FRANCISCO IDE WOLLETER. POEMAS PARA MICHAEL JORDAN

 



I


la tersura porosa del balón

me hace pensar en la piel humana

nostalgia por el contacto

aunque el contacto sea siempre ilusorio:

lo cierto es que estamos formados de átomos

hechos de vacío

y que los átomos se repelen entre sí

por eso no nos mezclamos con las cosas

por eso cuando tocamos

realmente no tocamos nada



VII

un metro noventa y ocho

de altura

y contra el atardecer

mi sombra se alarga y cubre

al menos cuatro metros

de distancia

ese gigante negro sobre el pasto

de la cancha de golf

no es otra cosa

que la sombra de un enano


VIII

nueve mil trescientos sesenta y seis puntos

cubren la superficie del balón de básquetbol

como las cuentas de un rosario perfecto

 

XIV

en mis salidas nocturnas

a veces me topo con Bob Dylan o Snoop Dog

vecinos que también trotan de noche

por estos barrios periféricos y marginales

en que vivimos los que ganamos dinero

desproporcionadamente

nos miramos de reojo como un tigre que mira a otro tigre

en la oscuridad del zoológico vacío

y lo ilumina

 

XXVII

piensa en esto: un enjambre de avispas

devora a un tigre de bengala medio descompuesto

dos simetrías enfrentadas

la sinestesia de la avispa con un tigre

en su aparato digestivo

es un préstamo, una especie de desdoblamiento

negociación y plasticidad de la materia

no se me ocurre un ejemplo mejor

algo así pasa cuando vistes el toro de los Chicago Bull’s

cuando los poros de tus manos tocan los poros del balón

cuando el resorte de los músculos te despega de la tierra

y te mezcla con el aire

 

 

 


LUCIANA HORVART. TRANSTIERROS: CONSTELACIÓN PARACADÉMICA, RESPIRACIÓN DEMIÚRGICA Y ESCRITURA INAPRENSIBLE

Hace unos días en el momento en que Luciana Horvat, en el contexto de una entrevista quehabíamos pactado con el propósito de hablar de Malincuor http://www.letras.mysite.com/mmed301125.html y, de pronto, me sorprendió poniendo en la mesa de juego su interés en la existencia de Transtierros, confieso que me sentí desconcertado.El nombre de Luciana, más allá de la natural empatía que se suscita entre los eslavos, me resultaba próximo y, a la vez, muy, muy lejano, a la orilla de los cientos de nombres a quienes alguna vez he reprobado. Tal vez por la necesidad natural de capear la posibilidad de un mal rato —y más si este parecía amenazarme en plena entrevista como si se tratara de una contienda—seguí la pauta con aparente concordia.
Si bien Luciana tuvo la decencia de solicitar la entrevista habiendo leído Malincuor, cosa que ya no es muy frecuente, ella parecía estar atenta, aguardando el momento oportuno para lanzar la pregunta que sagazmente escondía bajo la manga. Hasta que se dio. Luciana (la cito) «creció leyendo Transtierros» y, mientras estudiaba en la UBA intentó no una, dos o tres veces, ¡fueron cinco¡ las veces en las que ella nos mandó colaboraciones para Transtierros siendo todas  rechazadas. No había de qué disculparse inventando alguna estratagema. Luciana había regresado a Split como investigadora de la Sveučilište u Splitu, era tenaz. Mostraba ese particular carácter que surge del  inat, el cual no será nunca una exclusividad de los serbios —tal como ellos lo proclaman. Le expliqué que, a veces, las cosas suelen ocurrir así y que, seguramente pronto llegaría su momento —pues, como también le confesé, estaba vivamente interesado en conocer la escritura de los poetas croatas contemporáneos. A Luciana no pareció interesarle la propuesta y, muy firme, confesó: «quiero escribir sobre Transtierros». Pregunté específicamente, pero «¿de qué»? Ella mantuvo un instante de silencio y, luego, muy oronda, solamente acotó: «de cómo el tiempo puede cambiar un refrán, en este caso de cómo ‘a la sexta va la vencida’». La persistencia me conmueve, suele parecerse a la poesía,  y fue así que, con algo de resignación, me descubrí aceptando su propuesta. Este fue, más o menos, el origen del ensayo que comparto, y por qué no confesarlo, habiendo cambiado la resignación inicial por el rubor de cierto orgullo. 
Mejor me callo. Les comparto el texto.

