lunes, 8 de septiembre de 2025

SILVIA GUERRA. ESAS FIGURAS DE LA MODULACIÓN

                                                                                                                                fotografía de eunice adorno


 

 Cloto

Afuera, en el cóncavo espejo que es Ahora

un fino entretejido se suspende: alguien

habla de dos, otros de cifras que son inmensas cantidades.

 La ascendencia se pierde en estratos

que no tienen demasiada importancia.

 Se nombran los caminos los pazos los pequeños jilgueros.

 Se camina sonriendo por la empinada cuesta

con las botas sucias del barro del camino.

 Se llenan los carrillos los rojos los sonrientes

de un aire

que ahí arriba se dice que es purísimo.

 Y se habla de la guerra. Del color de la guerra.

 Y aparecen los muertos, en fila, con el plato vacío

me preguntan algo que no entiendo, no entiendo qué me dicen

no entiendo qué hago ahí, por qué me siguen.

 Y yo no sé qué hacer, y ellos tampoco.


De Nada de nadie

 


Verbigracia

 

Hilos. Invertebrados. Largas madejas.

Tubérculos oscuros.

Leguminosas.

Rizoma.

Emerge hacia la superficie. Corre

como cordel, pequeños bulbos

Familia se escribe con minúscula, es un yuyo.

Ovario ínfero, es el que duele por el rema, es

lo que queda. Una semilla sin endoesperma,

el almacenamiento es en depósitos, el

almacenamiento es como el tiempo, no es de nadie

Está, permanece, gotea en los galpones.

Entra y sale la gente los animales las demás semillas,

todo. Él permanece humedecido en la penumbra quieto.

Los cotiledones son oleosos en el ovario ínfero, el embrión

de la semilla es recto. Gineceo

es la posición del ovario

Puede decirse infinitos

La dispersión es por el viento

O los insectos.

 De Nada de nadie

 

32

En la otra punta de la línea se balancea la impotencia

 Pero en medio está todo. Pugnando por su forma imposible.

 Acumulándose en el producimiento interminable. Se huele

 se oye el ruido de fondo que acelera su pulso. Emerge

 de los sueños mezclada con la niebla en jirones, crujiendo

 de asombro en la penumbra. Acunada, y el diálogo

 amoroso que descansa en la paz del laurel. Preferís el mes de

 tierra removida como marca el recuerdo y esa voz

 que se escucha en los andenes de alta velocidad repite

 no te creas –no te creas–

 no te creas –no te creas. Se sostiene porque la sola vida la sola

 manera de estar vivo ha dictado esa cifra. Que gotea en

 la especificidad del tramo. Aparece en los ojos la perdición

 justo cuando la enfermedad daba la vuelta.

 La proyección tira del halo más allá. Que jala. Ya nadie sabrá nada.

 Solamente retumba la voz de los andenes al compás del zumbido

 Y parece que dice Chajá! Chajá! Chajá!

 (de Todo comienzo, lugar)





Foto de Eunice Adorno


Jota aspirada

Hache. Pedazo de aire comprimido

para salir de madre

de la patria de dios. El nombre

que se pregunta en corte

en vidrio, entre dos vidrios.

El nombre del español en femenino el nombre

traducido que también pensamos cuando se piensa

el modo de llamar a una hija. Suerte

la hija suerte la patria

lejos la madre lejos dios, en otra parte. No importa

la manera de decir sed del haber. Haber sido, creer

haber. Sido.

Hay una gracia ahí

En la conjugación del ser, en

Sido.

 

Sin embargo el arrastrar de las flores continúa

 

Una madre hay que dice, que susurra bajito,

que me avisa: “no son besos, Susana, si es el aire”.

 

La letra muda de no nombrar 

pasa entre los dientes separados

entre los dientes

Muda. Una aspiración el celo

que asciende con los ojos fijos en el cielo.

Empaña el espejo: 

Si no es beso

si es el aire

 

Trasegar con las flores inmensas las coronas

en cubos de metal en vasos altos de las terrazas

desprendidas. Ramos, pétalos transparentes

Nácar.

