MAURIZIO MEDO. MINDFULNESS (CONTRA LA MUERTE)  

 



 


louis eduard fournier

 





 

TERAPIA 1: OBITUARIO EN TERCERA PERSONA (ANTICIPACIÓN PRIMERA)

 


El pasado que nos rodea es más oscuro
que el futuro impelido en una rampa
improvisada con tablones sobre cada
momento transcurrido hasta librarnos
de todo lo que alguna vez fue.


La historia no tuvo tiempo para ser justa.


Maurizio Medo ha muerto. Lo maté en tercera
persona, libre de la errata facturada por insignes
humanistas castellanos. Sin nadie que abogue
por él dándome la contra. Ni envidiado ni envidioso
en el año XXIV de este siglo posthumano
«sin realidad» [en la Realidad]

Que su ausencia ahora sea un motivo.
Ensayemos un relato asimétrico en
el que los recuerdos reaparezcan
traducidos con el aura de esa cualidad
que interpreta los eventos como una
alteración del algoritmo que el Destino
había programado hasta que la vida,
con su narrativa apasionante,
aun cuando mengüe, vuelva a convertirse
en un evento inesperado.

 

Los mil (y un) intentos fallidos para la composición
del obituario revelaron que, en sus diversas versiones,
las acciones de Medo significaron. 

También para mí.

En el siglo XX los antiguos nos referíamos a ello como
algo que, para alguien, en algún momento, revelaba
un «sentido ético», aun en contra de las normas
teologales establecidas para la celebración
de un domingo bisiesto en función
de lo que una vez creímos verdadero.

Yo solo quiero el presente.

 

Entrégamelo con la emergencia de una premonición
por la que estarías dispuesta a morir al lado mío.
En el siglo XX lo llamábamos «promesa».

No estoy evocando palabras aleatorias de la estrofa
de una antigua pavana en un ensayo paleográfico,
rescato solo las que son capaces de poner al mundo
en movimiento sin un Bitcoin o con una llamada
al infierno.


Medo no fue alguien con el lustre que podría
evocar el monumento sobre el que cagan
las gaviotas que sobrevuelan el Parque Raimondi.

La fama es el sol de los muertos. Es un efecto.
No significa, encandila inspirándose en sentimientos
tan íntimos que lo infinito se revela
como el estribillo que el niño perdido canta
buscando el camino a casa,
solo ante la oscuridad.

Tal vez por ello no consigo cerrar el texto final
manteniendo la lógica exigida en una secuencia
sinecdótica. No es por la falta de un gentilicio,
sí por la obscenidad que se esconde en la fábula
de un sucio tren de gitanos, ésa que no queremos leer,
pero por la que haríamos cualquier cosa con tal oír
y enterarnos de algo nuevo. 


No,
Medo no volverá.


El futuro tendría que haber comenzado hace mucho tiempo.

Entonces ninguno de nuestros poetas lo sabía:

los más jóvenes rituaban lanzando las varillas de aquilea
con la idea de obtener un hexagrama promisorio.

La ciencia explica este exceso de profecías como
una respuesta ante el temor que suscita el desenlace
de lo que se ignora. No se puede hacer de los miedos
una ideología. La fama sólo es para unos cuántos y llega
mucho después que se apagaron nuestras expectativas.

 

Quizá cuando las olvidamos sin saber
si alguna vez se cumplieron
o fueron brotes de ansiedad.

 






terapia 2. obituario bostoniano

(murió al menos tres veces en el mismo día)


 

El día en el que inventé a Maurizio Medo
no fue en la vera opuesta del río. Fue en esta
misma ladera. Tuve miedo de su rostro
reflejado en el agua incitándome a
emprender juntos el viaje cuando, de
pronto, los árboles avanzaron
hacia el bosque. Y tuve miedo también
de ir hacia allá. Pero ese miedo ya había
estado aquí
haciéndose oír.


Eran los pájaros. Son una revelación.
Su vuelo nos permite creer que, alguna
vez, hubo una montaña.