elda di malio


Que una, mientras intenta —consciente, delirante, gozosa, irónica hasta rozar lo indecente, afectiva en la forma de una burla compasiva, autoconsciente de que cualquier intento de reducir la literatura a índices (impact factors, quartiles, DOI, Scopus, WoS, actas de congreso, manuales de estilo, plantillas de peer review, comités, formularios, protocolos, checklist, resúmenes, abstracts, métricas de citación, ficheros de bibliometría, informes de comités y toda la parafernalia burocrático-académica), y consciente de que Lispector (“escribo para saber lo que pienso”, 1973), Barthes (“no hay experiencia más íntima que la escritura”, 1975), Ricoeur (“interpretar es ser capaz de experimentar el sentido”, 1965) y Derrida (“la interpretación es acto ético sobre la palabra”, 1978) anticiparon, celebraron y conjuraron la imposibilidad de reducir la literatura a fórmula, métrica, índice cuantitativo o cita reproducida mecánicamente)— narrar, analizar, contextualizar, ejemplificar, justificar, glosar, interrogar, interconectar, desplegar, argumentar, demostrar, reflexionar, traducir, comentar, digerir, sintetizar, criticar, ironizar, afectuar, leer, sentir, risar, cuestionar, bifurcar, replantear, multiplicar, subvertir, problematizar, sugerir, anticipar, recordar, reinterpretar, entrelazar, resonar, contraargumentar, parafrasear, digredir, confundir, invocar, combinar, hibridar, reorganizar, meditar, especular, conjeturar, fantasear, deliberar, contradecir, insertar digresiones, multiplicar notas al pie, desplegar ironías, ejecutar guiños marginales, insertar comentarios auto-reflexivos, reconfigurar sentidos, superponer capas de lectura, replicar analogías, invocar intertextos invisibles, generar micro-apuntes, desarrollar meta-análisis, anticipar contraargumentos, traducir silencios, registrar pausas, señalar omisiones, construir enlaces infinitos, manipular referencias cruzadas, organizar comentarios marginales, insertar paréntesis dentro de paréntesis (hasta cuarenta niveles), tejer capas de notas, anticipar incomprensión del jurado, ironizar sobre impact factors, DOIs, Scopus, WoS, quartiles, actas de congreso, reírse de la omnipotencia de comités académicos, reflexionar sobre la respiración demiúrgica invisible, anticipar digresiones, comentarios marginales, notas dentro de notas, intertextos invisibles, metáforas dentro de metáforas, analogías dentro de analogías, premoniciones, anticipaciones, desvíos, interrupciones burlescas, traducciones, teasers, fragmentos, fragmentos de fragmentos, referencias cruzadas infinitas, digresiones infinitas, capas de meta-comentarios, comentarios auto-reflexivos, guiños irónicos, ironías dirigidas a la academia, subversiones infinitas, bifurcaciones de bifurcaciones, comentarios marginales de segundo, tercer y cuarto nivel, notas dentro de notas dentro de notas, enlaces dentro de enlaces dentro de enlaces, interrupciones que generan otras interrupciones, digresiones que anticipan otras digresiones, comentarios que anticipan comentarios que anticipan otros comentarios, anotaciones que se multiplican en espiral, juegos de palabras que se devoran unos a otros, guiños que replican guiños, premoniciones de citas futuras, anticipaciones de artículos que nunca serán leídos, llamadas a lectores imaginarios, llamadas a jurados imaginarios, exclamaciones dentro de exclamaciones, interrogaciones que se responden a sí mismas, metáforas infinitas, analogías imposibles, comentarios que se refieren a otros comentarios que se refieren a comentarios, paréntesis que contienen paréntesis hasta cuarenta niveles, notas al pie que se devoran notas al pie, digresiones que contienen digresiones que contienen digresiones, intertextos invisibles que generan intertextos invisibles, fragmentos de posts que se intercalan dentro de fragmentos de posts, digresiones infinitas que se bifurcan, comentarios marginales que se multiplican en columnas, bloques de texto que se retuercen sobre sí mismos y se expanden de manera fractal, capas que se superponen, intercalaciones que se reinician, columnas de notas que interrumpen columnas, líneas que devoran líneas, palabras que se reproducen en ecos y murmullos infinitos, signos de puntuación que se multiplican hasta perder sentido— se encuentra atrapado, fascinado, perdido, encantado, irritado, gozoso, delirante, y simultáneamente obligado a reconocer que la diferencia radical de Transtierros con cualquier otro blog literario, mediático o académico, consiste en la constelación paracadémica infinita, la respiración demiúrgica invisible y burlona, la heterodoxia absoluta, la irreductible presencia de la escritura que se expande en fractales, la multiplicación de sentido, la ironía corrosiva hacia comités, jurados, papers y anteincertidumbrosos que solo repiten lo simple, lo transparente, lo viral, lo que vende como moda inducida por el mercado, mientras Transtierros respira, bifurca, se multiplica, se ríe y se burla de todo, incluyendo a su propio lector y a los jurados mismos, invisibilizando a su director como acto poético de resistencia, desafío y conspiración demiúrgica absoluta, convirtiendo la aparente invisibilidad en manifiesto performativo de heterodoxia, desacato académico y celebración de la escritura imposible.
Al recorrer los posts más significativos —fragmentos de Juan Andrés García Román, Erwin Hernández, Julia Castillo, Reynaldo Jiménez, Tania Favela, Diego Otero, Felipe Cussen, Sandra Moussempès, Gastón Agurto y Héctor Giuliano— se percibe un patrón de escritura que se niega a la transparencia inmediata y a la simplificación del sentido, buscando intensidad y multiplicidad de lecturas. Los apuntes sobre poesía española, los textos de traducción de Su Xiao Xiao y las reflexiones sobre la heterodoxia se entrelazan con el humor, la ironía y la crítica sutil a la literatura comercial, a los papers autocitados, a los índices de impacto, a los comités y a la omnipresencia de lo previsible. Transtierros se burla de lo rápido, de lo simple, de la transparencia inducida por el mercado y, al mismo tiempo, celebra la complejidad y la intensidad de la escritura, como un espacio en el que lo difícil no solo se publica sino que se multiplica, se bifurca y se reinventa.
En la tercera etapa, la riqueza de los posts se combina con un tono autorreflexivo, donde cada fragmento funciona como nodo de un entramado mayor. La publicación de la autora finalmente aceptada después de múltiples rechazos se convierte en una celebración íntima de la escritura: la alegría de que la palabra encuentre su lugar, aunque ese lugar no se ajuste a las expectativas del mercado ni de la academia. Transtierros no busca validación inmediata, sino crear un espacio de lectura donde lo que importa no es la visibilidad, sino la significación, la multiplicación de posibilidades, la generación de interconexiones y la apertura de caminos inesperados. Cada fragmento, cada comentario marginal, cada digresión funciona como respiración, expansión, bifurcación constante; un acto de presencia que resiste toda simplificación.
A diferencia de otros blogs literarios, Transtierros permite que los textos se desarrollen en su densidad y longitud, sin ceder a la inmediatez ni al espectáculo, con un humor irónico que acompaña cada digresión, desafiando al lector a recorrer caminos que no se encuentran en los formularios, en los índices ni en las métricas de impacto. Cada post funciona como un nodo de sentido autónomo, conectado con todo el entramado, donde la alegría de la escritura y la celebración silenciosa de los autores se perciben sin necesidad de declararlo.
elda di malio