 

Hache, pie que no ha existido nunca

doblada sábana del aire en la arena mojada

se recuerda a la mar; la sábana blanca a la mortaja

el olor de hospital mancha la cama el colchón transido

me recuerdo del mar, el gran mecido sin ojos

que es el mar rito de comenzar perverso volver

a empezar otra vez, otro día, la mano por la tela; 

En el espacio vacío puede haber hasta, todavía.

 

La letra, Muda, no produce

no hace efecto fónico y así sin potestad

designa el afuera imposible, el afuera

que habita un aire carcomido. Antepone

sustancia del decir, idioma

en sitio de rotar

ahora silencio. Ahora

sólo el viento agujereando en las cañas

sólo el viento, Silbando.

 

Algún refugio tener eso, la palabra

Refugio, quedarse fuera

en la portera, en el alambrado con

el niño que se mece, que sonríe mirando

hacia la ruta

Hache, la ausencia del sonido no nombra.

 

Gula no abarcar, gula ser una, Nunca plural

Nunca el umbral del abarcar bajo la umbrosa

del entrar y el salir, la providencia de poder

el poder de decir poner fuera, sacar, afuera estar

lo que fuera no alcanza también prefijo puede ser

añadir, puede preceder la idea a la palabra

de la que no se tiene rastro por lo muda

de la aspiración tronchada o Prefijo que

puede anteponerse y entonces la idea

fija entre alfileres puede

ser doble y diversa y puede

ser sacar, o puede, ser poner.

 

Irse, al afuera.

Ser, extraído.

Estar, apartado.

 

Y ver en el ex como prefijo la

particularidad de anteponer al

abundante corazón la locución

completa: afuera quedar siendo

Intemperie, desdice la promesa

lo que era, a veces, excesivo

Inspira, Ahora, jota afuera,

la palabra extranjera, la hija,

lejos.

 

Le viene a la cabeza hendida por el

viento rozada por las flores:

 

No seas paciente

 

Sé insaciable

 

Sálvate a ti misma; no puedes salvar a los otros.

 

 

Hacha la hache

silencio que queda después de caer

un árbol tronchado por un hacha.

Silencio es lo más vivo.

 

Sálvate a ti misma.

 

En esa larga lista en fila

Invoca rememora revive

ese silencio. La semejanza

es lo que relaciona este tipo

de muerto, este tipo de nomadismo

inacabado. Jugar con hachas es una

aspiración.  Inspirarse en la Hache,

que desde su lengua migra.

Extraño es extrañar, la penuria de

madre sin la hija. También puede

aspirarse la jota para decir el extranjero

una tierra que se extiende en otra parte.

Y este callar, un lujo.

 

Sé insaciable.

 

Sé insaciable: Hache abrevia

el hidrógeno del agua la fuerza

del caballo, el as de toda bestia en ex

Abrupto. Violencia puede decir soltar,

puede ser contestar. Ahí una loca.

Que contesta, que sale. Hidrógeno en

el agua, una respuesta brusca a que

se expone el que propone. La fuerza

del caballo coz bufido destemplanza

la exuberancia promete del exceso en

la idea desborda carnadura en la hebra,

alambre en el tapiz.

 

Yace alambrada con agua sobre

el charco lanza la piedra y abre

lo impalpable. La ausencia

de figura un haz de plomo la

mano que separa y que junta,

la mano que separa el murmullo

pensamiento imbricado hendido

de ironía batiendo a doble, en

duelo.

 

No seas paciente.

 

Hache es envuelta entrañada

a la entraña evita levitar

vitando.

 

No impide la fusión entre

lo que está interpuesta

y sustituye El,

La, del nombre en femenino:

el hacha.

 

Herramienta que se usa para

Tronchar, un árbol, por ejemplo,

una cabeza, que, cercenada, rueda.

 

El haz de luz no impide el escozor

el vaho inmóvil. Hatillo con las ramas

haz de espigas haz; de todo eso, un canto.

 

Sin medida excesivo el trance aumenta.

