ALICIA SILVA REY/ MOLESKINE


                                                                                                                                                                              maría maglionico


A mi antepasada, Anna Franza, nacida en Prato, la Toscana (1890-1936).

Bajo el título de BORDADOS y PASAMANERÍA, consignó en libretas cosidas a mano notas sobre economía doméstica, herboristería, recuperación de hilados en lana, bautismos, desconciertos, traducciones, dialectos, juegos de manos y demás textiles.

Creo en Milagros porque aprendí a Escribir, escribió.

 

Desconciertos

 

1

 

Los “bárbaros” traían 

el incienso y la mirra

de los nuevos sentidos.

 

Fuimos,

sin saberlo,

la mutación en curso

de una conciencia

disipándose.

 

Nuestra meta era (la incertidumbre),

nuestra vigencia dependía de la intrusión

a las viejas aldeas

por los sistemas de pasaje

que fuimos.

 

Te digo amor a ti.

 

El procedimiento es veloz, 

un impulso

en el que soy y eres

a excepción de que, 

por un instante,

la impaciente realidad nos orbite.

 

No será el vértigo de una revolución

sino el hambre en su punto exacto

de saciedad sin nada que interrumpa

la fluidez del alimento.

 

Te amo te pierdo como

la intensidad fluvial de

la seda en

la sirga. 

 

Animal mío, amigo mío, 

eres sin extinguirte

y sin mí.

 

 

5

 

¿Dónde, cuándo comienza el sendero que lleva a la abubilla 

     en la nieve?

 

Si no has sabido separar una gota de frío de una flor de abubilla.

 

Si el secreto estaba en el intercambio de los sentidos.

 

Si fuimos más livianos que un algoritmo 

y a la vez más estúpidos.

 

Era un Portal y no sabías 

pero ahí te reclinaste alelada

y el cansancio fue de resultas 

de haber orado sin orar,

de haber atravesado como una onda 

el tiempo en un incierto espacio:

la niña en la camilla, dormida.

 

Y vos con el morral sensible 

apagando y prendiendo 

luces para que ciertas manos 

cortaran lo que debían cortar

y con dulzura luego se apartaran 

en un sistema de todos modos vivo

sin saber, pero hilando, constelando.




 


                                                                                                                                foto Darío Miale



6

 

Lo frutal del lenguaje

entre dientes

echado como baba

de gata

cuando ha comido pasto

y vomita su cría de gata sin cría,

esa baba que a nada huele

y los tubérculos

de los helechos del patio

poblado de rizomas.



N.B.: puede cambiarse la palabra lenguaje por cualquier otra como: prestigio, horror, olvido, silencio, síncope, rencor, usura, mayo, pena, cuerpito, espanto, desprecio, silencio, pasión, belleza, vejez, muerte, locura, etc. —guardando la concordancia de género correspondiente—. 

 

En lugar de frutal podría ir: cordial, profundo, neutro, invisible, abisal, remoto, ingrávido, nítido, rural, dadaísta, sombrío, Ugolino, cantable, circular, fluido, escandaloso, descafeinado, fatídico, soluble, rampante, etc.

 


Bautismos


3

 

[POEMA] Картины метлой рисует дворник из Ижевска. Когда появляются на снегу его рисунки дети просто прилипают к окнам и с восторгом их рассматривают 

                 Un barrendero de Izhevsk (la capital de la república de Udmurtia, en Rusia) pinta un cuadro en la plaza, sobre la nieve. 

Lo “pinta” con su escoba. 

La gente se despierta a la mañana, mira por la ventana y así comienza el día.

 


6

 …el campo que pacen estrellado 
las fieras altas de la piel luciente.

      

“De uno de los sonetos a Lisi”
Francisco de Quevedo.

 

El conjunto aportaba intimidad, 

el ritmo, dábase en partitura. 

Carta navegable

leída a ciegas 

a causa de impulsos 

en los que se perdían. 

 

Hundirse a penas, 

a la altura de los omóplatos. 