 

Hoy soy un bosque que habla. También con
los fósiles en los que ese miedo pareció anunciarse
la tarde en la que Medo murió, al menos
tres veces en el mismo día. Conforme los árboles
continuaron avanzando hacia el corazón del bosque
como ciegas barcazas en medio de la oscuridad.

 

Isaías lo dijo bien:
cada hombre debe caminar
sobre su propio fuego.

No en teoría.

Como una presencia.

 

Quizá esta sea la clave de todo el arte humilde que
se expresa a través del antiguo drama de tener
que resignarse a escribir como si tratara de
la traducción de algo nuevo.

 
Más tarde leeré lo que alguien escribió cuando
nosotros jugábamos a invocar la luz de
un falso solsticio de verano en medio
de una fría primavera.

Lo sé, me estoy perdiendo en otras perspectivas.

 

El bosque está lejos.

 

Querría adoptar el pragmatismo bostoniano
de Howe en un boceto que afirme:

La tierra se ha alejado/del sol y es de noche.

Esta es una  , no del todo elegida.

Durante estos días la lluvia rumora sin
demasiado eco. No como debería tal
si se trata de representar algo que signifique
un presagio.

 

La mujer del clima recomienda quedarnos en casa.

 

«El tiempo no es un acontecimiento».

 

Se trata de un síntoma.


Nos confunde.

 

Tanto como la frase:


cuatro estaciones circulan

en torno a un año cuadrado.

 

Maggie Nelson nació en San Francisco en 1973.

Carece del pragmatismo de Howe, al menos
para referirse a los trastornos climáticos.

 

El clima nunca podrá consolarnos.

 

Lo que ocurre en la tierra no puede
escribirse en el cielo.

 

Ambos disienten.


David LaChapelle

 


 

 

TERAPIA 3: INTENTO FALLIDO

 


Prometí escribir el próximo obituario como
una suerte de renovación de la última cláusula
en mi contrato de vida. Méndez acotó que tal
acción resultaba muy performativa, y lo peor
es que insistía en mantenme con vida
por un desmesurado amor a mí mismo.

Desistimos. Sugirió que, antes de redactar obituarios,
mejor faene ubérrimo en el arte del sudoku entrenado
por un antiguo
Maestro de bonsái.


 

 

 

 




FRANCISCO IDE WOLLETER. POEMAS PARA MICHAEL JORDAN

 



I


la tersura porosa del balón

me hace pensar en la piel humana

nostalgia por el contacto

aunque el contacto sea siempre ilusorio:

lo cierto es que estamos formados de átomos

hechos de vacío

y que los átomos se repelen entre sí

por eso no nos mezclamos con las cosas

por eso cuando tocamos

realmente no tocamos nada



VII

un metro noventa y ocho

de altura

y contra el atardecer

mi sombra se alarga y cubre

al menos cuatro metros

de distancia

ese gigante negro sobre el pasto

de la cancha de golf

no es otra cosa

que la sombra de un enano


VIII

nueve mil trescientos sesenta y seis puntos

cubren la superficie del balón de básquetbol

como las cuentas de un rosario perfecto

 

XIV

en mis salidas nocturnas

a veces me topo con Bob Dylan o Snoop Dog

vecinos que también trotan de noche

por estos barrios periféricos y marginales

en que vivimos los que ganamos dinero

desproporcionadamente

nos miramos de reojo como un tigre que mira a otro tigre

en la oscuridad del zoológico vacío

y lo ilumina

 

XXVII

piensa en esto: un enjambre de avispas

devora a un tigre de bengala medio descompuesto

dos simetrías enfrentadas

la sinestesia de la avispa con un tigre

en su aparato digestivo

es un préstamo, una especie de desdoblamiento

negociación y plasticidad de la materia

no se me ocurre un ejemplo mejor

algo así pasa cuando vistes el toro de los Chicago Bull’s

cuando los poros de tus manos tocan los poros del balón

cuando el resorte de los músculos te despega de la tierra

y te mezcla con el aire

 