Inclina exclamación, o clama. La tierra

de la boca, el hormigueo recuerdo que  no

acaba de irse. El terraplén de tierra la boca

con la tierra. Toda la sombra pertenece a la arena

toda la voz a lo hondo de ese mar que devuelve y es

con la boca llena que se hace un terraplén.

 

Vuelve a los restos de difunta desentierra

otra vez el dolor que tensa el arco de la nómade.

Recuerda o rememora.

Revive. Resucita. Esa cumbre está viva.

 

Fuera afuera

Y fuera otra,

y si fuera,

 

Es la vocal que extiende el vínculo

que hace inherencia entre y prende.

Hecho, hache, qué dice la primera

manifestación de toda cosa, la primera,

hecho: vivir es tener vida.

 

Exterior fuera manifestarse en actos.

Extrema a la extranjera. Extraña de

esta habla Inesperada clandestina

Aparta, es apartada. Rehuir, huir, de nuevo.

 

Salir, irse, no estar. Hacer

cruces, hacerse en cruz pasmada

sorprenderse. Atónita la boca

estará abierta, sentir la falta:

mugía la vaca extrañando su cría

 

desentrañarse, extraña de la entraña,

salir de la tierra equivale a otra construcción

la forma de ese ser, en tierra ajena.

 

Extrema la cabeza en ese extremo. Gime.

El grado último de algo. Extremada es

la cualidad que da este grado; de ella parte.

 

Extremidad también es punta. Distinta

distante punta. Fin, final fondo, lado orilla,

Colmo

la cualidad de una circunstancia.

Cálmate. En tal extremo

Alejada del punto en que se sitúa

El que habla. La,

que niega, La

que puede extraviarse.

Tomar por el camino equivocado,

perderse.

 

No fija en algo como cuando se

mira normalmente sino fijos en

una cosa lejana e invisible, ojos vagando

en todas direcciones  Al extremo, en extremo,

dar por propia esta ganancia bruta:

Transhumar los ganados.

 

(De este lado del mundo, Daniela,

Las puertas del campo las abres tú sola.)

 

  • citas en itálica de:
  •  Maruja Díaz
  • Arianne Rich
  • Blanca Wiethüchter

 

(de Pulso)


Todo comienzo

 

 2

 

No quedaba tan claro como viene. Si es del anudamiento
o es del pasmo, Nunca sabrá el olvido lo que cubre.
Balanceándose como un vestido de verano en la azotea
insinuaba opulencia en el verde, advenimiento
de lo casto produciéndose, océano desde sí
más a la espuma. Recorría la costa buscando
entre las rocas veletas animales del plancton
partículas de seres que la noche ilumina. Hasta
ahí, el canto era otra cosa.

Después la oscuridad pone su marcha y en la pregunta
aplasta lo que emerge. El mar como un fondo o apego
algo que llama. Siempre a llorar por esas mismas partes
de cielo, esos recortes de la costa en las desembocaduras.
Hay un borde en el que crecen pinos que perfuman
el viento. Una superposición de mareas, una alborada
saca polvo del astro: debería el tiempo respetar esas cosas
y las líneas dibujarse en otra dimensión.

Cables trenzados, rayas que no cesan.
Las mujeres se agolpan. Los vestidos
se achatan, quién quiere remontar esa subida,
si son monos famélicos que desde la cima
tiran piedras. El traje en la ventana se ventila
y guarda, entre las fibras, las temperaturas de la brisa.

Puede ser que la muerte se introduzca esta tarde.

 

Puede ser que se anime, o que no le convenga.

 

Como esas rutas que atraviesan los campos, es
el mismo campo compungido atravesado por la
estepa aunque a esa altura ya haya surtidores, agua
en baldes de lata, remansos en la sombra.
Lo que queda de ahí es viento amable que a veces
trae perfume de fruta, de hojas de limonero, de
árboles de duraznos agrupados. Así la medianera,
así el silencio de la distracción y la distancia.

Pasa una nueva altura sobre sandalias libres que
lleva de otro modo la minucia. Y se desprende la
blusa en la frescura del color violeta. Pasa la luz
y filtra lo que el sol dejó en la fruta, más
perfume viscoso, el tiempo apremia.
Sólo el alrededor que queda en los
cordófonos cuando pica la tarde entre las aves.