 

El brazo derecho establecía 

amarre con el cuello.

 

Vistos desde cierta distancia, 

los cuerpos conformaban 

la más pacífica, 

la menos física de todas las escenas posibles.

 

Otras imágenes cayendo 

en caireles blanco brillante:

 

desnudos,

formas que han sido,

modulación de la carne en los huesos.

 

 

Dialectos

 4

 

Etimologías: rastrearlas,

—pensaba y distraídamente 

descolgaba del árbol un coy. 

El sapo apareció de pronto boca arriba, 

blancuzco, yerto en la última claridad del jardín. 

Está muerto —grité—; pisé un sapo. 

 

El gran simulador, llevado por mi grito, 

saltó sobre sí mismo y su barriga plana

se escabulló a los saltos—.

 

5

Pavese no quiere que yo lo lea.

 

El corazón de Pavese yace en su pecho

acorazado.

 

Sobre él caen rayos y centellas

que el corazón de Pavese crea.

 

Impulsos eléctricos,

fisiológicos.

 

Ni es conmigo ni es sin mí.

 

El corazón de Pavese

me nubla el corazón.

 

Pavese è anche nella marina medievale
ciascuno degli scudi che i marinai, 
al momento del combattimento, 
disponevano lungo le murate della nave
per formare un parapetto difensivo.*

 

* Traducción de Jorge Aulicino

 


teaser: PAYANA. LUCAS MARÍN

  



                                                                                                                                              foto de Yael Eban




amanuense
logra una máscara
membrana entre luz
canta olvida época
cara cuento y hace
un baile dentro
del infinito

en la templada fiel forma

 

 




Oh volantín
con esfera dibujada
vuela cada vez más alto
y anudo el hilo de repuesto
sobre el hilo madre que sostengo
jalo hacia la tierra ya que el huracán
tironea hacia el espiral ilimitado
aúno ambos hilos y no pierdo
nudo de relato y reverencia
ato sierpes dimensiones
sumo hilo mientras
sople viento

 




veneno
dorso ver
curvando en oro
sonido punzar de cicuta
venera caracol que discurre
venérea sierpe suerte ciclópea
film en grave ojo ola en la ida ondulada
ya ven heno de a poco a la mente alimenta
menta con gracia divierte este cuenco espacioso
badajo cráneo abollado bollando brillante cerúleo
dormido en el ojo centenio se pierde en el hielo la pista
acaba conmigo en signos colmillo de ofidio veneno silencio

 



 

en bandada entro en la circunstancial
puerta que abres de particularísimo polvo
cuando gastas la llave en su bronce tu fruncido ceño
entro ya múltiple y siento el silencio campana
la sal ya caída del pecho arcoíris se abre
los hilados del aire hecho de antes
los silencios reunidos
como pájaros idos apreciamos tu cielo
nos creamos en tus claros esteros
son los nidos pulidos con el brillo del oro
en bandada los siete colores
por el prisma presente
en tu cuenco ya sales
breves diamantes
pequeñas raciones de aves
convidadas por dioses que aposentan en sangre
hogares flotantes      idonido
mineral en la carne
numeral redimido
son las notas
que oyes

 

                       

 


 

cetro mántrico
cero donde calzar
descalzo mientras tanto cerdo
tránsito en el descenso inmundo 
atrapados aquí alzo mi cetro mágico
en el subtiempo argollado caigo
empuñado mástil con aros
frotan frutan columna y asta
el cetro mítico del tempo salto
por la corona tu vientre hálito
anillos rematados en pétalos
flexible escama lagar lagarto
rapto en utensilio de cedro vasto
cetro álgido vibra cada vértebra ad-vierte
aliento serpiente des-hábito en el silencio
tacto en lo yerto y bajo en cero grado en cerdo 
tierra negra  y el colmillo luz en materia espesa 
renueva su nutriente centro cetro hasta abajo
del viejo árbol y savia brilla y llega hasta el graznido
y la tinta magra que descargas en fluido con secuencia  
en seres ovarios reinos eléctrico río en aire envuelto a sonar
antiguo eco elemento en notas sostenidas bemoles y rotas
trance de estrella viejo destello ocupando número y sitio
donde universo devora quieto en los sentidos su pensamiento
pesando en plumas unos latidos guadaña guarda con su misterio
noche de notas surgentes como luceros que paren juntos
campanarios ruidos demiurgos péndulo y plumas de la serpiente
dados o dioses en sus carretas que ya sin eje narran sonajas
nuevas rodajas reales tonadas carnes abriendo la misma llama
para posibles mundos en siempre o en los altísimos horizontes