Finalmente, Transtierros muestra que la literatura puede resistir la simplificación, que lo complejo puede ser leído, disfrutado y celebrado en un espacio que parece simple, pero que alberga multiplicidades infinitas. La heterodoxia, la intensidad, la ironía, la autorreflexión y la alegría por ser publicada se entrelazan, haciendo de este blog un campo expandido de escritura inaprensible, donde la literatura se respira, se multiplica, se bifurca y se celebra, lejos de la moda, de los índices y de la aprobación institucional. Y así, mientras uno contempla la sucesión interminable de posts, fragmentos, teasers, traducciones y notas marginales, surge un deseo vehemente, silencioso pero persistente, de que Transtierros no desaparezca nunca; de que su constelación paracadémica, su respiración demiúrgica, su humor irónico y corrosivo, su capacidad de bifurcación infinita y de resistencia discreta frente a la superficialidad, el mercado y la academia, perduren en el tiempo, expandiéndose como un espacio donde la literatura compleja y heterodoxa pueda seguir existiendo, multiplicándose en cada lectura, en cada fragmento, en cada risa compartida y en cada silencio reflexivo. Porque Transtierros no es solo un blog: es un lugar en el que la escritura se afirma por sí misma, donde el acto de escribir es simultáneamente una celebración y un acto de desafío, y donde la intermitente invisibilidad de su director, lejos de disminuir su poder, le confiere una fuerza autónoma y duradera, un campo de independencia y creatividad que persiste más allá de toda expectativa, más allá de la moda, de las métricas y de los comités. Que Transtierros continúe, entonces, como un nodo perpetuo de heterodoxia, un espacio en el que la escritura pueda respirar libre, bifurcarse infinitamente y, sobre todo, seguir siendo un refugio para lo complejo, lo intenso y lo insustituible.

 


A PROPÓSITO DE «LA MATANZA» DE MARIO BELLATÍN: «LA ESCRITURA SE DESPLAZA COMIÉNDOSE A SÍ MISMA, COMO DE ALGUNA MANERA LA VIDA VA DEVORANDO AL AUTOR»

 



¿ERRANTE?

 

César Moro era un tránsfuga por naturaleza, es cierto. Creo que nunca estuvo entre sus planes permanecer quieto en algún lugar. Perteneció, tanto en Francia como en México, a los grupos más avanzados de la cultura, pero a todos terminó dándoles un portazo hasta que cometió, creo, el error final: volver al lugar de origen, caer en la trampa de que el pájaro azul se había mantenido siempre junto a la cuna de la infancia. Allí, como les sucedió a muchos otros que volvieron con semejante ingenuidad, estaba presente la trampa que lo llevó a tener una muerte gris después de haber llevado, a su modo, una vida rodeada de esplendor.

 

No creo que mi trabajo tenga que ver tanto con la errancia como con el desarraigo. Al contrario, me parece que es una escritura que busca encontrar el lugar del estancamiento con el que nunca he contado en la vida. Quizá por eso busca no sólo manifestarse en sí misma, sino hacer asimismo evidente su razón de ser, sus propias reglas, un contexto muchas veces autorrefencial, ya que en buena medida únicamente depende de sí misma.  Siento que mientras más avanza esa escritura se carga de una suerte de tiranía que tengo la sensación toma directo el camino perfecto hacia su propia extinción. Se va a terminar destruyendo a sí misma, estoy seguro de ello. Será algo que le acontecerá si es que esto ya no ha ocurrido en el instante preciso de haber sido concebida.