 

 


LUCIANA HORVART. TRANSTIERROS: CONSTELACIÓN PARACADÉMICA, RESPIRACIÓN DEMIÚRGICA Y ESCRITURA INAPRENSIBLE

Hace unos días en el momento en que Luciana Horvat, en el contexto de una entrevista quehabíamos pactado con el propósito de hablar de Malincuor http://www.letras.mysite.com/mmed301125.html y, de pronto, me sorprendió poniendo en la mesa de juego su interés en la existencia de Transtierros, confieso que me sentí desconcertado.El nombre de Luciana, más allá de la natural empatía que se suscita entre los eslavos, me resultaba próximo y, a la vez, muy, muy lejano, a la orilla de los cientos de nombres a quienes alguna vez he reprobado. Tal vez por la necesidad natural de capear la posibilidad de un mal rato —y más si este parecía amenazarme en plena entrevista como si se tratara de una contienda—seguí la pauta con aparente concordia.
Si bien Luciana tuvo la decencia de solicitar la entrevista habiendo leído Malincuor, cosa que ya no es muy frecuente, ella parecía estar atenta, aguardando el momento oportuno para lanzar la pregunta que sagazmente escondía bajo la manga. Hasta que se dio. Luciana (la cito) «creció leyendo Transtierros» y, mientras estudiaba en la UBA intentó no una, dos o tres veces, ¡fueron cinco¡ las veces en las que ella nos mandó colaboraciones para Transtierros siendo todas  rechazadas. No había de qué disculparse inventando alguna estratagema. Luciana había regresado a Split como investigadora de la Sveučilište u Splitu, era tenaz. Mostraba ese particular carácter que surge del  inat, el cual no será nunca una exclusividad de los serbios —tal como ellos lo proclaman. Le expliqué que, a veces, las cosas suelen ocurrir así y que, seguramente pronto llegaría su momento —pues, como también le confesé, estaba vivamente interesado en conocer la escritura de los poetas croatas contemporáneos. A Luciana no pareció interesarle la propuesta y, muy firme, confesó: «quiero escribir sobre Transtierros». Pregunté específicamente, pero «¿de qué»? Ella mantuvo un instante de silencio y, luego, muy oronda, solamente acotó: «de cómo el tiempo puede cambiar un refrán, en este caso de cómo ‘a la sexta va la vencida’». La persistencia me conmueve, suele parecerse a la poesía,  y fue así que, con algo de resignación, me descubrí aceptando su propuesta. Este fue, más o menos, el origen del ensayo que comparto, y por qué no confesarlo, habiendo cambiado la resignación inicial por el rubor de cierto orgullo. 
Mejor me callo. Les comparto el texto.