 

 




 

el discípulo abierto
en manchas de tigre
el maestro pensante en la rienda de sí
el extranjero permanente nómade hasta el fondo
el que obtiene una forma de equilibrio
el éxtasis de ser elemental
la voluntad de cuerpo
el hijo rebelde
saturno
el oro

 

 

 

 

dado sin rol
la recurrencia de seis
caras lo mantiene junto
veintiún ojos y una
incógnita en su centro
persigue el sol
con sus disfraces
su azar es sal
mutación
al cero 
espejo
lago
posible
en el plexo

cuadrado
parece cruz
los santos son animales
la geometria humana
el corazón de los astros
la furia eterna
la muerte amiga
 



 

 

estoy ya fuera
la síncopa el vino
de la copa el ánfora vela
por no se derrame
la danza del soma la críptica
nota te nombra azulada
en el edén erosionado
aroma siento
silencio
reposo
en la natura
despierto
en el sueño de la rosa








Lucas Marín (Mendoza, Argentina, 1974) es un artista multidisciplinario cuya obra se despliega en diversos formatos: pintura, dibujos, fotografías, micro-escenas y poemas en un continuo de investigación que actualmente incorpora la danza. Ha realizado diez exposiciones individuales y ha participado en más de treinta muestras colectivas. También ha generado proyectos de intervención en la escena artística de Buenos Aires como Mapa Líquido, un espacio donde pasaron cerca de cien artistas. Entre 2010 y 2017 dirigió la Fundación Pan y Arte, vinculando diversas ramas artísticas, movilizando grandes cantidades de público y con reconocimientos como el premio teatral Ace a la sala. Fue parte del equipo de creación de la beca ABC de Artes Visuales, única beca gratuita que dio lugar a tres grupos de artistas (41 becarios) luego reunidos en un libro. Realizó curadurías y textos para más de 35 muestras de artistas de varias generaciones en diferentes espacios. Desde el 2018 coordina el área artística de Umbral Cultura. Es docente desde hace treinta años en su taller y en diversos formatos y grupos, construyendo un método de enseñanza que denomina Caja de Herramientas. Hasta ahora ha publicado los libros Pizarras (2014) y Flor inaudita (2021). 

 



teaser. DANIEL FREIDEMBERG. MATERIALES




                                                                                                                                                         fotografía de Joel Sternfeld
                                                                                                                           



 QUÉ DICE DE TODO ESTO

 ¿y los que miran desde la ventana?

¿tienen historia? ¿les picará algo en sí?

¿nacieron con fórceps o no? ¿saben rezar?

¿miran? ¿saben qué miran?

¿tiene sentido para ellos la palabra “mirar”?

¿cuánto hace que pasaron

por sobre su estatura el peine?

¿de atrás para adelante o

de adelante hacia atrás?

¿o no era un peine? ¿no tienen

urgencia en hacer pis? ¿se ataron

con cuántas vueltas los cordones? ¿sabrán volar?

¿faltaron alguna vez a clase? ¿estornudan? ¿eructan?

¿se angustian cuando se les corta la luz?

¿vieron alguna vez amanecer? ¿adeudan?

¿temen que el mundo se deshaga o no?

¿saldrán de la ventana alguna vez?

¿seguro que es ventana ahí donde están?

¿en el planeta Tierra,

hecho con átomos, como es que

según tengo entendido, me hicieron?