 

 

 

LA ESCRITURA EN SÍ MISMA

 

Creo que lo que ha comenzado a realizar la escritura es a mostrar de forma impune y casi obscena los elementos que la conforman. Se ha desvestido a sí misma, por utilizar términos teatrales. Cada vez hace más evidente su cocina y su trastienda. Y tengo la impresión que lo realiza de una manera que es representativa de sí misma, no de un modelo exterior como el que puede ser establecido por Bajtin o Hirschfeld. Es por eso también que es complicado aplicarle acepciones como intertexto o incluso el manido término de experimental para tratar de clasificar a una escritura semejante. Estoy convencido de que se desplaza comiéndose a sí misma, como de alguna manera la vida va devorando al autor de semejante escritura. Este proceso es más fácil de apreciar cuando se recorren los tomos de las Obras Reunidas donde, en cierta forma, se asiste a un proceso de desintegración que busca incluso no dejar huellas de su posible existencia.

 

 

UN LÍMITE EN SÍ MISMO Y SIN DISFRAZ

 

No comprendo cuál puede ser la diferencia entre el disfraz de la escritura y, por ejemplo, el disfraz de la vida que todos utilizamos para soportar -de la manera que sea- un nuevo día. Y como no entiendo mucho la diferencia entre ambas trato de poner límites entre lo que considero una y otra. Me esfuerzo cada mañana en no ser escritor, salvo en el instante mismo de la escritura -momento en el cual pretendo que no se cuele ni por asomo nada de vida cotidiana, que no aparezca ningún tipo de contexto salvo el que marca la propia escritura.

 

El escribir sin escribir es algo que siento posible de ser alcanzado, e incluso pienso que debe ser el fin de cualquier escritura. Ser ejecutada más allá de sí misma. Sin embargo, lo que no tengo muy claro es la manera de llevar adelante un ejercicio de esta naturaleza. Intuyo ciertos rumbos, es cierto, cuando en lugar de un lápiz y un papel, como se supone se lleva a cabo la escritura, utilizo una cámara de fotos, de cine o a personas o animales vivos para hacerla realidad. Pero no estoy seguro hasta qué punto estas acciones pueden ser consideradas escritura o en qué medida colocar el límite entre lo que puede ser escritura y no. Quizá, como señalas, apreciando las estructuras de determinada obra. Entonces estaríamos frente a la idea de texto en su sentido más amplio y no necesariamente en esta idea del escribir sin escribir que se me presenta como un punto a alcanzar. Como si tuviera la necesidad de crearme una suerte de espejismo para seguir adelante. .

 

Es curioso cómo a pesar de la práctica de sistemas cerrados para ejercer la escritura lo que busque sea conseguir un resultado que pueda ser asimilado, comprendido, completado por el mayor número de personas posible. Sean estos lectores, creadores, administradores de instituciones de carácter cultural como lo sin las editoriales, los museos, las galerías, los teatros. En cierto momento entendí que la muerte de esta escritura era inminente si continuaba conversando de sistema cerrado a sistema cerrado. Si continuaba definiéndose a sí misma sin necesidad de un otro como aval. Me parece que hacerla comunicable -muchas veces de manera extrema- le ha permitido mantenerse en una especie de estado gel antes de su extinción. Por alguna extraña razón me empecino en que antes de que esto ocurra permanezcan todavía una serie de marcas en el papel. Pero volviendo a la escritura en sí misma, ahora que utilizo el iPod Nano para llevarla a cabo siento que escribo con el cuerpo. Con el vacío que deja el cuerpo de un hombre de un brazo. De esta manera soy capaz de escribir en toda ocasión. Incluso en las circunstancias más adversas la escritura continúa funcionando como un presente continuo, sin necesidad ya casi de elementos ajenos a mi cuerpo para que pueda quedar sellada dentro de su propia lealtad. Pienso que de alguna manera con este sistema voy llegando al ideal japonés presente en la idea del hombre poema, aquel que llevaba la espalda cargada de símbolos como heridas sangrantes cuyos discípulos debían lamer mientras el maestro continuaba con su ruta trazada. Un artefacto de escritura que ocupa el lugar vacío de mi cuerpo. Como si ambos hubieran sido diseñados de tal modo como para que la ausencia quedara abolida por la palabra sellada. Otro elemento más de engaño pare hacerme creer no sólo que la palabra alguna vez existió sino que continúa presente.

MM


PRIMICIA: JÉSSICA PUJOL.BAFARADA CÒSMICA

 


Klaus Thymann




Structure without life is dead. But Life without structure is un-seen

JOHN CAGE 

 

 

La continuïtat passa.

No s’ha d’establir que passa pel temps: és temps, com el llenguatge –abstraccions.

Cage deia res més que res es pot dir.

Serà més ràpid o més lent segons el bessó que marxi amb la nau espacial.

Això no és diferent que la música i la seva simplicitat es calcula en respirs, sufocacions, bafarades, ofecs.

Aire que passa pels bronquis i es recicla als pulmons;

aire universal que recorre cicles perpetus sense perpetuïtat, rebotant, oscil·lant, congelant-se.