elda di malio


Que una, mientras intenta —consciente, delirante, gozosa, irónica hasta rozar lo indecente, afectiva en la forma de una burla compasiva, autoconsciente de que cualquier intento de reducir la literatura a índices (impact factors, quartiles, DOI, Scopus, WoS, actas de congreso, manuales de estilo, plantillas de peer review, comités, formularios, protocolos, checklist, resúmenes, abstracts, métricas de citación, ficheros de bibliometría, informes de comités y toda la parafernalia burocrático-académica), y consciente de que Lispector (“escribo para saber lo que pienso”, 1973), Barthes (“no hay experiencia más íntima que la escritura”, 1975), Ricoeur (“interpretar es ser capaz de experimentar el sentido”, 1965) y Derrida (“la interpretación es acto ético sobre la palabra”, 1978) anticiparon, celebraron y conjuraron la imposibilidad de reducir la literatura a fórmula, métrica, índice cuantitativo o cita reproducida mecánicamente)— narrar, analizar, contextualizar, ejemplificar, justificar, glosar, interrogar, interconectar, desplegar, argumentar, demostrar, reflexionar, traducir, comentar, digerir, sintetizar, criticar, ironizar, afectuar, leer, sentir, risar, cuestionar, bifurcar, replantear, multiplicar, subvertir, problematizar, sugerir, anticipar, recordar, reinterpretar, entrelazar, resonar, contraargumentar, parafrasear, digredir, confundir, invocar, combinar, hibridar, reorganizar, meditar, especular, conjeturar, fantasear, deliberar, contradecir, insertar digresiones, multiplicar notas al pie, desplegar ironías, ejecutar guiños marginales, insertar comentarios auto-reflexivos, reconfigurar sentidos, superponer capas de lectura, replicar analogías, invocar intertextos invisibles, generar micro-apuntes, desarrollar meta-análisis, anticipar contraargumentos, traducir silencios, registrar pausas, señalar omisiones, construir enlaces infinitos, manipular referencias cruzadas, organizar comentarios marginales, insertar paréntesis dentro de paréntesis (hasta cuarenta niveles), tejer capas de notas, anticipar incomprensión del jurado, ironizar sobre impact factors, DOIs, Scopus, WoS, quartiles, actas de congreso, reírse de la omnipotencia de comités académicos, reflexionar sobre la respiración demiúrgica invisible, anticipar digresiones, comentarios marginales, notas dentro de notas, intertextos invisibles, metáforas dentro de metáforas, analogías dentro de analogías, premoniciones, anticipaciones, desvíos, interrupciones burlescas, traducciones, teasers, fragmentos, fragmentos de fragmentos, referencias cruzadas infinitas, digresiones infinitas, capas de meta-comentarios, comentarios auto-reflexivos, guiños irónicos, ironías dirigidas a la academia, subversiones infinitas, bifurcaciones de bifurcaciones, comentarios marginales de segundo, tercer y cuarto nivel, notas dentro de notas dentro de notas, enlaces dentro de enlaces dentro de enlaces, interrupciones que generan otras interrupciones, digresiones que anticipan otras digresiones, comentarios que anticipan comentarios que anticipan otros comentarios, anotaciones que se multiplican en espiral, juegos de palabras que se devoran unos a otros, guiños que replican guiños, premoniciones de citas futuras, anticipaciones de artículos que nunca serán leídos, llamadas a lectores imaginarios, llamadas a jurados imaginarios, exclamaciones dentro de exclamaciones, interrogaciones que se responden a sí mismas, metáforas infinitas, analogías imposibles, comentarios que se refieren a otros comentarios que se refieren a comentarios, paréntesis que contienen paréntesis hasta cuarenta niveles, notas al pie que se devoran notas al pie, digresiones que contienen digresiones que contienen digresiones, intertextos invisibles que generan intertextos invisibles, fragmentos de posts que se intercalan dentro de fragmentos de posts, digresiones infinitas que se bifurcan, comentarios marginales que se multiplican en columnas, bloques de texto que se retuercen sobre sí mismos y se expanden de manera fractal, capas que se superponen, intercalaciones que se reinician, columnas de notas que interrumpen columnas, líneas que devoran líneas, palabras que se reproducen en ecos y murmullos infinitos, signos de puntuación que se multiplican hasta perder sentido— se encuentra atrapado, fascinado, perdido, encantado, irritado, gozoso, delirante, y simultáneamente obligado a reconocer que la diferencia radical de Transtierros con cualquier otro blog literario, mediático o académico, consiste en la constelación paracadémica infinita, la respiración demiúrgica invisible y burlona, la heterodoxia absoluta, la irreductible presencia de la escritura que se expande en fractales, la multiplicación de sentido, la ironía corrosiva hacia comités, jurados, papers y anteincertidumbrosos que solo repiten lo simple, lo transparente, lo viral, lo que vende como moda inducida por el mercado, mientras Transtierros respira, bifurca, se multiplica, se ríe y se burla de todo, incluyendo a su propio lector y a los jurados mismos, invisibilizando a su director como acto poético de resistencia, desafío y conspiración demiúrgica absoluta, convirtiendo la aparente invisibilidad en manifiesto performativo de heterodoxia, desacato académico y celebración de la escritura imposible.
Al recorrer los posts más significativos —fragmentos de Juan Andrés García Román, Erwin Hernández, Julia Castillo, Reynaldo Jiménez, Tania Favela, Diego Otero, Felipe Cussen, Sandra Moussempès, Gastón Agurto y Héctor Giuliano— se percibe un patrón de escritura que se niega a la transparencia inmediata y a la simplificación del sentido, buscando intensidad y multiplicidad de lecturas. Los apuntes sobre poesía española, los textos de traducción de Su Xiao Xiao y las reflexiones sobre la heterodoxia se entrelazan con el humor, la ironía y la crítica sutil a la literatura comercial, a los papers autocitados, a los índices de impacto, a los comités y a la omnipresencia de lo previsible. Transtierros se burla de lo rápido, de lo simple, de la transparencia inducida por el mercado y, al mismo tiempo, celebra la complejidad y la intensidad de la escritura, como un espacio en el que lo difícil no solo se publica sino que se multiplica, se bifurca y se reinventa.
En la tercera etapa, la riqueza de los posts se combina con un tono autorreflexivo, donde cada fragmento funciona como nodo de un entramado mayor. La publicación de la autora finalmente aceptada después de múltiples rechazos se convierte en una celebración íntima de la escritura: la alegría de que la palabra encuentre su lugar, aunque ese lugar no se ajuste a las expectativas del mercado ni de la academia. Transtierros no busca validación inmediata, sino crear un espacio de lectura donde lo que importa no es la visibilidad, sino la significación, la multiplicación de posibilidades, la generación de interconexiones y la apertura de caminos inesperados. Cada fragmento, cada comentario marginal, cada digresión funciona como respiración, expansión, bifurcación constante; un acto de presencia que resiste toda simplificación.
A diferencia de otros blogs literarios, Transtierros permite que los textos se desarrollen en su densidad y longitud, sin ceder a la inmediatez ni al espectáculo, con un humor irónico que acompaña cada digresión, desafiando al lector a recorrer caminos que no se encuentran en los formularios, en los índices ni en las métricas de impacto. Cada post funciona como un nodo de sentido autónomo, conectado con todo el entramado, donde la alegría de la escritura y la celebración silenciosa de los autores se perciben sin necesidad de declararlo.
elda di malio