¿átomos soy, al fin y al cabo, como ellos?

y Dios, ¿qué dice de todo esto?

 

 

EN SU SER DE ESO QUE ES

Es de homo sapiens

eso que, concreto,

depositó ahí el mundo:

materias reunidas,

a su manera elaboradas,

siglos, milenios, de evolución detrás,

por un plausible sistema digestivo.

 

Eso que yace con su

forma exacta,

ya sin olor casi,

entre el umbral y la

botella de plástico,

traído fue, dejado puntualmente fue,

por las mareas del tiempo

y los procesos de la materia carnal,

 

Exacto,

en su ser de eso que es:

átomos, fuerzas de gravedad, conjugados,

a unos centímetros nomás del umbral,

como si el mundo hubiera estado esperando

eso que tiene su forma de ser,

ya sin olor casi, ya sin nada

más que lo que es,

ahora, ahí a la vista, en su espacio,

situado como cualquier otro en el cosmos.

 

 

EL PUM, EL CRASH

 Chocó, se

fue, de

cara, era

su gran destino,

entró,

como si

fuera su in

tención

a la farmacia:

el crash, el

pum, la

correspondiente alarma

sacu

diendo el mundo

a través de las almas.

Su crash, su pum y en

cama de vidrios rotos, yace:

su gran

reposo entre

lo roto,

cierto, como

si hubiera sido el plan.

No hay buitres en

este paisaje,

no hay diablos

prendiéndose a

cobrar la presa,

ni el orden

se corrió

ni un poco,

ni los cielos temblaron.

Orden de lo chocado y lo

que choca, ¿no?,

sin diálogo.

O será eso el diálogo, quién sabe

 


CON TIZA

 Dibujado con tiza el corazón,

                                   casi borrado,

no es corazón, pero lo fue.

¿Para qué cosa? ¿Por qué en esa pared?

¿Por obra y gracia de qué fuerzas?

¿Y el gordo que apila cajones? ¿Y el ruido del motor que arranca?

¿Y el jarro verde para poner las monedas?

¿Y el sol del borde de las hojas del plátano?

¿Y las historias que acá, donde

alguien con tiza dibujó un corazón,

hicieron de alguna manera sombra

antes aun del dibujo y después?

 

Desdibujadas también las historias.

¿Y las historias que van a venir?

¿Desdibujárase todo en la pasta

inocua, rancia, del aquienleimporta?

¿Los corazones en dibujo? ¿Los dedos en Ve?

¿Los finales de clase? ¿Las citas furtivas?

¿Las manchas de tinta? ¿Las velas que no arden?

¿El estallido tras el cuarto gol?

 

Trozos celestes de algo de loza, dispersos,

que ya no hay modo de volver a juntar.

¿desdibujáranse de su condición de trozos?

¿Las altas noches previas a resaca?

¿Y la nostalgia del paraíso perdido?

¿se perdió también?

 

¿La sangre derramada, los juramentos de amor?

¿Las correcciones puestas a último momento?

¿Las ocasiones que falta resolver? ¿Y las resueltas?

 

 

 

 

 

Daniel Freidemberg (Resistencia, 1945). Poeta, crítico, ensayista y periodista argentino. Publicó entre otros libros  de poesía  Blues del que vuelve solo a casa (1973), Diario en la crisis (1986), Lo espeso real (1996), La sonatita que haga fondo al caos. Antología (1998), Cantos en la mañana vil (2001), En la resaca (2007), Abril (2016) y En vidrios rotos reflejos de sol: Poesía reunida 1973-2024 (Dilema, Madrid)



LUZ PICHEL. “QUÉ BIEN LO PASÉ”,DOS LIBROS DE ÁNGEL CERVIÑO.

 



¡Qué bien lo pasé leyendo Poco Lázaro y Mi religión! La oracioncita, “qué bien lo pasé”, es en Poco Lázaro el epitafio que escribe para sí mismo el autor —podría ser—, o algún figurante, o un personaje (¿he dicho personaje?). No recuerdo bien y creo que daría lo mismo. Bueno, no sé.