Com l’alè al Pol Nord.

Fent-se gairebé visible.

Les paraules blanques, agafant forma, dins d’una xarxa de significants que signifiquen variacions mínimes perquè existeixi el no-color, el no-res del silenci, s’ha de cridar ben alt i fort.

La continuïtat passa fins que s’atura als teus peus i sents aquell fred, tan a prop ets de la mort.

Llavors el crit que havies respirat tantes vegades surt de la gàbia i cau la física per un forat negre on ningú sap verdaderament què passa.

 

 

BOCANADA CÓSMICA

 

Structure without life is dead. But Life without structure is un-seen

JOHN CAGE 

 

La continuidad pasa.

No debe establecerse que pasa por el tiempo: es tiempo, como el lenguaje –abstracciones.

Cage decía nada más que nada se puede decir.

Será más rápido o más lento según el gemelo que se vaya con la nave espacial.

Esto no es diferente que la música y su simplicidad se calcula en respiros, sofocos, bocanadas, ahogos.

Aire que pasa por los bronquios y se recicla en los pulmones;

aire universal que recorre ciclos perpetuos sin perpetuidad, rebotando, oscilando, congelándose.

Como el aliento en el Polo Norte.

Haciéndose casi visible.

Las palabras blancas, cogiendo forma, dentro de una red de significantes que significan variaciones mínimas para que exista el no color, la nada del silencio, se debe gritar bien alto y fuerte.

La continuidad pasa hasta que se detiene a tus pies y sientes ese frío, tan cerca estás de la muerte.

Entonces el grito que habías respirado tantas veces sale de la jaula y cae la física por un agujero negro en el que nadie sabe en verdad qué pasa.


 

 

 

                                                                                                                                           Klaus Thymann

 



HUBBLE INCONSTANT

 

 

 

Les illes-univers que poblen els decimals de tots els llenguatges que proven d’establir constants són les excepcions que regnen aquesta bombolla.

Si s’expandeix o contrau o si va per aquí o per allà amb tot el desori d’un caos evident –però tossudament soterrat per les defenses– no ho sabem encara.

La força obscura, gravetat contraria, invisibilitat veraç, revés derridià, presenta un joc inconclús i sense centre que fa ballar la baldufa.

Si les nebuloses extragalàctiques més distants es desplacen cap al roig i les que tenim als nassos són blaves, poca en queda d’esperança a les properes eleccions.

Hubble calcula sobre Hubble.

La constant es tensa.

Les cefeides varien la seva lluminositat segons l’enuig del grup local en un període relativament curt, provocant encara més garbuix.

Aquest poema no vol acabar, però s’enfonsa escoltant les radiacions electromagnètiques dels països-illes que han fet fortuna malaguanyant, desgraciant, empobrint, subjugant a la resta.

 

 

HUBBLE INCONSTANTE

 

Las islas-universo que pueblan los decimales de todos los lenguajes que tratan de establecer constantes son las excepciones que reinan esta burbuja.

Si se expande o contrae o si va por aquí o por allá con todo el desbarajuste de un caos evidente –pero tercamente enterrado por las defensas– no lo sabemos todavía.

La fuerza oscura, gravedad contraria, invisibilidad veraz, revés derridiano, presenta un juego inconcluso y sin centro que hace bailar la peonza.

Si las nebulosas extragalácticas más distantes se desplazan hacia el rojo y las que tenemos en las narices son azules, poca esperanza queda en las próximas elecciones.

Hubble calcula sobre Hubble.

La constante se tensa.

Las cefeidas varían su luminosidad según el enfado del grupo local en un período relativamente corto, provocando aún más maraña.

Este poema no quiere terminar, pero se hunde escuchando las radiaciones electromagnéticas de los países-islas que han hecho fortuna malogrando, desgraciando, empobreciendo, subyugando al resto.

 

 


                                                                                                                Klaus Thymann



 

ENERGIA OBSCURA

 

 

 

És lògic que el que ens manté units sigui invisible.

Que la llum hi passi de llarg com si no fos diví.

Que les partícules siguin tan pesades que la lleugeressa de l’amor de l’estat del benestar les travessi sense inmutar-les.

Que entre les meves mans i les teves es repliqui una configuració còsmica.

Seguir el rastre dels raigs gamma;

despendre’s de la copia de la copia en busca del que ens sosté com sopa espessa.

Tu diràs esencialisme,

jo la part que ens falta perquè es pugui començar a ensumar.

 

 

ENERGÍA OSCURA

 

Es lógico que lo que nos mantiene unidos sea invisible.

Que la luz pase de largo como si no fuera divino.

Que las partículas sean tan pesadas que la ligereza del amor del estado del bienestar las atraviese sin inmutarlas.

Que entre mis manos y las tuyas se replique una configuración cósmica.

Seguir el rastro de los rayos gamma;

desprenderse de la copia de la copia en busca de lo que nos sostiene como sopa espesa.

Tú dirás esencialismo,

yo la parte que nos falta para que se pueda empezar a husmear.

