejos del afán del mundo

Me es querido tu memorable canto en la escarcha

Por ti me asalta el mar antes de la tempestad

Y aún me embriaga la estrella

Que tal vez ya naufragó

En el umbrío gris de las nubes.

Así buscando las huellas

De adorados pasos

Que el invierno esconde

En el blanco sudario de nieve

Yo voy recordando

Las aguas de intenso murmullo

Encrespadas por la dulce y

Juguetona caricia primaveral de Céfiro*.

 

Fragancia de rosas y plácidos cielos

Ardorosa dulzura de idilios fantásticos

Encantamiento de los crepúsculos

Una vez yo soñé en las orillas del lago de plata.

Y ahora que a mi alrededor

No distingo más que las flores del hielo

Y el blanco silencio

Me parece que el joven sueño

Desciende sobre las cosas terrenales

Las cosas desiertas de latido

Y pienso que quizás sea más dulce morir

Que estrechar con gélido abrazo

A los exánimes restos

De aquel deseo alcanzado

Que exhala en una breve y extrema sonrisa

El antiguo y sublime tormento.

Sin embargo, un débil rayo del astro

Que pensativo vigila

¿Puede rasgar los velos que caen desde la noche árida?

Desierto está el camino…

Envuelto en un sudario…

Pero mira… Sobre el límpido espejo…

Allá abajo, entre las brumas…

¿Es pue acaso la luna que con patines de oro se desliza?

 

 *Céfiro es el viento o brisa de la primavera

*Patinoire es la pista de patinaje sobre hielo

 

 

 Los grabados que acompañan el texto son de Martin Lewis.

 

 

 

 


ROBERTO APPRATTO. «EL MATRIMONIO Y OTROS POEMAS, JON DAVIS.

 


Estoy convencido que la escritura de Jon Davis produjo en Roberto Appratto un efecto realmente inesperado pues, tal como lo hizo también con otros medios, Roberto me escribió comentándome algunos detalles sobre su descubrimiento del  poeta de New Haven:

Jon Davis nació en New Haven, Connecticut , en 1952 , y recibió un bachillerato en artes y una maestría en fine art en escritura creativa en la Universidad de Montana, donde fue editor del diario literario. Fue coordinador del programa de escritura del centro de artes en Provincetown, editó periódicos literarios y dio clases en la universidad de Montana. Actualmente es profesor en el Instituto de Artes Indias Americanas en Santa Fe, New Mexico. Recibió numerosos premios por su poesía, el Lannan Literary Award, dos becas nacionales y un premio para poetas jóvenes de la academia de poetas americanos. Sus libros publicados son:

Dangerous Amusements (Ontario Review Press, 1987)
Scrimmage of Appetite (Akron University Press, 1995)
Local Color (Palanquin Press, 1995),
The Hawk. The Road. The Sunlight After Clouds (Owl Creek Press, 1995) · Preliminary Report (Copper Canyon Press, 2010)

Los primeros datos acerca de Jon Davis los encontré en En cuerpo y en lo otro, el libro que recoge colaboraciones de David Foster Wallace. En el capítulo dedicado a la reseña de Lo mejor de la prosa poética (2001). Foster Wallace se expresa de la siguiente manera:

…un tal Jon Davis, un poeta al que este reseñista no conocía de nada pero cuyos textos en esta antología son tan excepcionalmente tremendos que el reseñista ha salido a la calle y se ha comprado el único libro de Jon Davis que menciona en su nota biográfica… (página 234 de Lo mejor del poema en prosa, artículo incluido en En cuerpo y en lo otro (Literatura Mondadori, Barcelona, 2013). “Y en la página 244: “se puede ver como el poema en prosa se las apaña para alcanzar esa extraña mezcla de lógica y magia de la poesía sin apenas ninguna de las bazas ni las herramientas habituales de la poesía…”

Mi siguiente movimiento, dado el respeto que tengo y tenía por la opinión de David Foster Wallace, fue conseguir Dangerous Amusements, Preliminary Report y Scrimmage of Appetite.