Finalmente, Transtierros muestra que la literatura puede resistir la simplificación, que lo complejo puede ser leído, disfrutado y celebrado en un espacio que parece simple, pero que alberga multiplicidades infinitas. La heterodoxia, la intensidad, la ironía, la autorreflexión y la alegría por ser publicada se entrelazan, haciendo de este blog un campo expandido de escritura inaprensible, donde la literatura se respira, se multiplica, se bifurca y se celebra, lejos de la moda, de los índices y de la aprobación institucional. Y así, mientras uno contempla la sucesión interminable de posts, fragmentos, teasers, traducciones y notas marginales, surge un deseo vehemente, silencioso pero persistente, de que Transtierros no desaparezca nunca; de que su constelación paracadémica, su respiración demiúrgica, su humor irónico y corrosivo, su capacidad de bifurcación infinita y de resistencia discreta frente a la superficialidad, el mercado y la academia, perduren en el tiempo, expandiéndose como un espacio donde la literatura compleja y heterodoxa pueda seguir existiendo, multiplicándose en cada lectura, en cada fragmento, en cada risa compartida y en cada silencio reflexivo. Porque Transtierros no es solo un blog: es un lugar en el que la escritura se afirma por sí misma, donde el acto de escribir es simultáneamente una celebración y un acto de desafío, y donde la intermitente invisibilidad de su director, lejos de disminuir su poder, le confiere una fuerza autónoma y duradera, un campo de independencia y creatividad que persiste más allá de toda expectativa, más allá de la moda, de las métricas y de los comités. Que Transtierros continúe, entonces, como un nodo perpetuo de heterodoxia, un espacio en el que la escritura pueda respirar libre, bifurcarse infinitamente y, sobre todo, seguir siendo un refugio para lo complejo, lo intenso y lo insustituible.