EPISODIO 2: ¿LO QUE HAY ES LO QUE VES? «NANOF», ENZIA VERDUCHI (APUNTES DESDE EL «MANICOMIO») MAURIZIO MEDO

 


Banca del Manicomio Volterra. Obsérvese el "registro" grabado por  Nanetti


1. Fue Zurita, con su intuición casi geométrica para detectar afinidades poéticas, quien primero habló de Enzia Verduchi después de ver el primer manuscrito de Manicomio con la mezcla de sorpresa y gravedad con que se anuncian las epifanías o las catástrofes.



No me dijo “tienen un estilo parecido”; dijo, más bien, que había ahí un hilo secreto, una vibración subterránea. Era una advertencia y, al mismo tiempo, una especie de celebración. Lo que él había visto —antes que nadie— era la magnitud de Verduchi, no la pequeñez de mi presencia en aquel escenario. Yo apenas era la prueba lateral de que su escritura no pertenecía a un solo territorio sino a una constelación compleja. La amistad con Enzia no nació de la inmediatez sino de la distancia: fue epistolar, minuciosamente epistolar, y quizá por eso tan intensa. Nos escribíamos datos respecto de algunos hallazgos, anotaciones febriles que a veces parecían provenir de un laboratorio clandestino donde la poesía se disecciona como si fuera un órgano. Yo respondía como podía, sabiendo que la correspondencia no era entre dos personas sino entre dos maneras de escuchar y decir. Pero su voz —incluso en un email— tenía algo que desbordaba el formato: una mezcla de precisión y vértigo que descolocaba cualquier expectativa.Y es que Enzia Verduchi no es sólo autora de Nanof: Nanof sucede porque ella existe.


2. Nanof no es un libro  mimético ni piadoso ni documental: es una operación quirúrgica en el imaginario. Nannetti, con sus inscripciones infinitas, habría seguido enterrado en los archivos psiquiátricos si ella no hubiera abierto una grieta que permitiera oír su respiración. Antes de que yo viajara a Volterra, antes incluso de que me entramara en sus versos, Enzia ya había comprendido que el muro no debía leerse sino desmontarse. Su descubrimiento de Nannetti —si es que siquiera puede llamarse así— no tuvo la solemnidad académica que suelen inventar los críticos: surgió quizá de una nota marginal en un libreto musical. No una revelación, sino una sugerencia, una filtración microscópica. Pero basta una semilla de sonido para que una poeta de verdad abra un portal. Y eso hizo ella: convirtió un dato incierto en una arquitectura emocional. Su acercamiento no fue hermenéutico sino tectónico. Se movió hacia Nannetti como quien atraviesa un pasillo sin luces, confiando en que la piedra, de algún modo, hablará.


Uniforme de los pacientes del Manicomio Volterra. Nótese en la hebilla, instrumento con el cual Nanetti trabajó sus grabados.

4. Cuando Enzia viajó a Volterra*, lo hizo con la frialdad de quien examina restos de un derrumbe. No buscaba escenas ni piedad: buscaba estructura. Y encontró lo que ya presentía: que la escritura de Nannetti no era un gesto de delirio sino un mecanismo de mundo. Las inscripciones, raspadas con la hebilla de un cinturón, no eran ornamentos de dolor: eran engranajes de una cosmología propia. «Colonnello astrale», «ingegnere», «241167»: no palabras, sino vectores.

5. Su lectura del muro fue, a su manera, derridiana: entendió que no había centro, que lo que importaba no era el significado sino el movimiento, la deriva infinita del signo. Y también foucaultiana: la locura no como exterioridad sino como interior desplegado, lenguaje en estado crítico. Nanof es precisamente eso: una escritura que muestra la fractura sin hacer de la fractura un espectáculo.

Me arrancaron los ojos / aunque las cuencas están llenas del cielo de Toscana, escribe. Y ahí Verduchi se vuelve irrebatible: convierte el testimonio brutal en una forma de visión suplementaria. En ella la imagen no es decoración: es incisión. No interpreta el delirio: lo amplifica hasta volverlo un espacio habitable. De ahí que su trabajo dialogue no sólo con los filósofos sino con poetas contemporáneos como Raúl Quinto, cuyo rigor para exponer la violencia histórica coincide con la manera en que Enzia expone la violencia del encierro mental. No hay correspondencia temática: hay afinidad táctil. 

Quinto excava en la materia del horror; Enzia  en la materia de la mente cercada. Ambos producen una poesía que no quiere aliviar: quiere activar.


6. Yo viajé a Volterra después, en otro tiempo, con otra disposición. Y lo que encontré no fue lo que ella encontró —porque nadie encuentra dos veces el mismo muro—, pero sí algo que su libro ya había preparado: el reconocimiento de que la piedra no es soporte, sino residuo de un combate. En ese momento comprendí que Nanof no era la lectura de una obra ajena sino la construcción de un recinto. 

Verduchi había levantado el manicomio, simbólicamente; yo, en mi papel secundario, sólo podía reconocer que, tal vez, el eco de mi voz habitaba algunas de sus habitaciones.



Ella es la arquitecta. Yo, con suerte, un rumor en el pasillo.