Confirmé el juicio de
Wallace, y fui más allá en mi entusiasmo, tanto que traduje Scrimmage of Appetite con gran placer en unos meses del año pasado. Los comentarios sobre este libro destacan la unión de lírica y meditación, el examen de la condición humana, la captación de la necesidad de significado, la exploración de la realidad. Puedo agregar la grata sorpresa que me llevé con la capacidad de Jon Davis, tanto en prosa como en verso, para fusionar el estilo conversacional con la argumentación a la luz de un infalible sentido del ritmo.

Los poemas que escogí pertenecen a Scrimmage of Appetite

Roberto Appratto

 

 


Marriage

In Chagall’s Birthday, the man floating nearly off the canvas
twists his neck impossibly to complete the shape
suggested by the woman’s face.

She holds a bouquet lightly in her hand.

The rest of the scene is domestic: A butter knife, two plates,
a coin purse; behind them, a bed, tapestries, perhaps a
mirror.

But she is leaving the room. That is the first secret of the
painting.

Though she appears to walk on the red floor, she is already
tilted impossibly forward.

He snakes above her like smoke of mist drawn along by the
gravity of her leaving.

She drifts toward the window, toward the angular repetitions
of the dawn that is just beginning outside.

Or maybe it’s a well-lit night. This is 1923, and lights are
coming on all around the world.

But that’s not the point.

His eyes are closed, his arms, hidden, useless.

She’s pushing off lightly with the toe of her right foot.

He has closed his eyes to kiss her.

Her eyes are wide, her gaze drawn to the lights dazzling the
gray sky.

She has already relinquished the flowers.

The painting is called Birthday, and they are drifting like
balloons toward the future.

In a moment he will bump the window sash, crumple to the
floor, and awake.

She will slip through the crack and be gone.

And that is the other secret of the painting and why Chagall
stopped them with his art.

He will never fall now.

She will never drift off.

The painting concerns marriage.

That is why, love, I woke up early and I wrote this while you slept.

 

Matrimonio

En “Cumpleaños” de Chagall, el hombre que flota casi fuera del lienzo
tuerce su cuello de manera imposible para completar la forma
sugerida por el rostro de la mujer.

Ella sostiene un bouquet delicadamente en su mano.

El resto de la escena es doméstico: un cuchillo para manteca, dos platos,
un monedero; detrás de ellos una cama, tapices, tal vez
un espejo.

Pero ella está saliendo del cuarto. Ese es el primer secreto
del cuadro.

Aunque ella parece caminar por el suelo rojo, ya está inclinada hacia
adelante de una manera imposible.

Él serpentea sobre ella como humo o niebla arrastrada por
la gravedad de su partida.

Ella deambula hacia la ventana, hacia las repeticiones angulares
del alba que acaba de empezar afuera.

O tal vez es una noche bien iluminada. Es 1923, y las luces
están encendiéndose alrededor del mundo.

Pero ese no es el punto.

Sus ojos están cerrados, sus brazos, escondidos, inútiles.

Ella está apartándose levemente con el dedo de su pie derecho. .

Él ha cerrado sus ojos para besarla.

Los ojos de ella están abiertos, su mirada atraída por las luces
que resplandecen en el cielo gris.

Ella ya ha abandonado las flores.

El cuadro se llama Cumpleaños, y ellos están flotando
como globos hacia el futuro.

En un momento él golpeará el marco de la ventana, se arrollará
contra el piso, y despertará.

Ella se deslizará por la grieta y se irá.

Y ese es el otro secreto de la pintura y de por qué Chagall
los detuvo con su arte.

Ahora él ya no se caerá.

Ella nunca se irá.

El cuadro es sobre el matrimonio.

Por eso, amor, me levanté temprano y escribí esto mientras dormías.

 

The Frogs

Fourth of July and the children have grown miserable from turning and turning their wobbly cartwheels, from jump-kicking the forces of evil that throng about us, from dumping Kool Aid on the younger children to attract our flagging attentions. These children who are open to beauty and joy –“Look, Dad! A moth!”- but who quickly weary of the world’s surprises as we weary, the parents of all this joy, who wear our silly striped ties –the badges of our race, the honors; who bang our heads against the daily task; who flop on our chaise lounges and rattle the ice in our drinks; who bolt from our homes at mid-life, then return to hammer back the boards through which we burst and live out our lives, pails under all the leaks. Who then fill the wagon with children and drive to a mountaintop to watch meteorites, stars dying across the sky so beautifully we rattle the ice in our drinks and remember the monastery we passed on the drive up, those por monks who have no cluttered lives against which to measure such purity.