 


A PROPÓSITO DE «LA MATANZA» DE MARIO BELLATÍN: «LA ESCRITURA SE DESPLAZA COMIÉNDOSE A SÍ MISMA, COMO DE ALGUNA MANERA LA VIDA VA DEVORANDO AL AUTOR»

 



¿ERRANTE?

 

César Moro era un tránsfuga por naturaleza, es cierto. Creo que nunca estuvo entre sus planes permanecer quieto en algún lugar. Perteneció, tanto en Francia como en México, a los grupos más avanzados de la cultura, pero a todos terminó dándoles un portazo hasta que cometió, creo, el error final: volver al lugar de origen, caer en la trampa de que el pájaro azul se había mantenido siempre junto a la cuna de la infancia. Allí, como les sucedió a muchos otros que volvieron con semejante ingenuidad, estaba presente la trampa que lo llevó a tener una muerte gris después de haber llevado, a su modo, una vida rodeada de esplendor.

 

No creo que mi trabajo tenga que ver tanto con la errancia como con el desarraigo. Al contrario, me parece que es una escritura que busca encontrar el lugar del estancamiento con el que nunca he contado en la vida. Quizá por eso busca no sólo manifestarse en sí misma, sino hacer asimismo evidente su razón de ser, sus propias reglas, un contexto muchas veces autorrefencial, ya que en buena medida únicamente depende de sí misma.  Siento que mientras más avanza esa escritura se carga de una suerte de tiranía que tengo la sensación toma directo el camino perfecto hacia su propia extinción. Se va a terminar destruyendo a sí misma, estoy seguro de ello. Será algo que le acontecerá si es que esto ya no ha ocurrido en el instante preciso de haber sido concebida.

 

 

 

LA ESCRITURA EN SÍ MISMA

 

Creo que lo que ha comenzado a realizar la escritura es a mostrar de forma impune y casi obscena los elementos que la conforman. Se ha desvestido a sí misma, por utilizar términos teatrales. Cada vez hace más evidente su cocina y su trastienda. Y tengo la impresión que lo realiza de una manera que es representativa de sí misma, no de un modelo exterior como el que puede ser establecido por Bajtin o Hirschfeld. Es por eso también que es complicado aplicarle acepciones como intertexto o incluso el manido término de experimental para tratar de clasificar a una escritura semejante. Estoy convencido de que se desplaza comiéndose a sí misma, como de alguna manera la vida va devorando al autor de semejante escritura. Este proceso es más fácil de apreciar cuando se recorren los tomos de las Obras Reunidas donde, en cierta forma, se asiste a un proceso de desintegración que busca incluso no dejar huellas de su posible existencia.

 

 

UN LÍMITE EN SÍ MISMO Y SIN DISFRAZ

 

No comprendo cuál puede ser la diferencia entre el disfraz de la escritura y, por ejemplo, el disfraz de la vida que todos utilizamos para soportar -de la manera que sea- un nuevo día. Y como no entiendo mucho la diferencia entre ambas trato de poner límites entre lo que considero una y otra. Me esfuerzo cada mañana en no ser escritor, salvo en el instante mismo de la escritura -momento en el cual pretendo que no se cuele ni por asomo nada de vida cotidiana, que no aparezca ningún tipo de contexto salvo el que marca la propia escritura.

 

El escribir sin escribir es algo que siento posible de ser alcanzado, e incluso pienso que debe ser el fin de cualquier escritura. Ser ejecutada más allá de sí misma. Sin embargo, lo que no tengo muy claro es la manera de llevar adelante un ejercicio de esta naturaleza. Intuyo ciertos rumbos, es cierto, cuando en lugar de un lápiz y un papel, como se supone se lleva a cabo la escritura, utilizo una cámara de fotos, de cine o a personas o animales vivos para hacerla realidad. Pero no estoy seguro hasta qué punto estas acciones pueden ser consideradas escritura o en qué medida colocar el límite entre lo que puede ser escritura y no. Quizá, como señalas, apreciando las estructuras de determinada obra. Entonces estaríamos frente a la idea de texto en su sentido más amplio y no necesariamente en esta idea del escribir sin escribir que se me presenta como un punto a alcanzar. Como si tuviera la necesidad de crearme una suerte de espejismo para seguir adelante. .