Porque si algo define a Nanof es que la obra está escrita contra la transparencia. No explica, no traduce, no se compadece. Avanza con el filo de quien sabe que la poesía no tiene por qué salvar a nadie. 

Nanof es un libro que exige que el lector renuncie al consuelo. No se puede sostener sin riesgo. 

Los versos no se entregan: se defienden. Y en esa defensa, la figura de Verduchi emerge con una nitidez que ningún comentario crítico podría domesticar. No es intérprete: es cómplice. No es investigadora: es médium. La genealogía de Nannetti no la encuentra: ella la convoca.

Por eso Zurita lo vio tan rápido.

7. Por eso la correspondencia se volvió una zona de resistencia. Por eso Quinto reconoce en ella la misma ética del estremecimiento. Y por eso yo —desde mi lugar lateral— entiendo que el verdadero protagonismo de esta historia no pertenece al interno 241167, ni a los muros de Volterra, ni a los archivos psiquiátricos: pertenece a la poeta que transformó todo eso en un dispositivo de sentido y ferocidad.

Y si algo debe añadirse —como una sombra final sobre el muro— es que el delirio de Nannetti no fue jamás ese remedo clínico con el que los psiquiatras intentan clausurar lo que no entienden. Su delirio —digámoslo de una vez, sin la cortesía del diagnóstico— fue una forma de ingeniería metafísica, una técnica de terraformación interior ejecutada a golpes de hebilla. Nada en su escritura responde a la lógica patológica; todo responde, en cambio, a la obstinación de un universo que insiste en nacer fuera del útero de la razón.

8. Nannetti no deliraba sobre el mundo: deliraba contra él. Su grafía es un desacato, un sabotaje a la semántica establecida. Cada línea es un microgolpe al protocolo ontológico que pretende fijar qué es “real” y qué no. Foucault habría sonreído ante semejante insumisión; Derrida, quizá, habría llorado del gusto al comprobar que el rastro, llevado al extremo, se vuelve pura combustión de presencia. Y Deleuze lo habría adoptado inmediatamente como uno de sus “esquizos fabulosos”: no un enfermo, sino un ingeniero sideral que decidió que el cosmos cabe en un muro si se lo hiere lo suficiente.

El delirio de Nannetti funciona como una tubería invertida: no comunica nada hacia afuera, sino que succiona el mundo hacia dentro y lo expulsa convertido en diagrama, en título militar imposible, en coordenada cósmica que nadie pidió y nadie podrá verificar. No informa: deforma. No narra: perfora. No pide ser entendido: exige ser tensionado. Y es justamente ahí donde Enzia —maestra del exceso necesario— encuentra su territorio. Porque sólo una poeta capaz de escuchar lo que no tiene sonido podía acompañar ese tipo de delirio sin reducirlo a metáfora ni estetizarlo como ruina. Ella pulsa el delirio como si fuera un instrumento de cuerdas rotas, sabiendo que lo roto tiene otra longitudinal que la lógica jamás admitirá.

9. Yo, desde mi lugar lateral —sonrisa sardónica mediante— sólo puedo admirar cómo, en  sus manos el delirio deja de ser desviación para convertirse en un sistema de realidad alterna, tan feroz que no se sostiene en ninguna disciplina, y tan lúcido que ninguna disciplina podría sostenerlo. Porque, al final, Nannetti no perdió contacto con la realidad: fue la realidad la que no pudo seguirle el paso.


Notas

La mayoría del “libro de piedra” original fue removido o ha ido desapareciendo con el tiempo, y solo quedan fragmentos visibles en la Université de Limoges. Algunos fragmentos se conservan en colecciones y museos, y también hay exposiciones fotográficas de la obra.

Parte de este trabajo monumental —que originalmente tenía cerca de 180 metros de longitud tallados en el muro exterior del pabellón— fue separado del muro y preservado en el Museo Lombroso en Volterra. El museo reúne materiales del antiguo hospital psiquiátrico, incluidos fragmentos de los graffitis y otros documentos relacionados con la vida de Nannetti

*Espero encuentre sus apuntes de dicha expedición con el fin de compartírselos.

Cabe indicar que si bien Nanof recién vio la luz  en el año 2019 comenzó a «definir formas» hacia el 2004, año de la primera publicación de Manicomio, si mal no recuerdo.

 


MINERVA REYNOSA FOTOGRAMAS DE MI CORAZÓN CONCEPTUAL ABSOLUTAMENTE CIEGO (FRAGMENTOS)



matt stuart




detrás de las palabras la geografía del hambre la frontera del

cuerpo partículas elementales la nuca helada una piñata fuera

la carretera la línea de píldoras la ingesta para sufrir el mun

do realidades concretas al abrazar los muslos neón flexibles

e instantáneos la autopsia una orilla la ráfaga duda caldea el

pump diametral collage en los oídos y el silencio una herra

mienta senhoritas from havana don´t trust anyone héctor del

sentido la paz la dicha la oratoria la manera intempestiva el

arma ciega en mano sin estar nunca enamorado la semántica

palabras sin estar nunca enamorada restos pélvicos sin haber

sido héctor el primero forma hablada dicha dada detrás la

torpeza el amanecer la caída o crepúsculo para gritar calle

daño lugar viajando hacia el océano alquímico al decir todo

sin decir nada dentro las palabras un idioma extraño lo que

no dice lo que no traduce

 