And today we sneak four cars to the frog pond, 17th hole, Manchester Country Club, where we tie the monofilament to fishing poles, squares of red flannel to monofilament, and dangle those squares before the appetite of frogs. They turn to face them, mistaking them for butterflies or moths. They leap and wrap their sticky tongues around the flannel, and we, shouting and whooping, fling them onto the fairway, where they flop and sprawl, where we chase them, where they extricate their tongues and hop, stunned, in whatever direction they face. Poor frogs. Poor frogs. Poor deluded creatures.

 

Las ranas

Cuatro de julio y los niños han quedado tristes de tanto girar y girar sus inestables carretillas, de saltar y patear las fuerzas del mal que pululan entre nosotros, de tirar Kool Aid sobre los niños más pequeños para atraer nuestra disminuida atención . Estos niños abiertos a la belleza y a la alegría- “¡Mira, papá! Una polilla”- pero que rápidamente se cansan de las sorpresas del mundo como nosotros, los padres de toda esta alegría, que llevamos nuestras tontas corbatas a rayas -las enseñas de nuestra raza, los honores; que nos golpeamos la cabeza contra la tarea diaria; que nos tiramos en nuestras chaises longues y hacemos tintinear el hielo en nuestros tragos; que escapamos de nuestras casas en la mitad de la vida, luego regresamos a martillar de nuevo las tablas a través de las cuales estallamos y vivimos nuestras vidas, baldes bajo todas las goteras. Quienes después llenamos el vagón de niños y conducimos hasta la cima de una montaña para observar meteoritos, estrellas que mueren por el cielo de manera tan bella que hacemos tintinear el hielo en nuestros tragos y recordamos el monasterio por el cual pasamos en la subida, esos pobres monjes que no tienen vidas atestadas contra las cuales medir tanta pureza.

Y hoy sacamos cuatro autos para ir a la laguna de las ranas, 17o. Hoyo, Manchester Country Club, donde atamos monofilamento a las cañas de pescar, cuadrados de franela roja al monofilamento, y colgamos esos cuadrados delante del apetito de las ranas. Ellas se vuelven para enfrentarlos, confundiéndolos con mariposas o polillas. Saltan y envuelven sus lenguas pegajosas en las franelas, y nosotros, saltando y vivando, las arrojamos a la calle, donde caen y se despatarran, donde las perseguimos, donde sacan sus lenguas y saltan, aturdidas, en cualquier dirección. Pobres ranas. Pobres ranas. Pobres criaturas engañadas.



The Woman

The woman in the Garcia Lorca poem dies of desire, dies luminously, and we are not allowed to feel pity. The poem is a kind of dance meant to attract and repel. A dance composed of seductiveness and stomping. What we want is not the eagle’s cry, but the illusion of the eagle crying. The callers were “outraged” when “it was revealed” that their “favorite woman,” the one who knew exactly what they needed to hear on the 900 line, was not a woman at all. One man, who wanted to marry his need to “her” voice, threatened to sue. In the “studio audience” –distinguished from the television audience by its apparent presence- the women laughed bitterly, without pity. Realism is based on conventions and conventions are based on desire. The desire for calm, for example, broken by the clamor of an engine, which is a desire for movement. But the imagination can obliterate almost any paradise. And still the world, the solid world, drifts, unmoved, beyond us. Beyond us, the gasses burning and bursting, sending unimaginably hot flames into the unimaginable emptiness. So we return to the comforts of language, to the

pleasantly manipulative language of power and exerted force. And , sometimes, the beauty, the indeterminate layerings of image. Geese. Moon. Loneliness. Not the gulf. Not the gaps and certainties, the word hanging around the neck of the actual, but this innocence, this childish play, these voices given, given up, or listened to and granted form, this tenderness portioned equally among the gathered creatures.