 

Es curioso cómo a pesar de la práctica de sistemas cerrados para ejercer la escritura lo que busque sea conseguir un resultado que pueda ser asimilado, comprendido, completado por el mayor número de personas posible. Sean estos lectores, creadores, administradores de instituciones de carácter cultural como lo sin las editoriales, los museos, las galerías, los teatros. En cierto momento entendí que la muerte de esta escritura era inminente si continuaba conversando de sistema cerrado a sistema cerrado. Si continuaba definiéndose a sí misma sin necesidad de un otro como aval. Me parece que hacerla comunicable -muchas veces de manera extrema- le ha permitido mantenerse en una especie de estado gel antes de su extinción. Por alguna extraña razón me empecino en que antes de que esto ocurra permanezcan todavía una serie de marcas en el papel. Pero volviendo a la escritura en sí misma, ahora que utilizo el iPod Nano para llevarla a cabo siento que escribo con el cuerpo. Con el vacío que deja el cuerpo de un hombre de un brazo. De esta manera soy capaz de escribir en toda ocasión. Incluso en las circunstancias más adversas la escritura continúa funcionando como un presente continuo, sin necesidad ya casi de elementos ajenos a mi cuerpo para que pueda quedar sellada dentro de su propia lealtad. Pienso que de alguna manera con este sistema voy llegando al ideal japonés presente en la idea del hombre poema, aquel que llevaba la espalda cargada de símbolos como heridas sangrantes cuyos discípulos debían lamer mientras el maestro continuaba con su ruta trazada. Un artefacto de escritura que ocupa el lugar vacío de mi cuerpo. Como si ambos hubieran sido diseñados de tal modo como para que la ausencia quedara abolida por la palabra sellada. Otro elemento más de engaño pare hacerme creer no sólo que la palabra alguna vez existió sino que continúa presente.

MM


PRIMICIA: JÉSSICA PUJOL.BAFARADA CÒSMICA

 


Klaus Thymann




Structure without life is dead. But Life without structure is un-seen

JOHN CAGE 

 

 

La continuïtat passa.

No s’ha d’establir que passa pel temps: és temps, com el llenguatge –abstraccions.

Cage deia res més que res es pot dir.

Serà més ràpid o més lent segons el bessó que marxi amb la nau espacial.

Això no és diferent que la música i la seva simplicitat es calcula en respirs, sufocacions, bafarades, ofecs.

Aire que passa pels bronquis i es recicla als pulmons;

aire universal que recorre cicles perpetus sense perpetuïtat, rebotant, oscil·lant, congelant-se.

Com l’alè al Pol Nord.

Fent-se gairebé visible.

Les paraules blanques, agafant forma, dins d’una xarxa de significants que signifiquen variacions mínimes perquè existeixi el no-color, el no-res del silenci, s’ha de cridar ben alt i fort.

La continuïtat passa fins que s’atura als teus peus i sents aquell fred, tan a prop ets de la mort.

Llavors el crit que havies respirat tantes vegades surt de la gàbia i cau la física per un forat negre on ningú sap verdaderament què passa.

 

 

BOCANADA CÓSMICA

 

Structure without life is dead. But Life without structure is un-seen

JOHN CAGE 

 

La continuidad pasa.

No debe establecerse que pasa por el tiempo: es tiempo, como el lenguaje –abstracciones.

Cage decía nada más que nada se puede decir.

Será más rápido o más lento según el gemelo que se vaya con la nave espacial.

Esto no es diferente que la música y su simplicidad se calcula en respiros, sofocos, bocanadas, ahogos.