 Quien haya leído estos dos libros sí sabe lo que es bueno, claro, pero, por si alguien no lo ha hecho, yo no puedo desearles para la experiencia nada mejor que lo siguiente: pásenlo tan bien como yo. Pasadlo bien, relajaos, dejaos andar la calma del entender y del no entender, disfrutad del humor, del lío que se montan las palabras unas con otras para armar su música, su sentido y su sinsentido.  Disfrutad de la ironía, de la parodia, de la retranca, de la irreverencia con lo sagrado. No, eso no: con lo sagrado del poema.      Tampoco. Ni siquiera con el poema sagrado. Es irreverente, más bien, con lo consagrado de la poesía.       Mejor: lo establecido, lo modosito, lo convencional de lo ya hecho y dicho más veces, muchas más veces de lo que al arte le gustaría. Creo.

Dice Cerviño: "a llorar al teatro"; luego, se supone que aquí lo lacrimógeno no tiene lugar, no lo queremos porque esto es poesía, ¿no? No, no, teatro no es, ¿o sí? Bueno. Bueno, lo que sea (¡poesía!). En cualquier caso, un lugar para la sonrisa, para el carnaval. Ángel nos saca de nuestro estado de confort poético, de nuestro estado de alcanfor, se escuchó por ahí, en los escenarios de la calle  (lo traigo aquí porque creo, creo que a Ángel le hubiera gustado escucharlo). Y todo ello entre muertos ya realizados como tales muertos o previstos como a toro pasado en una especie de mercadillo dominical con altar para la misa y vírgenes descocadas, donde todo es mezcolanza.       Perdón: delicioso batiburrillo. Y sacamos poco en limpio si no es una visión del mundo entre onírica y esperpéntica y bastante poco prometedora.

Pero en todo ese teatro (¿teatro?), me he empeñado, por defecto, por no saber hacer algo mejor, en encontrar testimonios concretos que de alguna manera pudieran orientar al lector o lectora acerca de por dónde van las bombas inocentísimas y nada ingenuas de su lenguaje. Se podría llevar la cosa por un derroche de derroteros, porque estos libros son, antes que nada, lenguaje, derroche de lenguaje, a veces laberíntico, a veces duermevélico (con uve), pero también a veces filosófico y reflexivo aunque no lo parezca después de todo lo que acabo de decir. Y es que no he dicho nada, y no se debería decir nada, habría que sólo leerlos y quedarse con lo que el dios de las palabras y su música, sus requiem y sus te deum, sus misterios, las cuentas de sus rosarios y oraciones, personales e impersonales, activas o pasivas, nos dé a entender. Así que, atrevida yo, en un acto aberrante de descontextualización, para no seguir mal-metiéndoos, porque todo lo que yo os diga de este libro no tiene por qué tener nada que ver con lo que ustedes encuentren o hayáis encontrado ya en la lectura, me he propuesto recoger frases de aquí y de allá, de uno y del otro, que orientan al lector de manera infinitamente más bella —viva la palabra— y por supuesto más iluminadora.  Empecé haciendo una clasificación exhaustiva, pero me eternizaba y no era mi intención reproducir el libro organizando frases. Entonces descubrí que muchas de esas frases eran preguntas, muchísimas, quizás más en Poco Lázaro, pero también en Mi religión y luego vi también que había muchas otras que daban más que pensar de lo que en un primer vistazo podía parecer. Opté por menos compartimento y más grano a molino. Me quedé con estas dos: a) Frases de imaginar y b) Preguntas al viento.

Pero ¿cuántas? y me respondí con una frase hecha, que sé que a Ángel también le gustan (algunas): menos es más. En este caso, el axioma es falso, pero de mentiras está llena la literatura.

Aun así,  pensé en lo lindo que sería organizar una sentada de correligionarios aportando, clasificando, degustando, descuartizando, etc., frases maravillosas de figurantes y payasos y personajes y un autor y su careta y el pueblo y sus diretes.