Arma la rama que dice sólo Ahora.

 

Los vegetales se deletrean entre los dedos.
Las yemas que apaciguan al tacto del socaire.

A la textura de su crecimiento.

 De Todo comienzo

 


 



 

 

YOLANDA PANTIN. teaser: 21 CABALLOS

 


Ese libro, 21 Caballos, tiene muchas referencias a la locura, porque lo que puede ocurrir es que te vuelvas loco. Yo quería meterme en sus cabezas para tratar de entender, quizás para desentrañar los misterios de la política, los tejemanejes o lo que sea, pero en el campo político, hasta que me di cuenta. ¡Cuidado!, porque hay un riesgo. Y el riesgo es perder la cabeza. Está dicho expresamente en el libro, la locura de Malévich, que finalmente es la mía también. Esa caída, ese quiebre de la cordura, estuvo en mí durante muchos años y ahora es que me doy cuenta de hasta qué punto. Me hiciste releer 21 Caballos. ¡Dios mío, las cosas que yo digo en ese libro son terribles!

YOLANDA PANTIN
(Entrevista con Hugo Prieto en: https://prodavinci.com/)


21 caballos


                                                    Los doce caballos de Malevich son veintiuno



FIDELIDAD

                                                                Vivía inútilmente leyendo los periódicos
                                                                                            pensando en el enigma del poder
                                                                                                y en las causas de la obediencia.
                                                                                                                            Adam Zagajewski


a las preguntas
que hemos transitado
a lo largo de estos años
y quedan sin responder
huérfanas;

a los posos

cuando ‘algo’ viene desde
un resto antiguo que
azuza el temor
con cristos
en los cruces de caminos;

a los vampiros;
a las pesadillas recurrentes;
a los olvidos
sumidos en pobreza
y astuta sumisión; a los trazos
que nos dicen

de la mano de un niño
sobre un mapa
socorrido, y
al intento de comprender.



DESIDIA

Dejo pasar versos que se pierden
en un nudo de voces, y por su cuenta
se van con sus visiones. Los libero
de mis imposiciones, torceduras
de patas, relumbrones que disfrazan
la pobreza de los giros cuando
tratan de volver tragedia a los dramas,
entre telas cotidianas que los
visten en afán innoble. Dejo

que se vayan por donde vinieron,
de mi cabeza al aire hasta que se pierden
entre tantas historias.


TRAMA

Contestaba las preguntas sin responder. Mientras, llevaba registro de las intersecciones, anotando, además, en su cuaderno, las distancias que separaban una estación de la otra en la línea de trenes. Sumaba y restaba los kilómetros. Si había alguna irregularidad su celo la detectaba. Cuando terminaba la ruta que había elegido, volvía a empezar, puesto que, con seguridad a su regreso, alguna rama había cedido obstruyendo el paso. O trazaba un empalme distinto que pudiera sorprender su ‘vista de águila’. Habitaba en la responsabilidad del error. Preso de ese mandato, veía pasar los árboles con miedo a perderse en la maraña infantil.


OFRENDAS

Fantasma es loco. Fantasma es una boca.
Fantasma vive en un hotel en Venecia,
viaja de noche, duerme en Inglaterra,
amanece en Barcelona, pasa
su mano por mi frente.
Fantasma es mi devoración,
las veces que le he entregado mi cabeza.


DICTADO

¿Qué impulso, dictado
del temor, o sin razón
condujo a estos hombres
sobre el fuego
a levantar
una Iglesia en tu nombre,
a ti
que eres pura
cerrazón de invierno?



MEGALOMANÍA

Todo lo que brilla alrededor
es mi sombra.



MONUMENTO 

A la altura,
poeta,
de tus contradicciones.


LA FRASE

No se escucharon
bravos en la sala
cuando nos advirtió
acerca de aquello
que veía venir
en el mar de fondo.

La frase
en su parquedad
fue enunciada
como una línea cualquiera
de los poemas
meditados y necesarios
que leyó sin énfasis.