Aire que pasa por los bronquios y se recicla en los pulmones;

aire universal que recorre ciclos perpetuos sin perpetuidad, rebotando, oscilando, congelándose.

Como el aliento en el Polo Norte.

Haciéndose casi visible.

Las palabras blancas, cogiendo forma, dentro de una red de significantes que significan variaciones mínimas para que exista el no color, la nada del silencio, se debe gritar bien alto y fuerte.

La continuidad pasa hasta que se detiene a tus pies y sientes ese frío, tan cerca estás de la muerte.

Entonces el grito que habías respirado tantas veces sale de la jaula y cae la física por un agujero negro en el que nadie sabe en verdad qué pasa.


 

 

 

                                                                                                                                           Klaus Thymann

 



HUBBLE INCONSTANT

 

 

 

Les illes-univers que poblen els decimals de tots els llenguatges que proven d’establir constants són les excepcions que regnen aquesta bombolla.

Si s’expandeix o contrau o si va per aquí o per allà amb tot el desori d’un caos evident –però tossudament soterrat per les defenses– no ho sabem encara.

La força obscura, gravetat contraria, invisibilitat veraç, revés derridià, presenta un joc inconclús i sense centre que fa ballar la baldufa.

Si les nebuloses extragalàctiques més distants es desplacen cap al roig i les que tenim als nassos són blaves, poca en queda d’esperança a les properes eleccions.

Hubble calcula sobre Hubble.

La constant es tensa.

Les cefeides varien la seva lluminositat segons l’enuig del grup local en un període relativament curt, provocant encara més garbuix.

Aquest poema no vol acabar, però s’enfonsa escoltant les radiacions electromagnètiques dels països-illes que han fet fortuna malaguanyant, desgraciant, empobrint, subjugant a la resta.

 

 

HUBBLE INCONSTANTE

 

Las islas-universo que pueblan los decimales de todos los lenguajes que tratan de establecer constantes son las excepciones que reinan esta burbuja.

Si se expande o contrae o si va por aquí o por allá con todo el desbarajuste de un caos evidente –pero tercamente enterrado por las defensas– no lo sabemos todavía.

La fuerza oscura, gravedad contraria, invisibilidad veraz, revés derridiano, presenta un juego inconcluso y sin centro que hace bailar la peonza.

Si las nebulosas extragalácticas más distantes se desplazan hacia el rojo y las que tenemos en las narices son azules, poca esperanza queda en las próximas elecciones.

Hubble calcula sobre Hubble.

La constante se tensa.

Las cefeidas varían su luminosidad según el enfado del grupo local en un período relativamente corto, provocando aún más maraña.

Este poema no quiere terminar, pero se hunde escuchando las radiaciones electromagnéticas de los países-islas que han hecho fortuna malogrando, desgraciando, empobreciendo, subyugando al resto.

 

 


                                                                                                                Klaus Thymann



 

ENERGIA OBSCURA

 

 

 

És lògic que el que ens manté units sigui invisible.

Que la llum hi passi de llarg com si no fos diví.

Que les partícules siguin tan pesades que la lleugeressa de l’amor de l’estat del benestar les travessi sense inmutar-les.

Que entre les meves mans i les teves es repliqui una configuració còsmica.

Seguir el rastre dels raigs gamma;

despendre’s de la copia de la copia en busca del que ens sosté com sopa espessa.

Tu diràs esencialisme,

jo la part que ens falta perquè es pugui començar a ensumar.

 

 

ENERGÍA OSCURA

 

Es lógico que lo que nos mantiene unidos sea invisible.

Que la luz pase de largo como si no fuera divino.

Que las partículas sean tan pesadas que la ligereza del amor del estado del bienestar las atraviese sin inmutarlas.

Que entre mis manos y las tuyas se replique una configuración cósmica.

Seguir el rastro de los rayos gamma;

desprenderse de la copia de la copia en busca de lo que nos sostiene como sopa espesa.

Tú dirás esencialismo,

yo la parte que nos falta para que se pueda empezar a husmear.