Va:

 a) Frases de imaginar.

 —Déjate ir en el texto como en uno de esos laberintos que el sueño nos descubre en la vieja casa familiar.

 —Nacemos para ver cómo los perros se soleaban en la escalinata del templo.

 —Para concluir la ceremonia nupcial la desposada escupe al suelo.

 —Cerviño es un hereje porque pone la poesía a girovagar y sabe que nada hay más serio que la ironía y la parodia.

 —Del fresco de la anunciación, sólo un hocico de perro se conserva.

 —Alegre va en la corriente la ramita muerta.

 —En el patio, la nieve aprende el idioma del columpio.

 —El poema rebulle en sueños como jergón de prestamista.

 —El movimiento de danza sólo se completa en su propia extinción.

 —Surge en Mi religión una curiosa mojiganga, un catecismo zurdo y vermiforme, un romance de ciego donde hay planos y contraplanos (al teatro se une el cine).

 —No quieras ser el que desplumó al ruiseñor buscando la razón del canto.

 —A su vida le vendrían muy bien unas risas pregrabadas.

 — Afuera la brisa acaricia un tendal de pulpos secando al sol

 —A veces los chamanes tocan el tambor y cantan sólo por gusto.

 —Los pétalos caídos al pie del búcaro son el medio de pronosticación más fiable para asegurarse un matrimonio ventajoso.

 —Cuando una palabra es convocada a un poema, sus compañeras contiguas en el diccionario comentan que se fue al teatro.

 — El lector muy pronto advierte por dónde transita el humor y la parodia, entre sibilas de siete años, sacrificios indescifrables y apóstoles embaucadores perdidos en sus laberintos.

 —El vino olvidado que se deja en las copas bien podría ser una imagen del subconsciente.

 —La risa es el rezo que comprometemos.

 —Rendimos culto a la mala hierba y a la húmeda lubricidad de la lengua materna.

 —Aquí cualquiera se siente capacitado para dispensar emblemas y trabalenguas

 —La disposición al goce nos aproxima a la divinidad

 —Los santos sanadores suelen haber sido niños enfermizos y retraídos.

 — El fin del mundo se anunció con unas notas de cha cha cha por la megafonía/ en el prado las vacas arden sin pestañear.

 —Como ancianos mirando tiovivos, nos contentamos con muy poco.

 —Las criaturas existen para que Dios pueda contemplarse desde diferentes ángulos.

 —En muchas situaciones de nuestra vida diaria se echa en falta un coreógrafo.

 — Érase una vez el ventrílocuo pateando a su muñeco después de la actuación.

 —Como sucede en otros libros suyos, la poesía de Cerviño se contamina del género teatral, que viene a ser el espejo óptimo de la existencia y, a su través, proyecta una poética que abarca y define toda la obra.

 

b) Preguntas al viento.

 

¿Es tiempo dilapidado todo aquel que no empleamos en contemplar las sonrosadas nubes que pasan?

 ¿Un disfraz que se lleva durante mucho tiempo sigue siendo un disfraz?

 ¿Cuáles serían los nuevos dioses? ¿Queda alguno?

 ¿Por qué siguen obedeciendo los perros?

¿Este hombre aprenderá algún día a sufrir sin decir algo irónico o gracioso sobre el sufrimiento?

¿A qué personaje responde su voz natural? ¿A quién ven cuando me hablan?

 ¿Estamos en una alegoría?

¿Qué sabe la raíz de los bochornos del pétalo?

¿Cuándo colapsa la ironía y se envenena en sarcasmo?

¿Falta mucho para la otra vida? (le pregunté a un payaso que bajaba)/ ¡Qué pequeñas son las lágrimas! (me respondió)

 ¿Habrá que decir palabra en el otro mundo o allí las percepciones se expanden en ondas de energía y luminosidad?

 ¿Dudó dios ante el boceto del murciélago?