                                            A Rafael Cadenas

ALESSANDRA YUCA, ZIGZAG

 


Alessandra Yuca (Arequipa – 1996), estudió Derecho en la Universidad Católica de Santa María. Durante un tiempo, uno tan exigente como intenso, estuvo, y trabajamos en El Laboratorio . Por cuestiones académicas ella debió viajar (maestrías, diplomados) dedicándose de lleno a esos «procesos» académicos que, si tienen alguna validez, es la de «registrar» que uno fue capaz de prepararse para algo, mucho más «útil» que la escritura en sí . Pese a ello, Alessandra siempre insistió en considerarla como su «profesión de fe» dejándome, sin quererlo, como el albacea de sus antiguas convicciones.

Pese al tiempo transcurrido, y pese también a la gente que viene un tiempo y se va, yo sigo convencido que Alessandra (junto a Maritza Mejía, Astrid Arbildo y Cristal Alarcón, entre otras) forma parte de una «nueva generación» de mujeres de alto vuelo. Pero como vivimos un tiempo en el cual lo urgente nos obliga a dejar a un lado lo que, en verdad, trasciende, apelando a mi rol de albacea involuntario, me decidí a hurgar en la baulera —¿qué es una PC sino eso? — y, sin ningún consentimiento de la autora, y con el riesgo de ser querellado por ella, pude rescatar estos textos con la esperanza que puedan funcionar con una magia similar a la de un espejo que pueda recordarle a Alessandra esa antigua «profesión de fe».
MM

 

 

Zigzag, ida y regreso

 

Una “A” bien planchada sobre la cama alza sus ojos opacos y me mira, la figura invertida de la piedad me evoca tiernos años /aceitar antes de tejer/ y todos tus hijos sentados dejaban silencios escritos entre cada puntada, tus dedos derechos abrazaban peinetas buscando espacios correctos para hacer lazadas /hebra entre aguja y aguja/ todo lo que versa este campo: es tu voz que se apaga, el vuelo de alfileres retorciendo la dirección contraria, tus horas se descuentan /la primera pasada/ un cuarto oscuro y el más pequeño de tus niños sosteniendo la lámpara, te afanas en estudiar las lanas, buscas pureza en la fibra hoy tus vestidos se irán a Praga /cuál es la hebra que tomas/ recojo tus cabellos apenas canosos los trenzo como lo harías con tus nietas quieres leer un pasaje bíblico pero has olvidado articular, señalas y tu dedo chueco no tiene dirección /seis u ocho pasadas/ tu esposo planchando a carbón, cuida los pliegues, te miras rosada, robusta tu sastre pesado y liso, la plegaria habitual acompaña la cena mencionas al amor sufriendo con bondad, soportando injusticia en la verdad /sueltas el punto, cuentas/ leo fuerte para que mi distancia no desvanezca las palabras, no hay contrariedad: eres plácida viendo las profecías cumplirse, como designios que no necesitan de lengua todo acontece mientras se curva tu espalda y en la queja silencios, aceptas sin llanto, me dices me voy /deja su aguja en ese punto/ yo corría de tus brazos para volver con más fuerza, una “A” retozando en tu regazo tejimos el camino del parque a casa llegamos a la última pasada, mucha vanidad en el anuncio del tiempo, hasta el dolor huye de las jactancias /suelta el punto destejiéndolo todo/.

*

la palabra hace de sí un mundo
el pensamiento cae como cuerdas que se enredan
los tamaños diferentes
tu tacto somero podría decirte cual cargará el peso de tu cuerpo

*

este universo lleno de mundos describe formas de escape
abre un tajo a la tercera dimensión
te enfrentarás a la nada
esa es la huida posible

*

el “no” es el tránsito a las historias que te llevan a un mismo lugar
resueltos los laberintos imposibles
todos los espejos se disuelven
no hay imagen refractada
se devela la unidad,
tú.




HIGO

Con el peso trágico de sus zapatos gastados, muere quien nació en abril
por las lapidarias que en línea recta me esperan limando las últimas tres noches los callos de sus pies

¿Te rasgaron el vestido? ¿Cavaron la fosa?