 La mujer

La mujer en el poema de García Lorca muere de deseo, muere luminosamente, y no se nos permite sentir piedad. El poema es un tipo de danza que se propone atraer y repeler. Una danza compuesta de seducción y pisoteo. Lo que queremos no es el grito del águila, sino la ilusión del águila gritando. Los visitantes fueron “ultrajados” cuando “se reveló” que su “mujer” favorita, la que sabía exactamente lo que necesitaban oír en la línea 900, no era en absoluto una mujer. Un hombre, que quería unir su necesidad con la voz “de ella”, amenazó con demandar. En la “audiencia del estudio” -distinguida de la audiencia de televisión por su aparente presencia- las mujeres se reían amargamente, sin piedad. El realismo está basado en convenciones y las convenciones están basadas en el deseo. Por ejemplo, el deseo de calma, roto por el ruido de un motor, que es un deseo de movimiento. Pero la imaginación puede borrar casi cualquier paraíso. E igual el mundo, el mundo sólido, deriva, impasible, más allá de nosotros. Más allá de nosotros, los caballos en sus formas absolutas. Más allá de nosotros, los gases ardiendo y explotando, mandando llamas inimaginablemente calientes al inimaginable vacío. De modo que volvemos a la comodidad del lenguaje, al lenguaje del poder y la fuerza ejercida, agradablemente manipulativo. Y, a veces, la belleza, las capas indeterminadas del vacío. Gansos. Luna. Soledad. No el golfo. No las brechas y certezas, la palabra que cuelga alrededor del cuello de lo real, sino esta inocencia, este juego de niños, estas voces dadas, renunciadas o escuchadas y formadas esta ternura repartida por partes iguales entre las criaturas reunidas.

 

 

CONVOCATORIA TRANSTIERROS

 

                                                                                            FOTOGRAFÍA DE WIM WENDERS


hasta el día de hoy, 17 de octubre del año 2025, y tras un mes de hurgar entre ruinas digitales —cementerio de blogs, espejos rotos y manuscritos con olor a spam—, hemos rescatado lo poco que quedó vivo de nuestras etapas anteriores. de ahí la catarata de publicaciones: ráfagas de metralla disparadas por un sicario enloquecido, empeñado en que las palabras no terminen convertidas en polvo de servidor.
era necesario hacerlo. no por nostalgia sino por higiene: para que transtierros no se confundiera con esa otra fauna que habita el ciberpáramo poético, donde cada alma doliente se retrata junto a su propio poema, convencida de que el filtro valencia es una estética y la autoficción un género de fe.
cumplido ya con estos menesteres podemos anunciar con cierta alegría y bastante escepticismo la convocatoria para la nueva etapa de transtierros. y para que nadie diga luego que no fue advertido, van las siguientes disposiciones, redactadas con la misma precisión que las cláusulas de un testamento:

  1. textos inéditos (o casi): nada de reciclajes de facebook ni de poemas publicados en revistas que solo leen sus propios editores.

  2. introducción y nota biobliográfica: aclaren de dónde vino el texto —si nació del tedio, del exilio o de un error de formato—. y añadan una breve nota biobliográfica (sí, bioblio: mezcla de biblioteca y biografía).

  3. publicación: desde la semana del 3 de noviembre, los textos aparecerán los martes y jueves, días santos de la irrelevancia poética.

  4. economía ética: en transtierros no se paga por ser publicado, ni se cobra. esto parece una obviedad, pero hay lugares donde se cobra por miseria estética.

  5. sobre el laboratorio: no hay vínculo, salvo mis huesos. publicar aquí no garantiza nada allá, ni viceversa. quien busque escalafones literarios, que se inscriba en linkedin.

  6. textos e imágenes: cuando pido textos, incluyo también materiales visuales, artefactos, reliquias, delirios ópticos o cualquier objeto sospechoso de tener alma.

  7. plazo fatal: entre el 3 y el 10 de noviembre. de ahí en adelante, la revista —permítaseme el exceso de fe al llamarla así— aparecerá los martes y sábados, con la puntualidad melancólica de un tren europeo en invierno.

agradezco de corazón la complicidad, la obstinación y el humor de quienes aún creen que escribir es una forma de resistencia, no de branding. y a quienes llegan tarde, recuerden: el olvido no da prórroga.
para toda duda, maldición o súplica:

📧 medoferrero@gmail.com
o a mi cuenta de facebook:  

Gracias.
MM