detrás de las palabras el pobre roba al rico y el no muy pobre

al no muy rico argumentaciones aseveraciones disposiciones

monetarias otra novela el riesgo de la prosa mientras héctor

adentro acertado las palabras dichas la autopsia al corazón

en globo collage lubriabrasivo y el silencio un poder senho

ritas from havana you know héctor al borde entre los rayos

de una bicicleta robada al vecino al combate estrella en aire

trágico experimental cinematográfico con la dicha la orato

ria la manera intempestiva del asalto en mano el arma versos

las palabras karma el cuello olores la sangre bisnietos quísti

cos la vida ardor la semántica restos de memoria las palabras

héctor el primero malandro-zen posesivo como pronombre

la forma hablada dicha dada posesivo como protohombre

detrás de las palabras como guerra el bunker orinado de mie

do por decir todo sin verdades sin decir nada lo agravado sin

adentro

 


detrás de las palabras la regresión de la boca al equívoco del

enunciado que parte del supuesto que no todo lo que no sea

texto la lectura la manera en que hablas delirium tremens

atenea en la plaza con glaucoma héctor solicitando firmas

a los vecinos de un público pensionado el pobre el rico el

muy pobre y el muy rico con palabras dichas en el púlpito

la autopsia al corazón en globo gran músculo collage senti

mental y el silencio la grasa polisaturada senhoritas from ha

vana you know héctor audaz al borde entre los rayos de una

bicicleta robada al vecino con exceso de ebriedad exhibién

dose zombie desde su garganta hecha lago insulina de uso

mientras la dicha la oratoria la manera intempestiva del latir

invertebrado el culo roto estrella elíptica en el techo enton

ces la dicha el llanto la oratoria el migrante across the wire

el pump como palabras el cuello ardiendo la mano flama la

sangre dulce la semántica la bala picadillo las palabras héc

tor el primero viajando en lamborghini rezándole a la madre

la forma hablada la vejez la dicha dada la más amable detrás

la chiclería los chimuelos el halterofilio con sus bíceps di

ciendo todo merolico sin decir nada nones y naranjas

detrás de las palabras canciones cantadas en los labios la ma

nera en que hablas maldecir treinta años coronados de lau

reles el esguince la soba el sentón la culpa robada al vecino

fosas rápidas atenea en la glorieta el cuerno de chivo héctor

fuera del templo recuperando la fe el auge de su voz cre

yente a los oídos paseantes sin motivo sin felicidad sin leña

el rico muy pobre y el muy rico pobre también lloran con

palabras dichas al jubileo los ojos de boliche saturno en la

azotea chispa la autopsia el corazón en peste músculo tenso

collage tercermundista y el silencio un clavadista de acapulco

senhoritas from havana you know héctor al borde entre los

escalones publicitando las piernas con exceso de velocidad

la carne la tintura del tatuaje el zorro de nueve colas zombie

entre la masa devorando el pavo el relleno las nueces you

know héctor la dicha la oratoria la manera irreversible de es

cupir trinando el culo elíptico ralo la manera la oratoria el

silbato a medio tiempo gol-gol-gol mientras el miedo olor la

flama gota la piel la cera la sangre diesel la semántica ráfaga

los restos moscas las palabras héctor el primero la forma ha

blada la pocilga la lluvia dada la más amable detrás diciendo

todo sin decir nada

 

 


detrás de las palabras poema a la sinceridad poema onto

lógico (fotogramas do meu coração conceitual absolutely

blind) oda loa a la salvación lisérgica / detrás de las pala

bras el panóptico onírico la castidad el amor loco la copita

de cognac en la pool-party you know héctor senhoritas from

havana excéntrico sanitario militar motorizado rojo todo /

detrás de las palabras

 



detrás de las palabras el mercado orgánico abundancia ab

surda la irritación de las fosas rápidas codeína harina roca el

nacimiento de mujeres cifra nula y los úteros mundiales iden

tificaciones chamánicas para viajar en ufo senhoritas from

havana sin censura librando los senos tiesos las costumbres

la burocracia puro teatro poliomielitis cráneos despedazados

de niños con rabia gonorrea mientras la dicha la oratoria el

no decir detrás se habla mierda you know héctor clavadista

en la glorieta atenea bañista de acapulco el corazón festejo

el collage el ponche piedra amatista y el silencio un poder

y una herramienta mientras la dicha la oratoria la manera el

coágulo dónde héctor el primero la caída el tropezón la bala

el sexo la postura héctor la zanja el cuello el tendón el óleo

la sangre añil los cánceres esfínteres héctor los versos las pa

labras karma las esquirlas quistes la vida ovárica la semántica

mentiras mientras héctor las palabras mientras héctor el pri

mero con heces formas dichas habladas dadas hechas el ocre

sin poder decir detrás de las palabras el pump el miedo para

decir todo sin decir nada



Ediciones El Tucán de Virginia, 2012