Lapídenla

Con piedad por ser mi niña,

una seda cubra el rostro, sujeten brazos las arenas, el honor hasta el pecho,
caigan por si hay vida no sean chicas ni muy grandes que me restan diversión.
Me pongo el traje de mi padre y recién es que empiezo a sentir el alcohol,
cuando mis pasos ya están cansados las murallas se pulverizan y se me desconocen las calles, no hay amigos que dirijan, no hay madre que se angustie,
ni amores que se escondan al oír mi réquiem.

Como flecha vertical, reposo en mis esbozos, si en esta madrugada sean tres de la mañana pueda ser que vea con claridad, pero,
Nada Nada

solo ansiar el vómito tras el vino dulce de higo y
unas copas ricas
copas y ricas algunas
chicas chicas chicas
y entiendo a mi amante mayor
chicas chicas chicas
y también mirar… las
sus brazos batirse en vuelo, su cuerpo ondularse en vaivén
no hay pecado que levite más que el mío
estén las otras, lustrando sus botas, de lejos se las ve: quieren ser amadas,
quieren ser musa
ser nieve no…

ser nieve quiero yo
como un cristal de hielo, precipitándose en el suelo, nunca saber complacer
áspera y granular
esas niñas son de amarres
magia negra subliminal
El hechizo de las brujas

Ellas musas
yo tu bruja
Como la Rosen (rosa) vinge (alas)
Cuatro veces mi edad
Ocho veces más virtuosa
Y sus ojos que nunca descansan
Ni se cansan de ver sin conocer palabras viejas que se arrojan sobre una espalda desnuda

Casi oscurece el cielo, para tornarse azul.
tocando el romance ante la tumba
pensando enterrada, tanto yoismo me hace la vida pequeña
felizmente las piedras han tocado mi nuca
la tarea se cumple con destruir
Para crearme en algo que no se nombra
Nadie se acerca al final, tres demonios reparten la coca, más quien puede viaja al cusco y está tan cerca del cielo, que casi casi soy nube
Sin zapatos
Y mis pies se hacen sombras derruyendo la ciudad bailando la sentencia en nuestra hoguera la piel se quema pareja, y las llagas se hacen benditas cuando las toca el vino
y el que vino, sin saberlo lo compone todo
destruyéndolo primero.

MADRE

Como loca, una celebridad permanentemente acelerada/ eres demasiado pequeña para dejar el nido/ más nunca tan joven como hoy/ cuando mi espejo callando su imagen, muestra de alguien: Idéntica a mí.

Líneas que se translucen presionándote a la edad de ir y venir muchas veces repasando pasos adolescentes que inútilmente la devuelven al mismo lugar.

Víctima y victimaría del espíritu de su época/todo y nada se suspende/es la miope entre la vía y el de pronto la ha puesto en el lado salvaje/ enderezando tus lentes no es eso lo que mejoras/ y ya nada puede hacerse: Idéntica a mí.

Y no por la misma peluca/ ¿Te digo - Me ves? todo lo que es tuyo ya no te pertenece ¿Te digo- Esta edad a dónde corre? Te digo- Estoy en donde los compasivos han dejado sus vueltos y se han ido.

Ansiosa te observo doblando la esquina cuando tienes siete años/ un apéndice imaginario y desprendido realiza tu imagen te ha hecho confesar el amor y el amor que no eres nada, ser nadie, tener nombre y no el que se te ha dado: Idéntica a mí.

Te reconoces y desconoces en el encender y apagar del fuego/ comprendes no intentar atraparte/ el reflejo te devuelve a esa vía siempre salvaje a la calle que se cruza y está cruzada sin culpa/ son las hijas compasivas de las madres de sus madres/ cediendo oportunidades infinitas/ posibilitando posibilidades/ se posibilita el amor / se posibilita la vida/ la mia vita barbarica/ Una sola palabra esta alma necesita: libertad y en propias alas se prepara para nacer.

 

 

 

 


MAGDALENA CHOCANO. RUIDO CANÓNICO VERSUS POESÍA

  El trabajo de la poesía en la materia de las palabras es un lance lento, a veces acelerado por la irrupción que recibe el nombre algo desg...